Atanor: ¿derecho al trabajo o la salud y el medioambiente?

Esta empresa comunicó hace algunos días el cierre de su planta de Carapachay. La empresa elabora allí distintos productos químicos y deja en la calle a 80 empleados. Atanor es una de las principales empresas agroquímicas del país y tiene plantas en distintas ciudades. Como hacemos con cada lucha social, en especial las obreras, rápidamente nuestro partido en la zona acudió en apoyo a la protesta de los trabajadores y sus familias exigiendo la reincorporación inmediata. Más allá de las vicisitudes del conflicto en el orden gremial y político, en un sector del periodismo ambiental y del activismo del sector se abrió una polémica. Esta compañía sintetiza agroquímicos cancerígenos como glifosato y 2,4-D -aunque no en las instalaciones de la planta que acaba de cerrar donde sí elabora componentes tales como ácido acético y triacetina fundamentales para la producción de insecticidas. Son contaminantes y muy lesivos para la salud de las personas. Por esto, el debate que circuló en redes sociales y que lícitamente se plantean activistas de organizaciones ambientales es: ¿tenemos que plantear la reapertura de ATANOR con lo contaminante que es? ¿Qué se hace con los trabajadores despedidos? Frente a esto queríamos clarificar nuestra visión.

El ecosocialismo y la defensa integral de derechos

Nuestro enfoque parte de identificar la lógica del capitalismo, la ganancia como eje, como fuente de la violencia sobre derechos sociales -trabajo- y ambientales -medioambiente sano, saludable. La ganancia empresaria no repara en derechos, sino en posibilidades de negocios. Por eso, explota trabajadorxs y contamina naturaleza sin reparos. Nuestra visión es que hay que defender la integralidad de derechos sociales -al trabajo para subsistir- y también derechos socioambientales. Sabiendo que garantizarlos de forma duradera no es posible bajo el capitalismo. Por eso, somos anticapitalistas y ecosocialistas. A la vez, nuestra respuesta intenta superar una falsa y equivocada dicotomía entre trabajadorxs y naturaleza. Es equivocado solo limitar la lucha al plano social, laboral. Como también lo es priorizar el medioambiente, la ecología, sin reparar en las necesidades inmediatas de los que viven de su trabajo. Una respuesta de síntesis superadora, revolucionaria en nuestra opinión, es incluir todos los derechos entre los reclamos. Partimos de los más inmediatos que hacen a la supervivencia -el derecho a trabajar-; y lo combinamos dialécticamente con la exigencia al estado de intervención para proteger contra los capitalistas, la salud y el medioambiente de las personas. Esto arranca de exigir condiciones laborales saludables. En el caso de ATANOR lo primero es que la patronal reincopore a todos los despedidos. En segundo término, planteamos una Comisión Auditora Socioambiental integrada por trabajadores, vecinos afectados por la contaminación y especialistas en impacto ambiental para elaborar un rápido informe. Sobre esa base apelar a la decisión democrática de vecinos y trabajadores para decidir a través de una consulta popular vinculante. Si la opción resuelta socialmente por mayoría fuera el cierre de la empresa o su relocalización, exigimos que la patronal y el Estado garanticen la continuidad salarial de todxs lxs trabajadorxs en transición hacia una reconversión laboral de los mismos. Derechos sociales y ambientales son parte de la misma aspiración y estrategia para los ecosocialistas del MST y la Red.

Mariano Rosa