¡Fuera el genocida Netanyahu de la Argentina!
Benjamín Netanyahu se encuentra en el país y ya ha sido recibido por el presidente Macri. Su visita es parte de una gira que incluirá Colombia y México en la que lo acompañan 30 empresarios. Los socialistas del MST en Izquierda al Frente expresamos nuestro total repudio a la visita de este nefasto personaje y exigimos su inmediata salida de nuestro país.
Nuestro presidente tiene entonces el “honor” de recibir la visita por primera vez, luego de 78 años de fundado el estado genocida de Israel sobre la usurpación del territorio palestino, a la autoridad máxima de ese enclave imperialista.
El nuevo visitante ilustre y amigo del macrismo ha participado en la Guerra de los Seis Días de 1967 en el cual Israel se anexionó y conserva Gaza, Cisjordania y las alturas del Golán. También fue combatiente de la guerra del Yonn Kipur del ’73 en la cual se consolidaron estas anexiones y como representante de la extrema derecha del partido Likud ha ejercido cuatro mandatos, durante los cuales, entre diversas agresiones a los pueblos de la región, se destacan sus bombardeos a la población de palestina de Gaza, en la operación “Escudo Protector” de 2014. Operación en la cual asesino a más de 2.000 palestinos, en su mayoría civiles indefensos, y cuyas imágenes mostrando a cuerpos de niños destrozados por el ataque israelí todavía lastiman nuestras retinas.
Israel es un enclave imperialista, un estado artificial creado por el imperialismo sobre la base de la masacre del pueblo palestino, que es utilizado como estado tapón contra las luchas de los pueblos árabes y de Medio Oriente. Su desarrollo y fuerza está asentado en un multimillonario apoyo del imperialismo yanqui a su industria y desarrollo militar, que le ha permitido desarrollar un importante ejército profesional y un peligroso arsenal nuclear.
Tiene un apoyo incondicional de Trump que lo visitó en su primera gira presidencial y amenazó con instalar la embajada yanqui en Jerusalén, tradicional ciudad capital del pueblo palestino. Israel es para EEUU un ariete fundamental contra el “eje del mal” iraní y las luchas de los pueblos árabes, y también para las prácticas de espionaje que ubican al Mossad (el servicio secreto israelí), como uno de los principales apoyos en la fundación del ISIS, junto Arabia Saudita y otros estados de la región.
Hacia el interior de Israel, su consolidación como estado se ha realizado sobre una verdadera política de exterminio del pueblo palestino, que tiene 5 millones de expulsados en países limítrofes y que vive una permanente opresión contra sus más elementales derechos. Exterminio que tiene a miles de palestinos presos, ha convertido la franja de Gaza en una cárcel a cielo abierto y la Cisjordania en un territorio ocupado por decenas de miles de ocupantes sionistas “ilegales”, protegidos por las fuerzas de seguridad israelitas. Un Estado en el cual las prácticas de tortura son legales y un inmenso muro (del cual se copió Trump), cerca a los territorios donde viven los palestinos.
Como era de esperar, todos los “comunicadores” del gobierno macrista, han pintado el justo rechazo a ese ejemplo “democrático” que es Netanyahu y el estado sionista, como algo marginal, de poca monta y de carácter anti judío. Nada más falso. El repudio del rol fascista del estado sionista abarca no solo a muchos argentinos que han repudiado sus masacres al pueblo palestino, sino a muchos pueblos del mundo que son parte de un boicot activo al estado genocida, cuyas prácticas incluso han sido condenadas en reiteradas oportunidades por la propia ONU. Un repudio que llega a muchos intelectuales de origen judío que denuncian la similitud de las prácticas que emplean los sionistas con las que en su momento utilizaron los nazis contra el pueblo judío en la Segunda Guerra.
Así, mientras en el mundo se repudia al estado que supo respaldar el régimen del apartheid en Sudáfrica (práctica que reproduce contra los palestinos en su país), o que abasteció de armas a las dictaduras sudamericanas en la década del 70, Macri lo reconoce como paladín de los DDHH y aspira a realizar grandes negocios con él, en particular en el armamento destinado a la llamada seguridad (léase represión).
Lamentablemente el gobierno anterior kirchnerista, al que algunos medios quieren pintar como hostil a Israel, por su viraje de los últimos años acompañando el giro de Obama, y que concretó el memorándum (nunca ejecutado) con Irán, supo tener también buenos negocios con el estado sionista. El presidente Simón Pérez fue recibido en su vistita al país por el gobierno de Cristina y durante su gobierno nuestro país firmó, junto a Brasil, el tratado de libre comercio Mercosur- Israel.
La visita que Netanyahu continuará por Colombia, país con el que tiene extraordinarias relaciones comerciales y políticas luego de haber abastecido a los gobiernos represores de los últimos años, responsables de miles de desapariciones y asesinatos, de un copioso armamento.
Su visita a México, en el cual es el segundo país después de EEUU en inversiones, se realiza luego de que Netanyahu respaldara la decisión de Trump, de construir en la frontera un muro similar al que Israel construyó contra los palestinos. Y que obligara al propio gobierno de Peña Nieto, que lo recibirá próximamente, a enfrentarlo en su momento.
El gobierno de Macri le reclamó además apoyo para que nuestro país ingrese a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), uno de los organismos más importantes de las multinacionales y el imperialismo.
Sobran razones para que repudiemos y nos movilicemos para que se vaya el agente del imperialismo, el genocida Benjamín Netanyahu, de la Argentina.
Gustavo Giménez