Niza: ¿a quién benefician los crímenes, a quién beneficia el horror?

Los hechos

Un camión loco, manejado por un loco, mató cerca de cien personas en Niza. Recién 36 horas más tarde ISIS “se adjudica” ese crimen masivo y monstruoso. Según el ministro del Interior Bernard Cazeneuve, el criminal se habría “radicalizado muy rápidamente”.

 

El perfil del criminal

Chemcedin Hamuda, un psicólogo que lo había tratado en 2004, explicó a L’Express que el asesino presentaba un “inicio de psicosis”. “Sufría una alteración de la realidad, del discernimiento y problemas de conducta”, indicó.

Mohamed Lahuaiej-Buhlel no era conocido por los servicios antiterroristas y jamás fue señalado por radicalización. “Durante estos años no se destacó, por condenas ni por su actividad, por una adhesión a la ideología islámica radical”, precisó Cazeneuve el 16 de julio.

 

La manipulación sádica de los hechos

De pronto asistimos a uno de los peores brotes político-mediáticos y de odio contra los musulmanes, cuyo detalle aquí nos ahorraremos. Valls, el hombre que predijo la victoria de Francia en la Copa Euro, enseguida antes del partido mostró la “pista terrorista”. Más hábil, el presidente Hollande declaró “no podemos negar que sea un atentado terrorista”, lo que también significa “no podemos afirmarlo”.

La cínica explotación del dolor de las familias, del sufrimiento de los sobrevivientes y sus allegados, de la emoción e indignación popular no tiene límites por parte de la llamada “clase política” y la prensa amarilla, ebria de sensacionalismo.

 

La pista terrorista

“No se debe despreciar ninguna pista”, dice un viejo refrán policial. El loco criminal habría podido “radicalizarse muy rápido” y más rápido aún ser mandado por Estado Islámico. Por irreal que pueda parecer, esta hipótesis no se puede descartar. Entonces estaremos tentados de decir: ¿quiénes son pues estos terroristas, guerreros contra “el mundo libre” que esperan el fin de la Copa Euro 2016 y la fecha de fin del estado de emergencia para golpear de modo infame al pueblo? ¿A quién benefician sus crímenes bárbaros?

A Hollande, que así hace pasar a segundo plano el escándalo que lo salpica y destacando sus caprichos reales dignos de un Luis XIV.

A todo el Poder Ejecutivo, que va a prorrogar el estado de emergencia frente a la rebelión social, con su seguidilla de violaciones a los derechos humanos, arrestos domiciliarios y detenciones y persecuciones judiciales arbitrarias.

A los racistas antimusulmanes de todo pelaje, que hacen gala del odio contra los musulmanes (o contra los que denuncian la islamofobia) con un único resultado: la división, en favor del gobierno y del régimen actual.

Al gobierno, que sostiene a los regímenes que trafican o traficaron con ISIS y les vende armas que siembran muerte y destrucciones.

  • Retiro inmediato del estado de emergencia.
  • Alto a la islamofobia.
  • Alto a las intervenciones militares francesa, americanas y rusas en Medio y Cercano Oriente.

La Commune, 17/7/16