Más que nunca, solidaridad con Palestina
A poco más de cien días de iniciado el conflicto armado, desde el 7 de octubre pasado a la fecha en que cerramos esta edición el balance en vidas es de casi 24.000 muertos y unos 7.000 desaparecidos palestinos bajo los escombros versus 1.200 muertos y 240 rehenes israelíes, cien de ellos ya liberados. Con semejantes cifras, nadie puede hablar en serio de una “guerra”. Se trata de un verdadero genocidio, frente al cual debemos mantener toda la solidaridad militante con el pueblo palestino y el repudio a la matanza que viene llevando adelante el Estado sionista de Israel comandado por el ultraderechista Netanyahu.
La otra cifra del horror es que del total de víctimas palestinas, más de 12.000 son niños y niñas. Al mismo tiempo, las lluvias invernales que ahora caen sobre la región han inundado los precarios campamentos en donde apenas sobrevive medio millón de personas desplazadas hacia el sur de la Franja de Gaza por los bombardeos israelíes. Y durante las dos primeras semanas de enero, apenas 7 de las 29 misiones planificadas para entregar alimentos, medicinas, agua y otros suministros vitales llegaron a sus destinos al norte de Wadi Gaza. En total, las fuerzas militares israelíes impidieron el arribo del 75% de las misiones humanitarias destinadas a socorrer a la población gazatí. En estos días, Quatar media un envío de medicamentos para los rehenes israelíes a cambio de garantizar que remedios e insumos lleguen a los hospitales de Gaza.
Entretanto, la dirigencia política y militar israelí debate sobre cómo seguir cuando finalicen sus operaciones armadas. Aparte de algunos voceros de la ultraderecha más fascista que hasta proponen lanzar una bomba atómica, oscilan entre mantener un control militar aún más estricto o expulsar a los palestinos del norte de Gaza y ocuparlo para siempre con colonos sionistas. Según una reciente misión de expertos de la ONU, más que inseguridad alimentaria ya una parte de la población gazatí está en situación de hambruna, sin agua potable y por ende con su vida en riesgo. Y pensar que en el mundo todavía hay quienes se oponen a llamar esto limpieza étnica al mejor estilo nazi…
El enfrentamiento armado no se restringe a la Franja de Gaza. Los militares, la policía y los colonos sionistas mantienen también una ofensiva permanente contra los palestinos en la otra porción en que está dividido su cada vez más reducido territorio: Cisjordania. Además han bombardeado campamentos de refugiados palestinos en el sur del Líbano, en donde tiene presencia Hezbollah. Encima, como los rebeldes hutíes que habitan en el sur de Yemen son solidarios con el pueblo palestino, la semana pasada EE.UU. y Gran Bretaña lanzaron bombas también allí, en una escalada que amenaza con extender el conflicto en la región.
A nivel global, las potencias imperialistas mantienen su apoyo a Israel, empezando por EE.UU. Aun así, el gobierno de Biden intenta contener de algún modo las ambiciones de Israel temiendo un descontrol que incendie todo el Medio Oriente. Es que Netanyahu, cuya continuidad al frente del gobierno israelí es dudosa tras el fin de los enfrentamientos armados, en una huida hacia adelante no cesa en su brutal ofensiva antipalestina. Las protestas que crecen en Tel Aviv apoyan los ataques a Gaza, pero lo acusan de despreocuparse por los rehenes israelíes.
Otro flanco problemático se le ha abierto al Estado de Israel, ya que a la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales resuelta por Bolivia y unos pocos países más se le ha sumado la reciente acusación formal de genocidio presentada por el gobierno de Sudáfrica ante la Corte Penal Internacional, a la que están adhiriendo varios países. Esto no deja de contrastar con la actitud funcional a Israel por parte de los gobiernos árabes, que más allá de algunas quejas públicas no han tomado medidas concretas y efectivas en respaldo a Palestina y desalientan y hasta han llegado a prohibir las manifestaciones solidarias en sus países.
De todos modos, la principal expresión de solidaridad a nivel internacional son las grandes manifestaciones que se vienen desplegando en favor del pueblo palestino y contra el genocidio que comete Israel, en una magnitud nunca vista antes. Esto se da con mayor masividad en varios países de Europa y en EE.UU., incluso en sectores de la comunidad judía con la consigna “No en nuestro nombre”. Decenas de miles de jóvenes, trabajadores y sectores populares se movilizan semana tras semana, porque se está desnudado la mentira sionista de presentar a Israel como la víctima cuando en realidad es el victimario. Desde el MST, como sección argentina de la Liga Internacional Socialista, y además siendo Milei un defensor incondicional de Israel, llamamos a que también aquí redoblemos ese necesario apoyo.