LEAR: Una lucha heroica y algunas conclusiones

El sábado 28/3 se realizó en San Fernando, una importante reunión con un grupo grande de delegados y trabajadores despedidos de LEAR durante la larga lucha de varios meses. En esa reunión los compañeros comentaron algunas de las conclusiones de esa gran lucha y sus puntos de vista. Por nuestra Corriente Sindical participé junto a los compañeros Alfredo Luque de EMFER, Claudio Mora de FATE y Leo Rodríguez de la carne, para escuchar a los compañeros y llevar también nuestras impresiones.

Una lucha larga, durísima y que enfrentó enemigos muy poderosos

El 27/5/2014 la multinacional LEAR, proveedora de cables para la FORD, con una acumulación previa de un importante stock, suspende a más de 300 compañeros, y en junio, algunos días previos al Mundial de Brasil, despide a 240 trabajadores.
Este brutal ataque de la patronal estuvo siempre acompañado y sostenido por la conducción del SMATA, con Pignanelli y Manrique a la cabeza, por el Ministerio de Trabajo que -más allá del doble discurso- jugó siempre para la patronal y la burocracia, y por un inmenso despliegue de fuerzas represivas provinciales (la bonaerense) y federales (gendarmería y la federal), que actuaron violentamente contra los trabajadores y varias veces en forma conjunta y unida a la patota del SMATA. La justicia también acompañó este frente único contra los trabajadores de LEAR, imputando primero y procesando después a los delegados y a nuestra compañera Vilma Ripoll, a quienes les piden actualmente 2 años de cárcel «por obstaculizar el normal desarrollo de la producción de la fábrica».
El objetivo de este ataque era desmantelar la organización interna de LEAR, donde un grupo grande de activistas y trabajadores venía ganando las elecciones de delegados y construyendo la lista Celeste, enfrentando a la conducción carnera y traidora de la Verde del SMATA que le permitía a la patronal aplicar condiciones de trabajo insalubres que producían muchas enfermedades a los trabajadores y una baja permanente del salario.
En esta larga y durísima pelea contra enemigos tan poderosos, los trabajadores de LEAR se jugaron el todo por el todo muchas veces. Hicieron de todo, asambleas, bloqueos de portones, cortes de Panamericana, marchas y movilizaciones, se enfrentaron a la represión de la policía y gendarmería, a los ataques de la patota del SMATA, enfrentaron el apriete de la empresa para doblegarlos por hambre y necesidad, las mentiras y encerronas del Ministerio de Trabajo y de la Justicia. El propio gobierno nacional en sus máximas instancias, jugaba para la empresa, permitiendo el ingreso de mazos de cables importados de Honduras y Filipinas, para quebrar la resistencia de los obreros y obreras de LEAR.

Una batalla desigual con debilidades en su conducción

No es nuestro estilo ni nuestra tradición, ponernos como ejemplo ni dar cátedra de cómo hay que luchar. Mucho menos atacar y denostar a compañeros de lucha, que equivocados o no, pusieron lo mejor de ellos para enfrentar juntos a la patronal, la burocracia, el gobierno nacional y sus instituciones. Pero sí queremos compartir algunas reflexiones comunes con un sector grande de trabajadores de LEAR, muchos de ellos despedidos, otros que continúan adentro, sobre la orientación que tuvo esta gran lucha, y que le imprimió el PTS quien estuvo a la cabeza de la misma.
Los compañeros del PTS han publicado un larguísimo balance, que intenta demostrar que todo, absolutamente todo se hizo bien, que fue solo el PTS el que se jugó la vida por esta lucha, que todo el resto de la izquierda y el activismo «acompañamos pasivamente» y «le sacamos el cuerpo a la pelea», que todo se hizo «sin ningún tipo de sectarismo», que solo «sus diputados Del Caño y Castillo fueron los abanderados de la lucha» y que todos los demás no pasamos de la «charlatanería».
Este tipo de balances no ayuda a sacar conclusiones, desarma al activismo para nuevas batallas y solo persigue un objetivo faccional. Junto a un gran sector de trabajadores despedidos y otros que permanecen en LEAR, sostenemos que esta durísima batalla, que enfrentaba enemigos muy poderosos y muy unidos contra los delegados y trabajadores de LEAR, podía igual perderse, pero que no ayudó a dar esta pelea en mejores condiciones haber contribuido a separar a los activistas y despedidos del resto de la fábrica, que no ayudó el permanente apara-teo sobre la interna, los activistas y la toma de decisiones por fuera de la misma, que es equivocado tratar de ganar una lucha apoyados en una sola organización y tratando por todos los medios de que el resto sean solo invitados, que no se trabajó para ampliar y extender la solidaridad en forma amplia y unitaria. Y que se desaprovecharon reuniones y eventos muy importantes, por los intereses sectarios de sectores izquierda que quisieron sacar provecho de la lucha y se perdieron oportunidades con el Encuentro de Donelley, con los Encuentros de Atlanta primero y de Platense después, con las peleas intestinas entre sectores del mismo FIT.
Decimos esto no para ubicarnos como «maestro ciruela» o sabelotodo, sino para intentar sacar conclusiones que permitan no repetir errores, sobre todo cuando los enemigos que enfrentamos son tan grandes y poderosos. Tampoco contribuyó a la lucha definiciones como «triunfo histórico de la clase obrera», a fallos judiciales que eran –como siempre- envenenados y una semana después se retractaban de lo que afirmaban unos días antes. Y tampoco compartimos definiciones como «indomables» a los heroicos compañeros que seguían la pelea, pero que encerraba denostar y calificar implícitamente de «traidores» a aquellos que quebrados por el hambre y la necesidad arreglaban con la empresa. Sobre todo porque fueron más de 220 trabajadores, varios de ellos activistas muy buenos, los que sucumbieron ante esta situación.
La lucha de LEAR no está definitivamente cerrada. Porque hay un grupo de trabajadores que sigue la batalla legal por su reinstalación. Porque uno de los delegados sigue trabajando. Porque hay compañeros dentro de fábrica que, por ahora en silencio, van a seguir la lucha, y porque todo lo que sembró la lista Celeste entre los compañeros no pudo ser barrido y puede volver a germinar ya que las condiciones que generaron el conflicto tanto en problemas de salud como en la baja al salario y flexibilización siguen vigentes. Y porque muchos de los compañeros y compañeras que se fueron, no se arrepienten de la batalla que protagonizaron y se preponen seguir organizados para volver a empezar en otras fábricas. A todos los trabajadores que durante larguísimos meses enfrentaron a la patronal multinacional, a la burocracia del SMATA y a su patota, al gobierno nacional y sus fuerzas de represión, sus ministerios y su justicia, a todos ellos nuestro reconocimiento y valoración, ahora y para siempre.