Nuestra posición frente a la huelga policial y los saqueos

Mientras continúa la huelga policial y los saqueos se extienden a todos los puntos de la ciudad de Córdoba y del Gran Córdoba, desde el Movimiento Socialista de los Trabajadores señalamos como principal responsable de esta situación al gobierno provincial encabezado por José Manuel De la Sota.

El gobierno provincial vive su peor momento en 15 años y la actual situación es el punto más agudo de una crisis política e institucional que atraviesa la provincia hace meses, demostrando el fracaso de las políticas de ajuste impulsadas y las consecuencias de la corrupción desbocada al interior del gobierno y de la policía.

El marco nacional y el profundo giro a la derecha político y económico del gobierno de Cristina Kirchner sólo echan más leña al fuego de la conflictividad social. Con la crisis instalada en el país y más allá de los enfrentamientos para la tribuna, ambos gobiernos aplican recetas de ajuste destinadas a descargar todo el peso de la crisis sobre los sectores más postergados de la sociedad. Y lejos de utilizar los fondos estatales para aumentar la ayuda social, profundizan la entrega y se preparan para volver al FMI y continuar beneficiando a las grandes multinacionales como Chevrón, Monsanto y Repsol.

Una provincia cruzada por conflictos

La provincia está cruzada por luchas y conflictos: los hospitales están en plan de lucha hace semanas enfrentando el desmantelamiento con el que el delasotismo ahoga la salud; los trabajadores judiciales hace meses que pelean por mejoras salariales, los docentes junto a la casi totalidad de los gremios de la provincia reclaman un bono de fin de año para enfrentar la inflación; los trabajadores de las plantas automotrices enfrentan los despidos “por goteo” que se han transformado en moneda común, el conflicto contra la instalación de la multinacional Monsanto se ha convertido en una brasa caliente para el ejecutivo provincial que, a pesar de la represión y las patotas, no logra debilitar el acampe que bloquea el ingreso a la planta hace casi tres meses y hace peligrar los planes del gobierno nacional y provincial, socios del saqueo de nuestros recursos naturales.

En este marco, los anuncios de subas generalizadas de impuestos y tasas provinciales y municipales, del boleto de transporte, la inflación, la tasa vial que aumenta el creciente precio del combustible, no son más que nafta echada sobre el fuego del malestar social.

La receta de aumentar todo menos los salarios preanuncia un verano caliente, de conflictos y resistencia al resto de las medidas de ajuste que preparan Mestre y De la Sota y ubica a las paritarias 2014 como las más convulsionadas de los últimos años.

Los altos mandos trabajan para las mafias

El narco escándalo mostró la sociedad existente entre funcionarios de gobierno de primer nivel con los jefes narcos y los altos mandos de la policía cordobesa, implicada en narcos secuestros, protección a las mafias, asesinatos, armado de causas y organización de redes de comercialización de drogas.

Los altos mandos policiales que encabezan estas prácticas criminales con el objetivo de recaudar dinero fresco para el PJ y la UCR, son los mismos que someten a los policías rasos a condiciones salariales y laborales opuestas a la opulencia en la que ellos viven. Así lo denuncia un comunicado de los policías en huelga: «Nuestros jefes desayunan facturas de manteca, criollos de hojaldre y almuerzan lomo a la pimienta, las mejores pastas y lo que pidan. La plata para comprar esos productos sale del dinero que nos descuentan del adicional».

La protesta policial ya ha sumado a la mayoría abrumadora de los 22.000 efectivos y se ha extendido a más de 10 departamentos de la provincia. La ciudad de Córdoba está paralizada, ya hay más de 60 heridos y un muerto. Mientras tanto Capitanich, Cristina y De la Sota se tiran la pelota entre sí para intentar esquivar las responsabilidades que cada uno tiene.

De la Sota, en el centro de la bronca popular, ensaya explicaciones absurdas, por ejemplo que los saqueos son una respuesta de los narcos frente a una –inexistente– ofensiva que el gobierno habría desplegado hacia ellos.

Lejos de eso, podemos decir que nada ha cambiado en cuanto a la sociedad mafiosa del gobierno, la policía y los narcos. Han cambiado ministros y jefes policiales pero la estructura delictiva de la policía sigue intacta. Esto impone la necesidad de depurar urgentemente el aparato represivo-criminal de la policía cordobesa. No sólo de los socios de los jefes narcos, sino también de la estructura jerárquica heredada de la dictadura militar y de todo agente sospechado de casos de corrupción.

Dejar a la policía que se controle a sí misma ha sido una de las principales causas por las que hemos llegado a esta situación. Los socialistas del MST hemos propuesto que sean los vecinos los que elijan al comisario y a los jueces y que existan instancias de control popular sobre la policía y conformar una comisión investigadora independiente que encabece estas medidas y llegue hasta el final del asunto, algo que si se mantiene en manos de la justicia y la propia policía, de seguro no se conseguirá.

Para enfrentar la mafia de la cúpula policial, sindicalización ya!

Los reclamos de los oficiales incluyen: mejora salarial, ART, comida digna, créditos para viviendas, entre otros. En la convocatoria, declaraciones y comunicados oficiales de la huelga se habla de que no son todos corruptos y se critica los privilegios de la cúpula policial, al tiempo que se exige que no haya represalias en caso de llegar a un acuerdo.

La utilización de los adicionales de manera discrecional y como herramienta de disciplinamiento de la tropa habla de la descomposición de la cúpula y de los justos reclamos de los policías acuartelados.

Para que el reclamo contra la corrupción y los atropellos, por mejoras en las condiciones laborales y para que no haya represalias no quede en la nada, es fundamental avanzar en el camino de la sindicalización policial. No sólo para pelear por estos puntos, sino también para que la policía pueda decidir no reprimir a los trabajadores y sectores populares cuando salen a pelear por causas similares a las que ellos ahora exigen. Para que el pueblo a través de sus instancias de control sobre la fuerza, pueda discutir junto a la policía la no aplicación de leyes como el Código de Faltas, la de Narcomenudeo o la de Trata de personas. Y para que los policías que conocen a fondo la institución puedan denunciar a los jefes y oficiales corruptos y comenzar el proceso de depuración de la fuerza.

Frente a la crisis, hace falta un plan económico alternativo

La realidad de los sectores populares empeora día a día, crece el desempleo, la inflación se come los sueldos y las condiciones de hacinamiento producto del déficit habitacional se hacen insostenibles.

Las recetas de ajuste y entrega de los gobiernos sólo empeoran esta situación. Junto con resistir estos planes antipopulares que planean profundizar, los trabajadores y el pueblo debemos batallar por un cambio de fondo e imponer medidas de emergencia que resuelvan los problemas que padecemos los de abajo.

Hay que aumentar la ayuda social y entregar urgentemente comida y asistencia en los barrios más castigados por la crisis, prohibir los despidos y frenar cualquier aumento de tarifas para los de abajo.

Se debe frenar la inflación, anular el IVA de los productos de primera necesidad e instalar el control popular sobre los precios. Se necesita un aumento de emergencia para todos los trabajadores y la eliminación del impuesto al salario y el 82 % móvil para los jubilados.

Hay que suspender los pagos de la deuda externa y lograr una reforma impositiva para que paguen más los que más tienen.

Estas medidas deben ser parte de un plan de emergencia, completamente distinto a este capitalismo extractivista, saqueador y contaminante que defienden el oficialismo y la oposición para seguir beneficiando a los grandes capitalistas.

Luciana Echevarría, Marcelo Maceira, Raúl Gómez
Comité Provincial del M.S.T.

Córdoba, 4 de diciembre de 2013