Desmanicomialización
En los años ’70 se genera un movimiento de transformación de la atención de la salud mental, de abolición de los manicomios públicos y privados, llamado desmanicomialización. La primera experiencia en Trieste, Italia, dirigida por Franco Basaglia, logra el cierre progresivo del manicomio y la introducción de una estructura comunitaria en la atención de la salud mental y de integración social.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Los puntales más fuertes de este proceso se centraron en la atención ambulatoria, instauración de internaciones breves, generalmente en centros de salud mental o en hospitales generales. Actualmente el promedio de internaciones es solamente de 15 días y se apela a ellas como último recurso. Además, se tienen en cuenta los afectos y la vivienda, ubicando a los usuarios con las familias o en casas o departamentos en grupos de 2 ó 3 personas. Por supuesto se incluye el trabajo, creando cooperativas de trabajo y/o empresas sociales.
Todo esto se realiza con los mismos recursos económicos, técnicos y humanos. No se pierden las fuentes de trabajo: por el contrario, en todas las experiencias desmanicomializadoras en el mundo -Italia, Gran Bretaña, Turquía, Australia, China, Irán, Brasil y Argentina- se aumentó la contratación de psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y asistentes de otras disciplinas, como el arte, el deporte y la comunicación, por nombrar algunas.
El manicomio, campo de concentración de personas
Estuve en Trieste hace cuatro años, haciendo una pasantía desde la cual puedo dar cuenta de esa experiencia desmanicomia-lizadora. También conozco las de Río Negro, San Luis y otras, y he podido comparar las diferencias positivas de estas propuestas con las de los “hospitales psiquiátricos” públicos y privados, bien llamados hospicios, asilos, loqueros, manicomios, depósitos de personas… y yo le agrego campo de concentración de personas, todos violatorios de los derechos humanos.
Estos manicomios se construyen y se sostienen desde el maltrato, la segregación, la sobre-medicación, la discriminación y muchas veces la violencia física y psíquica, en ausencia de libertades individuales y con mala calidad de vida en cuanto a alimentación, ropa, higiene y sociabilidad. En definitiva, son monumentos a las violaciones de los derechos humanos. Son un cachetazo a la dignidad humana. Basta visitar cualquier manicomio del país -y conozco muchos- para constatar esta realidad.
No a Macri y su centro cívico, y no al manicomio
Entonces, la crítica es al manicomio y a las personas que sostienen esa forma de atender y entender el sufrimiento mental que no sólo afecta a las personas que en él viven: también muchos trabajadores son víctimas del manicomio, y he sido testigo. Doy fe de que existen trabajadores -profesionales, enfermeros, técnicos, empleados administrativos y de mantenimiento, entre otros- que son respetuosos, dignos de su labor; tienen una escucha nueva y trabajan a favor de procesos desmanicomializadores. Pero al mismo tiempo conviven con actitudes y propuestas corporativas de asociaciones médicas y gremiales que están en contra de la desmanicomialización, de la Ley 448 de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires y de la nueva Ley Nacional de Salud Mental 26.657.
Dichas organizaciones muchas veces se movilizan ante las amenazas de cierre del hospital público y/o la creación del centro cívico. Totalmente de acuerdo. Sin embargo, contra la política privatista y destructora de la salud pública del macrismo, la movilización en la actual coyuntura en unidad con esas conducciones gremiales y profesionales no silencia que mantenemos concepciones opuestas en relación a la estructura manicomial, cuya superación -desde nuestra visión histórica- debe ser el objetivo estratégico de esta pelea.
Desmanicomializar es la tarea estratégica
El Frente de Artistas del Borda, desde su fundación en 1984, lucha por el cierre de los manicomios. Con internados y externados, artistas, profesionales, estudiantes y colaboradores produce arte que trasciende los muros, cuestiona el imaginario social de la locura y propone la desmanicomialización: una atención inclusiva de las personas con sufrimientos mentales. 28 años de Arte, Lucha y Resistencia. No al encierro. Sí al hospital público y gratuito. ¡Hasta que los muros caigan!!
Proyecto de ley de Bodart
A partir de la exitosa experiencia del Frente de Artistas del Borda, que cuenta con un amplio reconocimiento nacional e internacional, nuestro diputado Alejandro Bodart ha presentado en la Legislatura porteña un proyecto de ley para que los Talleres Artísticos de Salud Mental sean incorporados como un dispositivo específico a la Ley 448 y se reconozca al personal que viene desarrollando la tarea. El proyecto se está debatiendo en la Comisión de Salud.