Cataluña insumisa. La Diada del Sí a la independencia

Un millón de manifestantes según la Asamblea Nacional Catalana organizaron una enorme cruz en el centro de Barcelona este 11 de setiembre. Fue una enorme demostración de fuerza contra las amenazas del estado español, Rajoy, y del rey Felipe, a favor del derecho del pueblo catalán a votar y decidir su destino en el plebiscito convocado para el 1º de octubre por el gobierno de la Generalitat.
El miércoles 6 de setiembre el parlamento catalán aprobó las leyes que lanzan el plebiscito del 1º de octubre y regulan el marco jurídico de la próxima República Catalana, si como todo indica triunfa masivamente el Sí en la consulta popular.
La votación fue un triunfo de «Juntos por el Sí», la coalición que gobierna la Generalitat y a la que pertenece el presidente del gobierno autonómico Carles Puigdemont y de la formación anti capitalista «Candidatura de la Unidad Popular» (CUP). Quedaron derrotados los partidos españolistas PP, el PSC-PSOE y Ciudadanos. La coalición de izquierdas «Cataluña Sí se Puede» que llevó al Ayuntamiento de Barcelona a Ada Colau, y cuyo referente nacional es Podemos, se partió al medio ante tan crucial votación.
El Tribunal Constitucional con sede en Madrid «ilegalizó» el referéndum primero y luego las llamadas leyes de desconexión con España. La Guardia Civil allanó una imprenta buscando urnas y boletas. La fiscalía llamó al mayor de los Mossos D’ Esquadra, Josep Luís Trapero, y a las autoridades de la Guardia Civil para que busquen la urnas e impidan el plebiscito. Para impedir el referéndum llegaron más de mil requerimientos con duras amenazas judiciales que afectan a 9.000 funcionarios municipales.
A la presidenta del parlamento catalán, Carme Forcadell, la amenazan con inhabilitarla y meterla presa y las autoridades de la Unión Europea salieron en defensa de las leyes de España, declarando que Cataluña va a quedar fuera de la UE si se independiza.

Una Diada masiva fue la respuesta del pueblo catalán

Pese a los intentos del gobierno español y de los medios españolistas tratando de disminuir su importancia, cuestionando las cifras de asistentes, etc., lo cierto es que en medio del clima de amenazas y polarización creados por Rajoy y sus medios de comunicación españolistas, el apoyo del pueblo catalán al plebiscito fue contundente. Por eso no hubo lugar a dudas, esta fue la «Diada del Sí» a la independencia.
La prepotencia del estado español contra la decisión del pueblo catalán de votar y decidir libremente su futuro, tensa la cuerda y le da más razones y más fuerza a los independentistas.
De hecho hubo este 11/09 dos poderes en pugna. El poder de Rajoy, del rey, del Estado monárquico español por un lado y el del pueblo catalán movilizado que lucha por su independencia por el otro. Y triunfó la movilización independentista.
El choque se hará cada vez más grande y frontal en los días que quedan antes del plebiscito y dependerá de la dirección catalana y de su firmeza, si la enorme fuerza que la movilización popular le ha conferido es aprovechada para dar la pelea hasta el final. Y así poder superar las intimidaciones, la campaña de miedo y la amenaza del uso de la fuerza con que el gobierno español pretende ganar la partida.
Si Cataluña triunfa, este será un triunfo de todos los pueblos de España que luchan por sus derechos nacionales contra el Estado monárquico español, será un triunfo de los vascos, los gallegos, los andaluces, los canarios, etc. Será una grave derrota del régimen bonapartista monárquico y un avance de los que luchan por volver al régimen republicano que derrotó el franquismo. Será un triunfo de toda la clase obrera y las clases oprimidas de España y de todos los que enfrentan la «legalidad» de la imperialista Unión Europea.

El Partido Obrero con Rajoy y el Rey

La web de Prensa Obrera sostiene el equivocado argumento de que: »El nacionalismo catalán tiene un contenido histórico reaccionario, pues apunta a la balcanización de la clase obrera de las distintas nacionalidades y autonomías del Estado (monárquico) español». Sería una maniobra de la burguesía local para superexplotar aún más a los trabajadores y para sostener esto dice apoyarse en las tradiciones de la revolución rusa.
El PO adhiere así a los argumentos reaccionarios y pro régimen del Estado español del estalinismo ibérico. Los revolucionarios rusos apoyaron el derecho a independizarse de las nacionalidades oprimidas como parte de la lucha de la clase obrera rusa y  mundial contra el imperio zarista, sin que esto significara bajar las banderas propias de la clase obrera ante la burguesía local.

Gustavo Giménez