Deuda a 100 años: Endeudaron hasta a nuestros nietos
El problema de la deuda externa es un punto crucial en nuestra economía y el mar de fondo de la mayoría de las crisis cíclicas a las que hemos estado sometidos en los últimos 40 o más años.
Todos los gobiernos, apelando a diferentes argumentos, han tratado de ocultar esta entrega. Ello es así porque cada uno de ellos se dedicó a pagar la deuda de manera más o menos puntual y más o menos ortodoxa, como veremos. Para quien no esté del todo familiarizado con la historia digamos que el salto cualitativo del endeudamiento externo del país se produjo durante la dictadura militar. Como podemos ver en el cuadro, hasta 1976 la deuda no alcanzaba los U$S 8.000 millones, lo que significaba poco más de la mitad de una cosecha anual de cereales. Por una política específicamente perversa de endeudamiento público innecesario y estatización de la deuda de los privados en la dictadura creció a más de U$S 45.000 millones y así fue creciendo década tras década ya que todos los gobiernos «democráticos» radicales o peronistas la incrementaron a pesar de pagar religiosamente intereses y capital, todos los años, a costa de ajustes permanentes sobre los sectores de trabajadores. Y a pesar de que se logró demostrar en «el juicio de la deuda» del fiscal Olmos que ésta era ilegal, ilegítima, fraudulenta e impagable (esto último reconocido por el propio asesor del FMI, Franklin Williams ya en 1995).
Un segundo salto cualitativo en el endeudamiento, la entrega y los ajustes fue la década menemista, donde se entregaron en parte de pago de la deuda la totalidad de las empresas públicas productivas y de servicio del país… y la deuda creció de 63.000 a 121.000 millones de dólares. Durante el gobierno de los Kirchner, a pesar del verso del desendeudamiento y del doble discurso de que no íbamos a pagar, la realidad fue muy distinta, luego de los dos primeros años luego del megacanje, donde sí cayó la deuda bruta, luego la pendiente siguió subiendo hasta superar los U$S 200.000. Hasta la propia Cristina se tildó a sí misma como una «pagadora serial», dato real si se tiene en cuenta que le pagó al contado al FMI, al Club de París y tantos otros. Trató de confundirnos diciendo que como ya había pagado a los organismos internacionales estábamos libres de deuda externa, cuando en realidad el volumen de deuda creció como vimos, porque siempre se contabiliza el total de la deuda pública, dado que cuando uno comercia con el mundo lo hace en dólares y poco importa si debés plata en pesos o la debés en dólares afuera, si al final tenés que pagar en dólares siempre, por eso iba sacando año tras año cada vez más bonos que poca cabida tenían por problemas de confiabilidad de los buitres externos. Otra confusión que intentaron los K fue decir que nos desendeudamos porque la relación deuda/PBI había caído, lo cual es cierto. Lo malo es que ni los Kirchner ni la oposición burguesa tradicional se animaron a confesar que cuando hablamos de PBI el 80% se lo llevan los burgueses y cuando hablamos de deuda los que pagamos con hambre y ajuste somos los de abajo, de manera que a nosotros nos debe importar el volumen de deuda que se correlaciona mucho mejor con los planes de ajuste.
El bono a 100 años: otra estafa ilegal e ilegítima
Ya sabemos que Macri venía a hacernos entrar en el mundo… como deudores, claro. Así pagó a los Fondos Buitres y empezó un clásico camino de endeudamiento en los mercados internacionales, con el pretendido objetivo de la lluvia de inversiones y la obtención de créditos baratos de los países desarrollados. Pero lo del Bono a 100 años supera todas las expectativas de servilismo a la usura internacional. Para empezar demos sólo un argumento por demás contundente: se planeó sacar bonos por un valor de U$S 2.750, sin embargo y a pesar de que la nueva calificación del país nos bajó otra vez a país limítrofe (léase marginal), en los mercados salieron a ofrecernos 3,5 veces más o sea 9.750 millones, ¿por qué será? Porque es una verdadera usura a 100 años, donde pedimos 2.750, nos dan 2.450 ¡y nos cobran U$S 19.000 millones de dólares de intereses! Y es ilegal e ilegítima porque no había ninguna necesidad ni razón para endeudarnos a 100 años por 2.750 millones y con una tasa de interés del 7.5% anual, cuando en el mundo civilizado al cual nos prometieron entrar cobran el 2-3%.
Por eso nosotros sostenemos que no hay que pagar un peso de esta deuda eterna, ni la anterior, máxime que con sólo devolver las retenciones mineras (ínfimas de hecho) y los granos, en un año se hubiese recaudado más que lo que nos darán por este bono que compromete la vida de tres generaciones y que abre la puerta a futuros endeudamientos. Por eso debemos frenarlo.
Gerardo Uceda