Pérdida del poder adquisitivo: El salario se va a los caños

Macri pretende seguir bajando el sueldo de los trabajadores. Continúa la lógica empresarial de bajar el costo laboral para favorecer las ganancias de sus amigos.
La semana pasada el Ministerio de Trabajo anunció que no homologará ninguna paritaria que esté por encima del 20 %, partiendo de la pauta inflacionaria proyectada en el Presupuesto. Es algo completamente inaceptable ya que, como viene la mano, la inflación tranquilamente puede superar ese porcentaje.
Si tenemos en cuenta los propios datos del INDEC, la mitad de los argentinos tiene ingresos menores a $ 8.000 mensuales (ingresos salariales y no salariales), mientras que el ingreso medio no llega a los $ 12.000, casi la mitad del valor de la canasta familiar. Es decir, la mayoría de los trabajadores se encuentra cobrando salarios de hambre.
Otro dato relevante del INDEC es en relación a la distribución de la riqueza. El 20% de los hogares concentra la mitad de los ingresos. En tanto que el 10% más rico gana 26 veces más que el 10% de menores recursos.
El presidente también quiere avanzar en la flexibilización, modificar las leyes laborales de las cuales dice sin ruborizarse que «favorecen sólo a los trabajadores» y terminar con la estabilidad en el empleo. La excusa es que «así vendrán las inversiones».
En realidad, el paquete de medidas sólo intenta ajustar a los trabajadores valiéndose de una herramienta: la inflación.
En el 2016 dijeron que el salario no debía aumentar más del 20% y la inflación resultó ser del 45%. Fue la resistencia de los trabajadores la que hizo que los salarios superaran en muchos casos el techo macrista.
La contracara fue que Mauricio y su gabinete se aumentaron un 32 % haciendo honor al dicho «Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago».

Es un plan de ajuste global

El plan de Macri y los CEOs va más allá. Incluye bajar el déficit fiscal con despidos, dejando a miles de familias en la calle. Así la desocupación será un factor disciplinador del salario de los que conserven sus puestos de trabajo. En estas eventuales condiciones, otro objetivo es que las tareas que se resientan sean cubiertas multiplicando el trabajo de los que sigan en funciones.
Con el impuesto a las ganancias pasa lo mismo, sólo se abren a discutir algunas subas para descomprimir la bronca de los trabajadores afectados, siempre que esas «subas» no dejen de afectar con el impuesto a la misma cantidad de trabajadores que hoy lo pagan.

Los cómplices

La oposición de Massa y el PJ, que posaron de rebeldes, vuelve a poner los pies en el plato. Como si fuera una cargada, para no discutir más si el salario es o no ganancia, le quieren cambiar el nombre por «impuesto al ingreso.»
Asimismo, la CGT deja pasar los despidos sin llamar al paro general. A cambio recibieron dinero para las obras sociales y dejaron aislados a los gremios, facilitando el cierre de paritarias a la baja.
En definitiva en el 2017 el gobierno vuelve a la carga para intentar una baja sustancial de la masa salarial. Que lo logre o no, dependerá de la respuesta de los trabajadores y el pueblo.

Hay una salida distinta al ajuste

Este plan de ajuste debe recibir una fuerte respuesta de todos los trabajadores. Mientras tanto hay que imponer que la CGT abandone su papel traidor y convoque al paro general activo, como parte de un plan de lucha para que no haya techo en las paritarias y contra el ajuste en general.
Nos tenemos que organizar en asambleas, plenarios de delegados, debatir y votar un programa que arranque de un aumento general de salarios para superar los límites de pobreza y cubrir los costos de la canasta familiar, que serían no menos de 24 mil pesos.
De la misma forma debemos lograr que se les reconozca a los jubilados el 82% móvil y el aumento de los planes sociales hasta que se les garantice a todos los trabajadores desocupados un trabajo digno.
Hay que continuar la lucha por la eliminación del impuesto al salario por ser éste un impuesto regresivo que le mete la mano en el bolsillo a un tercio de los trabajadores. Es decir, los trabajadores debemos defender el poder adquisitivo de nuestro salario junto a nuestros puestos de trabajo y cualquier intento de empeorar nuestras condiciones laborales porque no hay, ni va a haber ninguna luz al final del túnel con los planes de Macri.

Jorge Núñez
Delegado del PAMI