Ni entrega de los cielos, ni vaciamiento de Aerolíneas Argentinas

El martes 27 de diciembre, en el Teatro de la Rivera, se realizó la Audiencia Pública convocada por la Administración Nacional de Aviación Civil, para la concesión de rutas aéreas de cabotaje e internacionales. Fue un evento montado para justificar la entrega a empresas de aviación privadas.

Desde el MST estuvimos dando la pelea tanto dentro de la Audiencia como afuera, acompañando a lxs trabajadorxs movilizadxs.

Como en otras ocasiones en que se abordan temas importantes con participación abierta, la Audiencia no es vinculante, es decir que su resultado no es definitorio para la toma de decisiones.

Las empresas que quieren concesionar son: Los Andes (ya realiza vuelos), Americano Jet (hace chárter), Alas del Sur, Avían Líneas  Aéreas y Flybondi, entre otras.

Para tomar un ejemplo, a Flybondi (familiares de Macri) que quiere operar como Low Cost  en 99 rutas, el gobierno sólo le pidió un aval irrisorio de 6.000 dólares. Se trata de un gran negociado.

La modalidad Low cost implica pasajes a bajo precio, pero no es de lo más confiable. Se trata de vuelos precarizados y sin el mantenimiento necesario. Es imposible dejar de señalar lo sucedido con el avión de Lamia, en el que se trasladaba el Chapecoense. Murieron 75 personas porque quisieron ahorrar en combustible y volaban con fallas eléctricas.

Incluso lo que algunas empresas venden como bajo costo, no es tan así: cobran la segunda valija, diferencian el precio de los asientos, precarizan el servicio realizando vuelos más frecuentes, cancelan vuelos sorpresivamente, hacen desbordar terminales y despiden personal. Prefieren garantizar las ganancias antes que invertir lo que sea necesario  extremando los cuidados para un vuelo seguro.

El gobierno va a entregar las rutas a empresas amigas del poder que funcionarán con el criterio de la ganancia, en lugar de invertir en fortalecer Aerolíneas Argentinas, como una empresa del Estado eficiente, segura, de bajo costo y generadora de empleo. Cubrir trayectos que unifiquen al país no puede ser un negocio, debe ser un servicio a la población.

Aunque Guillermo Dietrich diga que la apertura traerá más trabajo, lo cierto es que recae sobre Aerolíneas la amenaza de despidos y de quebrarla en la competencia desventajosa con otras empresas. Esto es lo que olfatean los trabajadores que se movilizaron a la Audiencia, más allá de sus dirigentes sindicales que están por detrás de encabezar una fuerte resistencia al proyecto de Macri de rifar los cielos del país.

Desde Menem hasta Macri, pasando por los K, podemos hacer un balance del rol jugado por las empresas privadas en todos los ámbitos. Es un balance lapidario: se llenaron de dólares, los mandaron al exterior, no invirtieron en infraestructura y brindaron un servicio malo. Las empresas privatizadas fueron un fracaso.

Las rutas aéreas no deben ser entregadas al mejor postor. Cubrir los cielos con una aerolínea de bandera forma parte de la defensa de la soberanía nacional. Y las empresas que fueron privatizadas deben ser íntegramente reestatizadas bajo control de sus trabajadores, ofreciendo tarifas accesibles bajo el criterio de brindar un servicio esencial.

Desde ya las centrales sindicales y los gremios tienen que ponerse a la cabeza de la defensa de los trabajadores aeronáuticos, en particular de Aerolíneas Argentinas. Nos tenemos que preparar para responder fuerte y unitariamente a este nuevo ataque de Macri, ya que defender la soberanía es una causa popular que excede a los gremios.