No a la re-reelección – Cristina quiere poder eterno

Alejandro Bodart, diputado de la Ciudad

La economía está cada vez peor. Mientras más entra la crisis al país, más agua hace el modelo K. La presidenta y los gobernadores pretenden hacernos pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo. Por eso no frenan la inflación, suben los impuestos, el precio del transporte y los servicios,  pero se niegan a dar aumentos salariales reales,  a terminar con el impuesto a las ganancias y a otorgar el 82% a nuestros viejos.
Como la bronca popular y los conflictos crecen, Cristina y los gobernadores se tiran la pelota entre ellos para no hacerse cargo de los problemas. Así hicieron con el aguinaldo en la Provincia de Buenos Aires, con el subte en la Capital, con el ajuste a los jubilados en Córdoba. Ahora se repite en Santa Cruz, en Jujuy… y lo que se viene será cada vez peor.

Quieren atornillarse al sillón

Por cadena nacional, día tras día Cristina nos pinta un país maravilloso que sólo existe en su imaginación. Los bufones que la acompañan y le festejan cada bravuconada tienen motivos bastante terrenales para hacerlo. Ellos y los grandes empresarios nacionales y extranjeros son los verdaderos  beneficiarios del modelo ya que se han enriquecido de manera obscena durante todos estos años. Por eso, con tal de seguir recibiendo las mieles del poder, son capaces de implementar todo tipo de trampas. El año pasado fueron las internas abiertas y obligatorias; ahora quieren imponer una reforma constitucional para que Cristina pueda ser re-reelecta.
Como son concientes de que se están debilitando aceleradamente y que para tener chances de re reelegir a Cristina tienen que salir bien parados de las elecciones legislativas del año próximo, intentan manipular a un sector de la juventud para que los vote. Por ese motivo y ningún otro es que impulsan el voto optativo desde los 16 años. Y hasta se habla de la posibilidad de un nuevo adelantamiento de las elecciones si ven que las fechas actuales les pueden jugar en contra.
Como socialistas rechazamos la re-reelección de este gobierno porque, de darse, implicaría más años de entrega y sufrimiento para la gran mayoría de nuestro pueblo. Pero también nos oponemos porque no estamos de acuerdo en que se cambien permanentemente las reglas de juego electoral en beneficio del gobierno de turno. En relación a todo esto, nuestra posición es categórica. Aprovechar el ejercicio del poder para imponer reformas discrecionales con tal de retener el mando, lejos de aportar mayor «transparencia» y «democratización» vulnera aún más la legitimidad de la “supuesta democracia” en la que vivimos y echa por tierra con la ética pública que se supone debería guiar la conducta de quienes tienen en sus manos los destinos del país. Es lo que sucedió con la reforma constitucional del ’94, las leyes de lemas, las colectoras y tanta otra invención interesada.

Macri y los viejos políticos actúan igual

Otro que actúa como Cristina es Mauricio Macri, que prepara una “reforma política” para mantener su poder en la Capital. En éste, como en tantos otros aspectos, queda en evidencia que es mucho más lo que los une que lo que los diferencia. También, que Macri no tiene nada que ver con la nueva política que pregona. En 2009, cuando los K impusieron en el país las primarias obligatorias, Macri las criticó. Pero ahora busca imponerlas en la Ciudad, y con un piso aun peor, para resolver la dura interna del PRO y obstaculizar el surgimiento de fuerzas emergentes. Lo mismo han venido haciendo Scioli, De la Sota y los demás gobernadores. Todos acomodan las reglas en su propio beneficio. A ninguno de ellos les interesa el país y mucho menos el presente y el futuro de los trabajadores y demás sectores populares. Sólo piensan en cómo continuar en el poder para seguir enriqueciéndose ellos y sus capitalistas amigos.

Democratizar la democracia

Si se quiere ser mínimamente democrático y respetuoso de la ética pública, todo cambio de la normativa electoral que logre consenso mayoritario recién debería aplicarse durante el mandato del gobierno siguiente. De ese modo no cabrían dudas sobre su intencionalidad. En este sentido, he presentado en la Legislatura porteña -y ojalá se traslade a nivel nacional- un proyecto de ley para que toda reforma electoral sólo rija una vez finalizado el mandato del gobierno bajo el cual se apruebe. Nuestro país necesita democratizar la democracia y cambios económicos y sociales urgentes, no reformas políticas a piacere de los gobernantes de turno.

Proyecto de Ley

Artículo 1°.- Toda ley referida a reforma política; partidos políticos; código, campañas y mecanismos electorales se aplicará a partir del mandato siguiente al del Jefe o Jefa de Gobierno en ejercicio al momento de su sanción.
Art.2°.- Comuníquese, etc.
Exp. Nº 2402-D-2012, presentado en la Legislatura porteña el 28 de agosto