¡El Bauen es de los trabajadores!

…Y al que no le gusta, se jode, se jode. Así dice la consigna que los compañeros y compañeras de la cooperativa Hotel Bauen vienen cantando una y otra vez desde que tomaron el hotel, allá por marzo del 2003, y que desde aquel momento acompañamos solidariamente decenas de organizaciones políticas y sociales, entre ellas nuestros dirigentes Alejandro Bodart y Vilma Ripoll junto a todo nuestro partido.

El Bauen había cerrado el 28 de diciembre del 2001, en plena crisis del país, tras el ingreso de las cadenas hoteleras extranjeras. El patrón Marcelo Iurcovich quedó endeudado con el banco público BANADE, que había subsidiado la construcción del hotel en 1978. En 1997 se lo vendió a la empresa chilena Solari S.A., que sólo hizo pagos parciales, no pagó impuestos a la AFIP, también se endeudó y terminó en quiebra. Iurcovich intentó volver, pero sin pagar lo que correspondía…

Por eso inclusive desde el punto de vista legal la propiedad no le pertenece a nadie: el que la compró nunca terminó de pagarla y el que la vendió tampoco restituyó lo cobrado al fondo de la quiebra. Entonces quienes realmente tienen legitimidad son los trabajadores, que a diferencia de ambas patronales maniobreras y vaciadoras son los únicos que hicieron funcionar el hotel.

Los que iniciaron la toma eran sólo 35. Con gran esfuerzo fueron haciendo las refacciones necesarias al hotel, reabrieron sus puertas y lo pusieron a funcionar. Con el tiempo, nuevos compañeros se fueron sumando a la cooperativa. En todos estos años resistieron las presiones de la justicia comercial de este sistema, que ordenó clausuras e hizo mil maniobras funcionales a la antigua patronal, así como las presiones policiales y políticas.

A lo largo de estos 13 años de lucha, además, la cooperativa prestó las instalaciones del hotel gratuitamente o a bajo precio a organizaciones populares para realizar mil y un eventos, exposiciones, reuniones, conferencias y seminarios de todo tipo. Por dar un último ejemplo, allí funcionó la Multisectorial porteña contra el tarifazo dictado por el gobierno macrista. Por eso, de alguna manera, el Bauen también es de todas y todos los trabajadores.

Ley, veto… y sigue la pelea

Como fruto de largos años de movilización y presión de los trabajadores del Bauen, siempre con respaldo popular, el 26 de noviembre de 2015 la Cámara de Diputados de la Nación aprobó con media sanción la ley de expropiación del inmueble sito en la porteña Avenida Callao 350 y las instalaciones del hotel así como su cesión a la cooperativa obrera. Hubo voto favorable unánime de los 129 diputados presentes, en ausencia de los bloques del PRO-Cambiemos.

A su vez el 30 de noviembre pasado, con 39 votos afirmativos y 7 negativos, el Senado sancionó en forma definitiva dicha Ley 27.344. Allí, al votar en contra, el senador macrista Federico Pinedo anticipó los falaces argumentos del gobierno, que luego Mauricio Macri retomaría en su reciente veto en versión corregida y aumentada: “Dar una fortuna de plata a unos pocos señores es algo que nosotros no vamos a aceptar”.

El 26 de diciembre, mediante el Decreto 1.302/2016 firmado por Macri y su jefe de Gabinete Marcos Peña, el gobierno nacional vetó la ley. Argumenta que destinar fondos públicos a “una situación particularizada que sólo afecta a un grupo de personas” perjudicaría “asignar los recursos económicos disponibles a otras necesidades básicas insatisfechas del conjunto de la población”.

Es una hipocresía total. Primero, porque los afectados no son “un grupo” sino más de 130 familias, que sin la ley corren riesgo de quedar en la calle. Segundo, porque el gobierno macrista de ninguna manera cubre “las necesidades básicas insatisfechas del conjunto de la población”. Tercero y principal, porque aun si para expropiar no se pudiera cobrar nada de la vieja deuda y el Estado tuviera que aportar 30 millones dólares por única vez, es ínfimo comparado con las verdaderas “fortunas” que el gobierno destina a las corporaciones. ¿Ejemplos? Anular las retenciones a las megamineras son 233 millones de dólares (MD) al año y bajarlas a las agroexportadoras son más de 2.000 MD al año. Los subsidios a las petroleras son 5.000 MD al año. No gravar la renta financiera son 2.700 MD al año… ¿A quién cuernos se refiere el gobierno cuando habla de no “dar una fortuna de plata a unos pocos señores”?

No hay caso. Estamos ante un veto totalmente gorila y antiobrero. En la lógica capitalista del macrismo no entra que los trabajadores puedan gestionar exitosamente el Bauen desde hace 13 años, sin patrones. Encima, Macri dictó este repudiable veto desde sus exclusivas vacaciones en una cabaña del lujoso Complejo Cumelén, en Villa La Angostura…

La tarea hoy es rodear de solidaridad obrera y popular a los trabajadores del Hotel Bauen. Este jueves 29 de diciembre a las 18 horas, desde el MST en Izquierda al Frente estaremos acompañando el acto unitario convocado por las compañeras y compañeros de la cooperativa. Y lo haremos cada vez que haga falta. Porque el Bauen es y debe seguir siendo, sin duda alguna, de los trabajadores.

Pablo Vasco