Francia: Ni Macron, ni Le Pen

El domingo 7 de mayo se realizará la segunda vuelta de las elecciones francesas. Competirán el neoliberal Macron y la ultra derechista Le Pen. El voto a Macron no frenará al ascenso de Le Pen, todo lo contrario. El candidato de Francia Insumisa Jean-Luc  Mélenchon, la izquierda, distintos sectores sociales y gremiales llaman a no votar por ninguno de los dos. Una campaña que incidirá con fuerza en el futuro de las luchas en el país galo y en la tercera vuelta legislativa del mes de junio.

Cuando culminó el debate televisivo entre Emmanuel Macron de En Marcha! y Marine Le Pen del Frente Nacional, muchos medios le dieron “ganador” al neo liberal Macron que, con su “estilo profesoral”, habría puesto en evidencia a la xenófoba “de barricada” Marie Le Pen. En una campaña interesada, no tanto a frenar a Le Pen, ya que Macron tendría la victoria asegurada, sino a meter miedo para que no prospere la posición de la izquierda francesa de votar en blanco o abstenerse.

Es que una fuerte votación en blanco o por la abstención, debilitaría la legitimidad del próximo gobierno, destinado a continuar el fuerte plan de ajuste que Hollande y la burguesía francesa vienen implementando sobre los trabajadores y el pueblo francés. Si tomáramos los porcentajes de los votantes inscriptos, Macron representa solo al 18% y Marine Le Pen al 16%, por lo que un porcentaje importante de abstención o voto en blanco le restaría base social al próximo gobierno.

Otras miradas menos interesadas sobre el resultado del debate señalan que, más allá de tal o cual ganador circunstancial, los dos perdieron. Distintas encuestas están señalando una fuerte inclinación, al voto en blanco o nulo, que “…revela el hastío que despiertan Macron y Le Pen. Si en la primera vuelta se contaron 10,6 millones de abstencionistas más 1 millón de votos en blanco o nulos, una apabullante cifra de alrededor de 14 millones de franceses no votarán o elegirán el voto en blanco o nulo en la decisiva segunda vuelta.” (nuevatribuna.es, 04/057/2017)

Y no es para menos en una Francia convulsionada por el hundimiento de sus tradicionales partidos: la socialdemocracia del presidente Hollande y los republicanos de Fillon, Sarcozy, Juppe, etc., que por primera vez en décadas no lograron entrar en el ballotage, dejando lugar a dos “outsiders” como llaman a los candidatos de En Marcha! y del Frente Nacional.

La otra preocupación de la burguesía francesa sobre el resultado de la campaña “Ni Macron, ni Le Pen” es que favorecería el crecimiento de la izquierda en las próximas legislativas del 11 y 18 de junio, apuntalando el desarrollo de un dirigente como Jean-Luc Mélenchon, que con su “Francia Insumisa”, a pesar de las limitaciones de su programa que no plantea una clara salida anti capitalista, obtuvo el 19,6 % de la votación en la primera ronda, expresando una importante radicalización del electorado y constituyendo quizás el fenómeno político más importante de estas elecciones presidenciales.

La campaña contra Macron y Le Pen

Mélenchon que de entrada llamo a votar contra Le Pen, realizó una encuesta entre sus partidarios sobre la postura a tomar en la segunda vuelta. Y pese a la fuerte presión que existe por el “voto útil” a Macron, el resultado fue categórico: de 240.000 personas (más de dos tercios de los inscriptos con derecho a voto), el 66% se pronunció por el voto blanco, nulo o la abstención. Mélenchon recibió a partir de esta definición un durísimo ataque de todo el establishment. En ese sentido nuestros compañeros de La Comuna de Francia señalan: “…Como es sabido, no tenemos ninguna simpatía hacia Mélenchon. Pero no aullaremos con los lobos que lo fustigan y lo insultan por el simple hecho de no llamar a votar por Macron”

En igual sentido se pronunciaron los ex candidatos presidenciales Philippe Poutou del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) y Nathalie Arthaud de Lutte Ouvriére (Lucha Obrera). Hasta ERC Norte (la sección francesa de Izquierda Republicana de Cataluña) hace campaña contra Macron y Le Pen.

Esta pelea tuvo un capítulo importante en las movilizaciones del 1º de mayo en Francia. Mientras que los decenas de miles que desfilaron con la CGT, Fuerza Obrera, la Federación Sindical Unitaria y Sud,  se manifestaron contra Le Pen y se negaron a pronunciarse a favor de Macron. En el acto convocado por los sindicatos que apoyan a Macron apenas concurrieron varios cientos de manifestantes.

Votar a Macron termina fortaleciendo a la ultraderecha

Lejos de enfrentar o detener a la ultraderecha, el voto por Macron lo único que hará es alimentarla. Porque la creciente polarización que se vive en Francia, es el resultado de años de política de ajuste por parte de los socialdemócratas y los republicanos. De ese desencanto y de  la falta de alternativas de izquierda anti capitalistas de masas, se nutrió Le Pen. Macron, ex banquero y fiel representante del establishment, ha sido ministro de economía de Hollande, el gobierno que está implementando la reforma laboral más anti obrera en décadas.

Como relatan los compañeros franceses de La Comuna, ya en el 2002 millones de franceses votaron a Chirac (republicano) contra Jean-Marie Le Pen  (el padre de Marine). Chirac puso a Sarkosy como ministro del interior y recortó las jubilaciones, los beneficios sociales, atacó a los inmigrantes, “…Y ahora, el programa de Macron es peor que todo lo que Chirac, Sarkozy y Hollande pudieron hacer. Eso le permite a Le Pen utilizar como espantapájaros a Macron, que hoy es el mejor agente electoral del FN.”(…)”…El voto a Macron no es una vacuna contra el FN sino, al contrario, el veneno que nutre esa especie de tumor maligno que es el FN. Si Le Pen avanza se debe a la campaña calamitosa de Macron y su programa de destrucción social que le abre la vía al fascismo.”

Lo grande de la situación es que la experiencia y las luchas de la clase obrera francesa están generando un fenómeno de radicalización a la izquierda que no solo puede derrotar a los fachos sino a todo el repodrido régimen político de la V República.

Gustavo Giménez