Desde Grecia, Syriza trae vientos de cambios

Cuando miles y miles de trabajadores, jóvenes y sectores medios se reunieron el domingo 25 a la noche en la antigua Plaza Klafzmonos de Atenas a festejar el triunfo de Syriza y a escuchar a su líder, Alexis Tsipras, ver esos rostros de emoción me confirmó que vienen vientos de cambios. Y no sólo de cambios para la misma Grecia, como es obvio, sino que esta victoria histórica de una nueva izquierda conmueve a Europa entera y es esperanzadora para los pueblos del mundo.
Habiendo obtenido más del 36 por ciento de los votos y 149 diputados, Syriza ya recibe votos de confianza de diputados de otros bloques parlamentarios con lo cual va a poder formar gobierno propio. Tsipras será el flamante primer ministro y posiblemente su vicecanciller sea mi amigo Costas Isychos, también miembro de la conducción de Syriza, nacido en Quilmes.
Estamos ante un giro político enorme, porque el de Tsipras y Syriza será el primer gobierno de Europa que rechaza el brutal plan de austeridad dictado por la «troika»: la Comisión de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Con la alemana Ángela Merkel a la cabeza, todo el establishment capitalista europeo y mundial seguirá buscando doblegar a Grecia. Pero los banqueros y poderosos temen esos vientos que se extienden por toda Europa, en donde nuevas alternativas plantean ajustar a los de arriba para resolver los problemas de los de abajo. Así el pueblo griego resolvió decir basta de ajuste y llevó a Syriza al gobierno, que sin duda enfrentará contradicciones, presiones y desafíos.
Tal como lo había hecho en el 2012, para estas elecciones viajé otra vez a Atenas invitado por la conducción de Syriza para llevarles a esos amigos de muchos años todo el respaldo político y personal de nuestro MST-Nueva Izquierda. Con Tsipras, Isychos y muchos otros compañeros de Syriza compartí actos de campaña en los suburbios de Atenas, almuerzos, reuniones, la tensa espera de los resultados en el búnker y el acto triunfal a la noche del 25.
En medio de la crisis capitalista global, el ejemplo de Syriza y el de Podemos en España -que se probará en la elección de mayo próximo- demuestran que la izquierda, si es abierta y se une, puede ser opción de gobierno. Syriza es una coalición radical de izquierda que nuclea a más de una docena de agrupaciones de diversa tradición y perfil, que ponen por delante sus coincidencias sin por ello ocultar las diferencias. Así lograron, en muy pocos años, enfrentar a toda la vieja política, dejar atrás el lastre de la vieja izquierda sectaria y crecer de unos escasos puntos a ganar el gobierno.
La victoria de Syriza nos reafirma en nuestro proyecto de construir en la Argentina una Nueva Izquierda, moderna, unitaria y amplia; un gran movimiento donde en base a un programa por cambios de fondo confluyamos toda la izquierda política y social. Jorge Altamira y el FIT, que siempre denostaron a Syriza pero ahora se suben con oportunismo a su éxito -como también lo hace el gobierno K-, deberían aprender del ejemplo griego y abandonar su sectarismo y autobombo. Si no, no pasarán de lo testimonial. Desde el MST-Nueva Izquierda tenemos la firme voluntad política de seguir en el rumbo de los vientos de cambios que desde Grecia nos trae Syriza.
Desde Atenas, Alejandro Bodart, diputado y precandidato a presidente (MST-Nueva Izquierda)