Qué hacer con los fondos de las Obras Sociales

Ni para los bolsillos de los dirigentes, ni para la caja K

El gobierno anunció una posible “estatización” de los fondos de la Obras Sociales. Aprovechando el desprestigio de los viejos dirigentes sindicales que usufructúan esa plata en beneficio propio, pretende hacer caja política y para pagar deuda externa, como lo viene haciendo con la ANSES. Hay que incorporar esos fondos a un sistema nacional de salud pública que garantice la atención gratuita y de calidad de todos los trabajadores y el pueblo.

 

Orlando Restivo,Secretario de Política Sanitaria de CICOP Secretario de Prensa CTA San Martín/Tres de Febrero

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El anuncio del gobierno de que “estatizaría” los fondos de las Obras Sociales desató una polémica entre dirigentes sindicales cegetistas, funcionarios del gobierno y en sectores de la sociedad. Una vez más, el kirchne-rismo emplea el doble discurso para buscar consenso para sus proyectos.

Por un lado dice que quiere quitarle las Obras Sociales a los sindicalistas que usufructúan el dinero de los trabajadores. Pero por otro intenta agrandar la caja del ANSSES para mantener su campaña político-electoral de cara a Octubre, pero fundamentalmente para poder seguir sosteniendo su costumbre de comprar voluntades políticas con la “billetera” K. No es casual que tome esta medida, frente a los nubarrones que coloca la crisis internacional en el panorama económico. Una vez más, en vez de sacarle a los ricos, echa manos de los fondos de los trabajadores.

Fuente de privilegios de la burocracia sindical

No hay dudas para la gran mayoría de la gente y los trabajadores en particular, que mayori-tariamente los dirigentes sindicales de la CGT son verdaderos millonarios o directamente empresarios y esto lo lograron en las ultimas décadas robándole el dinero a los trabajadores no solamente con las cuotas sindicales, sino “administrando” los fondos de la Obras sociales. Los trabajadores deberían ser son los beneficiarios directos de las Obras Sociales. Pero son quienes tienen que padecer las consecuencias -a veces mortales como en el caso de los medicamentos truchos de Zanola- de los negociados entre burócratas sindicales y empresarios. Además de sus vínculos con distintas mafias y hechos de corrupción.

Personajes nefastos como Pedraza (inspirador del asesinato de Mariano Ferreira), Gerardo Martínez (UOCRA), Viviani, Cavalieri, etc. son tan odiados por el conjuntos de los trabajadores que nadie se atrevería a decir que está mal que le quiten el control de las Obras Sociales.

Estamos de acuerdo en que deberían dejar de controlar los fondos que pertenecen legítimamente a sus dueños, los propios trabajadores, que deberían ser quienes controlen democráticamente esos fondos.

Pero también alertamos que si el gobierno pasa a manejar esos fondos, el problema de la corrupción pasaría de los odiados burócratas sindicales a funcionarios gubernamentales que no son ninguna garantía para la transparencia en el manejo de los fondos como lo demuestran los casos Schocklender y el INADI, entre otros. El manejo corrupto de las Obras Sociales es sin duda uno de los problemas estructurales que este gobierno no ha resuelto, como en definitiva, el problema de la salud pública, con presupuestos paupérrimos y un sistema completamente fragmentado.

¿Qué pasa con las Obras Sociales?

En la década de los 90, se desregularon las obras sociales. Muchos decían “está bien que uno pueda elegir la OS para conseguir la que mejor servicio ofrece” y otros “por qué tengo que tener peores prestaciones que la OS de Fulano si yo pago igual” y otro comentarios por el estilo.

Esto es así porque después de la debacle producida por el neoliberalismo con Menem y sus secuaces, los trabajadores perdieron infinidad de conquistas sociales y se flexibilizaron la economía y las relaciones laborales, así que lo que debería ser un derecho de todo trabajador pasó a ser un privilegio de algunos.

Las Obras Sociales ingresaron al “mercado” y de la mano de las AFJP, las ART y otros inventos para achicar de modo indirecto el salario de los trabajadores dejaron de ser un “bien común” administrado por el sindicato para ser un “negocio” para aumentar las ganancias de los patrones y como tal generar desigualdad entre unas Obras Sociales “grandes” con muchos afiliados y otras “chicas” con pocos afiliados que no pueden brindar más que un servicio de salud y social pobre aunque los jerarcas sindicales y los burócratas igual amasan sus ganancias pingües.

Por eso una verdadera transformación de las OS que sea a favor del trabajador debe considerar la igualdad en primer lugar. Porque todos los trabajadores tienen las mismas necesidades y tienen derecho a un servicio de salud adecuado. Por eso es que ahora CFK trata de capitalizar el odio popular pero este problema ya existía cuando Néstor Kirchner asumió en 2003 y todos estos años (ya van 8) dejaron correr los negociados de los Moyano y compañía. Por eso hoy en día también este proyecto le sirve, al gobierno, colateralmente, para embretar a Moyano que cacarea con reclamos para negociar por debajo de la mesa.

Los trabajadores son los dueños de los fondos

Aunque ahora relativizó el anuncio inicial, el gobierno está barajando disponer de esta plata. Más allá de cuál sea el formato final, seguramente no apunta a que Ud. tenga una Obra Social mejor sino a fortalecer el ANSSES y con él seguirán los negociados entre las OS y las clínicas y servicios de salud privados. Y solamente habrá una mayor caja K.

Para que las OS funcionen bien y ofrezcan el servicio de salud y social que nos merecemos los trabajadores privados y estatales, activos y pasivos (no olvidemos que el PAMI es la mayor Obra Social del país), los únicos que podemos garantizar un funcionamiento transparente de las cuentas de las OS, del dinero que todos los trabajadores aportamos mes a mes de nuestros salarios (y el que deberían aportar los patrones también al ANSES), somos los propios trabajadores. Para eso sería necesario que se democratizara el funcionamiento de las mismas. Cristina no puede tocar un solo peso sin consultar democráticamente a los verdaderos dueños.

Hacia un Sistema Único de salud pública

Es hora que los trabajadores organizados, mediante mecanismos que aseguren participación activa y democrática establezcamos las reglas de funcionamiento y discutamos con las patronales en pie de igualdad y sin intermediarios millonarios, como los burócratas sindicales de la CGT, que no velan por nuestros intereses sino por sus departamentos, autos, casas quintas y yates.

Estamos de acuerdo con el argumento de que hay que sacarle a los “gordos” y a los jerarcas de la CGT el control de esos fondos. En eso coincidimos con CFK. Pero no creemos que una organización dirigida por “La Cámpora” sea la alternativa. La alternativa de transparencia son los representantes elegidos por los trabajadores. Y la inclusión luego de un profundo debate de las Obras Sociales en un Sistema Único de salud público, estatal y gratuito, administrado democráticamente por los trabajadores del sector y los usuarios.