El FIT en su peor momento: LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA NO LES IMPORTA

La convicción que tienen miles de simpatizantes de izquierda, trabajadores, mujeres y jóvenes es que en la izquierda debe haber unidad, porque la división no sirve y debilita al conjunto frente al gobierno, la burocracia y las patronales. Es el convencimiento legítimo de quienes opinan que la izquierda –si actuara unida– lograría mucho más hacia el objetivo de los cambios transformadores que propone. Es la idea predominante entre quienes de una u otra forma apoyan a la izquierda y esperan ver, algún día, que la unidad sea un sueño realizado. Desde el MST compartimos e impulsamos ese anhelo unitario aún demorado, al cual no renunciamos.

Lamentablemente, no exageramos si decimos que por estos días el FIT ha dinamitado todos estos justos deseos de unidad de la izquierda. Por un lado por su sistemática negativa a una verdadera y mayor unidad con otras fuerzas de izquierda, como le propusimos reiteradas veces desde el MST e Izquierda al Frente. Y por otro lado al agregarle a esa negativa una violenta escalada de fuego cruzado entre ellos mismos.

A pocos días de la presentación de alianzas, el FIT evidencia el fracaso de un modo de hacer política, sesgado por un sectarismo autodestructivo y un ataque frontal entre PTS y PO por tratar de demostrarle a otros o demostrarse a sí mismo quien es más, quien encabeza, quien merece tener “el cargo” de candidato a 1º diputado nacional. El espectáculo, es vergonzoso. Aunque el problema no es el espectáculo en sí mismo sino la esencia que lo determina: la unidad de la izquierda no les importa. Por eso privilegian la lucha de aparato y pierden de vista que un cargo electoral no puede estar por encima de una construcción común. El decadente espectáculo de la dirección del FIT en pocos días mostrará el final de esta nueva guerra interna. Sea cual sea ese resultado, la sola existencia del enfrentamiento muestra que no hay ningún proyecto común y sí un enorme retroceso político que perciben muchos de sus votantes y simpatizantes.

A tal punto ha llegado su ceguera política que encerrados en una pelea sin fin, ninguno de sus integrantes se plantea lo que debieran plantearse; superar su peor crisis abriéndose a más unidad de la izquierda. Se oponen a más unidad aunque les cueste más división. No se plantean reevaluar su realidad, reflexionar críticamente, abrirse la cabeza para que ingrese aire fresco. No  se proponen nada que cuestione su ya más que dudoso cálculo electoral.

Hay un hecho de la realidad muy grande; hoy existen dos frentes en la izquierda y al FIT no se le ocurre algo tan elemental como es unirlos. Prefiere destruir el suyo antes de hacer un movimiento unitario. Confirmando que el sectario cree que la salida a una crisis es más divergencia, más faccionalismo, más peleas electorales, más división para luego uno por cada lado decir “teníamos razón”. El sectario cree que Del Caño o Pitrola son más importantes que una gran construcción militante y unitaria de izquierda. El sectario, por supuesto, vive una realidad distorsionada que a la larga lo lleva a retroceder.

A pocos días del cierre de alianzas en la izquierda hay dos modelos; uno es el FIT que vive dividido y al borde del precipicio, el otro modelo es Izquierda al Frente dónde venimos dando los primeros pasos en unidad. Invitamos a quienes de verdad anhelan un gran proyecto de unidad a sumarse a lo nuevo, a una verdadera renovación frentista en la izquierda. Invitamos también a los simpatizantes y a la militancia que dentro del FIT se cansó de estas peleas a ser parte de esta nueva unidad. Invitamos a otras organizaciones de la izquierda política e independiente a sumarse. Poniendo por delante lo que nos une, debatiendo fraternal y pacientemente las diferencias, escapándole al vedetismo electoralero, proponiendo un proyecto anticapitalista y socialista a mediano y largo plazo.

Como decíamos al inicio de este artículo, hay miles y miles que quieren y queremos la mayor unidad posible de la izquierda. A nosotros sí que nos importa lograrlo. Hacia ese objetivo, en estas elecciones hay que elegir bien, dentro de la izquierda, cual proyecto fortalecer y cual dejar de apoyar. La existencia de Izquierda al Frente es una nueva oportunidad de fortalecer a quienes bregamos por la mayor unidad posible de la izquierda política y social y asumimos el compromiso de seguir peleando por eso después de las elecciones. No la desaprovechemos.

 Sergio García – Dirigente del MST y de Izquierda al Frente