Solidaridad con los 1.500 presos palestinos en huelga de hambre

En los últimos días centenares de presos palestinos en las cárceles del estado gendarme de Israel han entrado en huelga de hambre. Comenzaron la huelga 1.500 detenidos y el número puede ir creciendo en los próximos días ya que existen 7.200 presos palestinos en las cárceles de Israel.

Sus demandas son elementales reclamos democráticos y humanitarios para mejorar las condiciones inhumanas en que son detenidos. Entre ellas que cesen las detenciones administrativas, un arbitrario régimen impuesto en las épocas de la ocupación británica antes de la Segunda Guerra Mundial, por el cual un detenido puede estar preso indefinidamente, sin derecho a defensa en un tribunal y a un abogado, hasta que el estado israelí lo disponga. Existen 750 presos en esta condición, y ha habido presos que han soportado hasta 8 años este atropello a la más elemental garantía democrática de defensa.

Entre las demandas, realizadas por el dirigente palestino preso Marwan Barghouti al Servicio Penitenciario Israelí, algunas de las cuales fueron presentadas también ante la Cruz Roja, antes de iniciar la huelga de hambre, figuran además derechos retirados en al año 2011, tales como: que los presos puedan recibir dos visitas al mes (actualmente solo reciben una), que se coloquen cabinas públicas de teléfono en todos los pabellones, incluidos los de los presos sometidos a mayores condenas, que se coloquen televisores con canales satelitales en las galerías y se permita la formación académica de los presos, abolida desde esa fecha.

La huelga de hambre lanzada es una de las más importantes realizadas en muchos años, tanto por la cantidad de presos que involucra como por la cantidad de centros de detención que abarca: las prisiones de Gilboa, Jadarim y Neguev en Israel y también el presidio de Ofra en Cisjordania (datos de Clarín 17/04/2017).

La medida que fue impulsada por Al Fatah (fracción palestina que dirige los territorios ocupados de Cisjordania), también es apoyada por la dirección del Hamas (dirige la franja de Gaza), una porción de cuyos presos ya se han plegado a la medida. A los que debemos sumar también a integrantes del FPLP (Frente Popular de Liberación de Palestina). Titulada “Huelga por la libertad y la dignidad” comenzó el 17 de abril al cumplirse un nuevo aniversario del declarado  “Día Nacional de Solidaridad con de los Presos Palestinos” y en el cual marcharon por las calles de Cisjordania y Gaza miles de compatriotas.  Son 800.000 los palestinos que han pasado por las cárceles sionistas, que representan un 40% de los hombres y un quinto de la población.

Entre los que realizan la protesta, en los distintos centros de detención, hay 73 mujeres, 1.700 enfermos de los cuales 23 están en estado terminal y 300 menores de edad. Entre los presos hay también 13 diputados del Consejo Legislativo.

El israelí, es un sistema carcelario largamente criticado por todas las organizaciones de derechos humanos del mundo, ya que permite la tortura en los interrogatorios (1), pasar largos años sin derecho a defensa en juicio, visitas familiares muy limitadas y la aprensión de los detenidos muy lejos de sus poblaciones originales dentro del Estado de Israel, lo cual impide a sus familias visitarlos con regularidad y viola las convenciones internacionales que condenan esta práctica.

Los funcionarios  luego de declarar que las demandas de los huelguistas eran inaceptables, mandaron, por orden del Ministro de Salud Pública, Gilad Erdan, a montar hospitales militares de campaña para alimentar por la fuerza a los presos en huelga de hambre, práctica que los médicos de los hospitales públicos se niegan a realizar.

Es importante señalar también que el número de presos palestinos se incrementó notablemente luego de la llamada “Intifada de los cuchillos” que se realizó en el año 2015. Levantamiento en el cual las fuerzas de ocupación israelí detuvieron a 10.000 personas.

Marwan Barghouti, quién dirige esta medida de protesta, es un dirigente de Al Fatah, que estuvo entre los referentes de la Segunda Intifada (2000-2005), lleva 15 años preso, condenado a  cadena perpetua. Pese a sus años en prisión aparece como la figura palestina más prestigiada en la Cisjordania y candidato a suceder a Mahamud Abbas de 82 años, como presidente de la Autoridad Nacional Palestina. En declaraciones del lunes 16/04 al New York Times declaró que la huelga tiene como objetivo “poner fin a los abusos en los centros penintenciarios” y además señaló, entre otras cosas que, «Israel ha establecido un apartheid judicial que garantiza la impunidad para los israelíes que han cometido delitos contra los palestinos y que criminaliza la presencia de la resistencia palestina”.

Una nueva protesta contra el enclave fascista

Muchos analistas sostienen que la protesta recientemente iniciada puede ser el detonante de protestas mayores, tanto en el incremento de los presos huelguistas, como de su repercusión en las movilizaciones en las calles, al cumplirse 50 años de la ocupación israelí de los territorios palestinos usurpados la guerra de 1967.

Es que la palabra apartheid utilizada por Barghouti, es la que más se aproxima al régimen racista que aplica el Estado de Israel contra los palestinos. Lejos ha quedado esa propuesta de la ONU y del imperialismo de crear dos estados. Propuesta que inicialmente Trump abandonó, para luego volver al libreto original, en su campaña electoral. Lo cierto es que la lógica de la ocupación del territorio palestino por parte de los que dirigen ese verdadero enclave contra los pueblos de Medio Oriente que es el Estado de Israel, es la degradación, exterminio y expulsión de la población palestina.

Por eso fue un grave error la aceptación del legendario Yasser Arafat y de Al Fatah de la propuesta imperialista de los dos estados. En la práctica lo único que se logró es que el gendarme fascista que dirige Israel ganara tiempo y territorios, profundizando la instalación de las ilegales colonias israelíes en la Cisjordania y convirtiendo a la Franja de Gaza en una cárcel a cielo abierto.

Por muchos años anteriores a la creación del Estado de Israel, árabes y judíos convivieron pacíficamente en esos territorios pertenecientes al pueblo palestino. No hay forma de lograr una paz duradera para la región al servicio del desarrollo independiente de los pueblos, si no es destruyendo ese engendró fascista que es el enclave colonial llamado Estado de Israel y fundando una Palestina libre, laica y no racista.

Mientras peleamos por esa salida de fondo, ahora hace falta la mayor unidad de todos los que coincidan en apoyar las demandas democráticas de los presos palestinos. ¡Más que nunca debemos bregar por la más amplia y grande solidaridad para que triunfe la huelga de hambre!

Gustavo Giménez

(1) Según Aljazzera son 72 los palestinos que han muerto en estos interrogatorios en base a la tortura.