Venezuela: Devaluación, acaparamiento, especulación y la vuelta de Chávez…

Hoy, 18 de febrero, es un día feliz para el pueblo bolivariano: volvió Chávez a Venezuela después de más de dos meses de ausencia. Él anunció su regreso por la cuenta de Twitter @chavezcandanga y las Plazas Bolívar de todo el país se convirtieron en una fiesta. Por la forma del manejo informativo de su operación y convalecencia se había generado una situación de angustia en el pueblo que acompaña al presidente y de inquietud en sectores de la alta dirigencia de lo que ya se conoce como chavismo. La vuelta del Comandante es una alegría enorme para quienes además de la incertidumbre sobre su salud, debieron convivir en los últimos meses con una alta especulación y acaparamiento de los productos básicos y con el impacto que significa una devaluación anunciada en Caracas que hasta el mismo momento de ser comunicada era negada.

 Incertidumbre y devaluación

 El 8 de febrero a las cuatro de la tarde, un viernes antes de las vacaciones de Carnaval, el ministro de Finanzas Giordani, acompañado por el presidente del Banco Central, Merentes, anunciaron la devaluación del Bolívar. La moneda venezolana pasaba de 4,30 Bs. a 6,30, perdiendo un 46,36% de su valor. Al mismo tiempo se informaba también la eliminación del SITME, un sistema de cambios que a 5,50 bs. otorgaba a los empresarios dólares para la importación, sin ninguno de los estrictos controles que el sistema oficial CADIVI pide para las mismas operaciones, y que además manejaba la emisión de títulos de deuda pública y los títulos de deuda de PDVSA, la importante empresa petrolera del país, un sistema por otra parte sospechado de corrupción.
Fue una medida aislada, inconsulta, perjudicial y ocultada a la población que inmediatamente tuvo impacto en los bolsillos populares y que le permitió a la oposición de derecha burlarse del gobierno acusándolo de “neoliberal”.
Hubo varias excusas para la medida. Desde los despachos devaluadores se argumentó que serviría para alentar la producción local, para mantener el flujo de caja para las misiones sociales y para efectivizar el control de la moneda. Cambiando de argumento cuando el anterior no encontraba eco entre la población. Pero la sensación y la realidad que se vivió en el país fue que a la molestia causada por el desabastecimiento y especulación con productos básicos, le seguía con esta medida otro golpe al salario. Los venezolanos amanecieron más pobres el 9 de febrero y la respuesta fue de indignación.
A la incertidumbre política por la ausencia de Chávez se sumaba una medida repudiada porque el pueblo más humilde, el pueblo chavista, será quien sufrirá las principales consecuencias. Esto provocó que el proceso de repudio a la burocracia del gobierno y del partido que se había adormecido en las primeras semanas del anuncio de la gravedad y la nueva operación de Chávez, volviera a ser el proceso político principal que se ha vuelto a desarrollar en el seno de un pueblo leal al presidente pero cuestionador y crítico con la burocracia del estado.
La devaluación no servirá para ninguno de los fines anunciados porque es una medida aislada que beneficia en primer lugar a los tenedores de bonos de deuda venezolana que amanecieron súbita y sustancialmente más ricos, quienes venían presionando a través del dólar paralelo para la aplicación de la misma.

 Desabastecimiento y Especulación

 Desde hace tres meses se ha convertido en una ardua tarea la búsqueda de harina pan, café, azúcar, aceite y decenas de otros productos básicos para la alimentación e higiene del pueblo venezolano. Acompañado a este desabastecimiento se ha producido un espiral especulativo de precios que junto con la devaluación están licuando el salario del pueblo trabajador.
La combinación de una fuerte especulación empresaria y una parálisis gubernamental, que algunos señalan de complicidad, incapaz de tomar medidas efectivas y duras contra los especuladores, fue creando un ambiente de desgobierno que políticamente se tradujo en una fuerte presión para saber el verdadero estado de salud del Presidente.
Por eso el conjunto de movimientos sociales que se encuentran concentrados en la tarea de convocar un Encuentro Nacional Político del Pueblo Bolivariano en Lucha, convocado a una reunión de urgencia en el Estado Carabobo el sábado 16, resolvió realizar una movilización para exigir, un aumento de salario, Cárcel para los especuladores, y que ni un dólar más vaya a la oligarquía venezolana, proponiendo el monopolio estatal de todo el comercio exterior.

El tiempo de las definiciones

El viernes 8 de febrero, día de la devaluación, se provocó un fenómeno político además de perjudicar el poder adquisitivo del salario. Se rompió la relación de confianza que entre pueblo y gobierno. Y puso en la mesa también, la necesidad de empezar a resolver los problemas críticos que el proceso revolucionario está atravesando. En una de sus apariciones públicas antes de partir para Cuba por su enfermedad, Chávez realizó una profunda autocrítica y llamó a dar un “Golpe de Timón” en el proceso. La necesidad de ese cambio de rumbo se hizo más evidente y urgente luego de la devaluación. Si no se toman medidas anticapitalistas, de ataque a las exorbitantes ganancias de la oligarquía y el capital financiero, es posible que la burocracia estatal se incline por aplicar nuevas medidas antipopulares. De ser así se complicará el horizonte de las casi seguras elecciones presidenciales que se desarrollaran en el curso de este año.
El pueblo bolivariano, además de sufrir el desgaste de su nivel de vida ha captado este peligro. Por eso junto con la alegría incomparable de tener de vuelta en su tierra al comandante Chávez, se mantiene alerta. El fino olfato político que este pueblo ha desarrollado en más de 30 años de lucha incansable le sugiere que viene un tiempo de definiciones. En este tiempo la lucha es por lograr el cambio de rumbo en el proceso.

Carlos Carcione, Desde Caracas para Alternativa Socialista