Universidad: no en nuestro nombre
Construimos una Marcha Federal histórica en todo el país. Fuimos millones en las calles en defensa de la universidad y la ciencia públicas y se sumaron sectores en lucha y el pueblo trabajador que quiere enfrentar las políticas arrasadoras del gobierno de Milei. Sin embargo, existen las limitaciones de siempre: conducciones que quieren negociar y se transforman en un escollo para la continuidad. Necesitamos organizar un plan de lucha desde las bases y con el activismo, que de por tierra todo el plan del gobierno nacional y sus cómplices en las provincias.
Escribe: Sofía Cáceres Sforza – Secretaria General del SITRADU – Becaria del CONICET
Luego de la masiva e histórica Marcha Federal del 23 de abril, que convocó a millones en todo el país en defensa de la universidad pública pero también en unidad con los sectores en lucha, el gobierno nacional sufrió un duro golpe producto de lo cual debió distender y abrir puentes de diálogo. Sin embargo, el gobierno de Milei, ensimismado en el déficit cero y su ajuste brutal, continuó sin dar una respuesta concreta a las exigencias del sector. El comunicado del CIN al respecto y las discusiones hacia dentro de las federaciones puede orientarnos en que, si las negociaciones continúan con este tenor, la masiva demostración de fuerza del 23 puede dilapidarse.
Es que estas conducciones responden a proyectos políticos capitalistas que no se plantean de forma cabal enfrentar de conjunto el proyecto de Milei, apuestan a negociar, a cansar, pero no a construir un plan de lucha que de por tierra todo este ajuste y reestructure el país. Así lo demostraron al no convocar a todas las bases a rodear el congreso para el tratamiento de la nueva ley bases y el paquete fiscal, y las posiciones públicas del CIN lo dejan claro: quieren diálogo, consenso y negociación. Por otro lado, se mueven en una delgada línea entre usar la fuerza que convoca la defensa de la universidad pública para sus intereses sin que eso desborde y abra la puerta a discutir de fondo el modelo universitario y sindical, quieren mantener y defender el status quo conservador y burocrático. Y lo hacen, por ejemplo, no frenando la incesante persecución pública a la docencia cuando se difunden números para realizar «denuncias por adoctrinamiento», amedrentando a quienes generamos debates políticos en las aulas, o redireccionando la discusión sobre las auditorías porque no quieren plantear lo que realmente se necesitaría de fondo: un verdadero proceso de democratización donde toda la comunidad universitaria discuta el presupuesto para investigación, extensión, becas, bienestar, etc.
¿Cómo seguir?
En esta línea también se mueve la CONADU Histórica, que si bien convocó, por ejemplo, a movilizarse por el tratamiento de la ley de bases, muestra limitaciones al momento de plantarse y construir una orientación que supere los ritmos que imponen los demás sectores, como las federaciones más burocráticas y descompuestas, así como los rectores peronistas y radicales que insisten en frenar a la docencia mientras aplican el ajuste en las universidades o incluso realizan descuentos y aprietes por paros. Esta limitación se traslada, a su vez, al movimiento estudiantil cuyas conducciones también responden a proyectos políticos tradicionales que quieren negociar, o que arguyen que el 23 fue una anomalía en la dinámica del movimiento estudiantil, tirando para abajo la fuerza que los sectores activistas e independientes están teniendo.
Por eso necesitamos exigir asambleas interclaustros de forma urgente, que retomen las medidas de fuerza y puedan resolver un plan de lucha integral hasta ganarle la pulseada a Milei, porque es a todo o nada. Y en los lugares donde las conducciones no quieran convocar, tanto la Multicolor en CONADU H como las agrupaciones de izquierda en el movimiento estudiantil, sumando a los investigadores independientes del CONICET, debemos construir una potente autoconvocatoria desde abajo, con asambleas en los lugares de trabajo, con pasadas por curso, para avanzar hacia formas de coordinación interfacultades y nacionalmente interuniversitarias, no atadas a las mesas o frentes donde solo están representadas la burocracia y los sectores que prefieren esperar antes que aceptar la masividad del desborde.
Hacia un Encuentro Nacional Interclaustro en Defensa de la Universidad y el CONICET.
Los trabajadores de la educación y la ciencia estamos, entonces, entre un gobierno que se propone vaciar la universidad y CONICET, que si no tiramos la ley de bases tendrá la posibilidad de perseguirnos por los paros, de transformar a gusto y piacere el organismo de ciencia más importante del país; y conducciones timoratas y pacatas que prefieren pactar antes que perder el control del timón y enfrentar este plan arrasador. Necesitamos, entonces, organizarnos de forma independiente para que el impulso de la Marcha Federal no se diluya y terminemos, otra vez, en la frustración de las entregas y la repetición de las traiciones. Por eso desde Alternativa Universitaria, la Juventud Socialista del MST y todas sus agrupaciones, desde Jujuy a Río Gallegos, queremos proponer a la Multicolor en la docencia universitaria y preuniversitaria, a las agrupaciones estudiantiles del FITU y el conjunto de la izquierda, a los colectivos autoconvocados, a la Red de Investigadores del CONICET, construir en conjunto la convocatoria a un Encuentro Nacional en Defensa de la Universidad y el CONICET, que nos permita discutir a fondo el plan de lucha que necesitamos para tirar de lleno el proyecto de Milei, su ajuste y su arrase.