Declaración de la IV Internacional sobre los acontecimientos en curso en Catalunya

Ayer día 20 de septiembre, la Guardia Civil y la Policía Nacional española detuvieron a 14 altos cargos de la Generalitat (el Gobierno catalán) y procedieron a realizar 40 registros de edificios públicos y domicilios particulares. A su vez, una operación policial incautó propaganda de la CUP (Candidatura de Unidad Popular, principal partido de la izquierda independentista) y sitió su local sin orden judicial alguna durante todo el día sin más objetivo que la provocación. Tras haber citado la fiscalía a más de 700 alcaldes catalanes que apoyan el referéndum del 1 de Octubre y tras sucesivas querellas contra la Mesa del Parlamento catalán, las acciones de ayer suponen un salto cualitativo en la escalada represiva de las instituciones del Estado español contra el referéndum de autodeterminación.

Escalada represiva e intervención de la Generalitat

A ello se une la intervención de las cuentas de la Generalitat por parte del Ministerio de Hacienda español, lo cual supone de facto la anulación de la Autonomía tras largos años de control de sus finanzas públicas con el pretexto de garantizar la aplicación de políticas de austeridad, pero que en la práctica han buscado ahogar progresivamente la Autonomía por parte del gobierno de Madrid. Además, la medida del ministro Montoro pone en riesgo muchas partidas presupuestarias (empezando por la renta básica de inserción recientemente aprobada por el Parlament, destinada a paliar la pobreza extrema y la exclusión social) y genera incerteza entre funcionarios y empleados públicos sobre sus próximas nóminas.

Una situación de choque de legitimidades en Catalunya

Desde los días 6 y 7 de septiembre, con la aprobación de la Ley del Referéndum y la llamada “Ley de desconexión” por parte del Parlamento de Catalunya, existe una situación de dualidad de legitimidades en la que existen dos ordenamientos jurídicos que no se reconocen mutuamente. La primera de estas leyes tiene como propósito convocar la consulta y la segunda constituye una especie de “constitución provisional” entre un hipotética victoria del Sí y una Asamblea Constituyente. Ambas leyes han sido anuladas por el Tribunal Constitucional español, pero siguen vigentes desde el punto de vista del Gobierno de la Generalitat y de una mayoría de la población catalana, que cree ya que el Tribunal Constitucional no tiene legitimidad para anularlas. Esta situación contiene en germen una revolución política en una parte del Estado español y una crisis sin precedentes de la monarquía y de la constitución postfranquistas de 1978. Las próximas horas y los días venideros serán decisivos para el desenlace.

Apoyar el referéndum de autodeterminación del 1 de Octubre y las movilizaciones contra la represión y por los derechos civiles

La situación es muy tensa y los acontecimientos de ayer anuncian una escalada de acción-reacción que apunta a un desborde. Por el momento, el aparato represivo no se ha fragmentado (los Mossos d’Esquadra, la policía catalana, no se han atrevido a desobedecer las órdenes de los tribunales españoles pero intenta adoptar un perfil bajo que les evite que sus mandos también sean juzgados por desobediencia), pero es imprevisible saber lo que sucederá si hay una represión abierta y masiva contra la población que se está movilizando pacíficamente.
Por el momento el gobierno catalán mantiene la convocatoria del 1 de Octubre a pesar de que en las semanas previas la Guardia Civil haya requisado también propaganda electoral, papeletas y cartas censales en imprentas y periódicos de toda Catalunya.

La escalada represiva del Estado español, que viene precedida por la llamada “Ley mordaza” (que recorta ya gravemente los derechos democráticos para hacer frente a las luchas de los indignados y las mareas) ha generado un estado de excepción de facto en el que se están vulnerando gravemente ya derechos fundamentales y que, no sólo pone en riesgo el futuro de las instituciones catalanas, sino que es la amenaza de involución política más grave desde el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.

La reacción del pueblo catalán, incluidos sectores significativos del movimiento obrero organizado, ha sido una enorme movilización en Barcelona y toda Catalunya y ha contado con la solidaridad de concentraciones contra la represión y por el derecho a decidir en las principales ciudades del conjunto del Estado español. Hay discusiones para convocar una huelga general contra la represión y hoy mismo los estibadores de Barcelona han decidido sabotear los cruceros fondeados en el puerto de la ciudad para albergar a una parte de los casi 5.000 policías y guardias civiles que el Ministerio del Interior ha desplazado a Catalunya para reprimir el Referéndum.

En los próximos días va a haber un pulso entre las fuerzas populares y soberanistas catalanas, con el apoyo de los sectores democráticos de la población española, contra el inmovilismo y las tentaciones autoritarias del Estado español heredadas de cuarenta años de dictadura franquista. Es más, parece que por primera vez se dan condiciones para una convergencia objetiva de los dos grandes movimientos de masas que ha generado la crisis mundial y la crisis de régimen en el Estado español y que hasta el momento se han mantenido alejados y recelosos: el movimiento de los indignados que estalló el 15 de mayo de 2011 y el llamado proceso independentista catalán que eclosionó un año antes. Dicha convergencia tiene un enorme potencial estratégico rupturista que las fuerzas anticapitalistas y revolucionarias catalanas y españolas deben aprovechar y desarrollar. La propia presión de los acontecimientos empuja a una convergencia objetiva: ante la represión, sectores obreros y populares toman conciencia de lo que está en juego y, a su vez, las corrientes nacionalistas buscan la solidaridad entre las fuerzas progresistas y democráticas del conjunto del Estado español.

Solidaridad internacional urgente

En este contexto la movilización internacional juega un papel fundamental en el conflicto. Una victoria en Catalunya es una victoria para todas las fuerzas populares, revolucionarias y democráticas de Europa y el mundo. Una derrota conducirá a un grave retroceso de la democracia y la lucha de clases en Catalunya, el Estado español y en la Unión Europea.
La IV Internacional llama a sus secciones y organizaciones simpatizantes a organizar la solidaridad en todos los países y a convocar concentraciones ante las embajadas y consulados españoles a favor del derecho a la autodeterminación y contra la represión ante cada nueva acción represiva que intente el Estado español.

¡Viva el derecho de autodeterminación de Catalunya!
¡Todo nuestro apoyo al referéndum de autodeterminación del 1 de Octubre!
¡Abajo la represión, el recorte de libertades y la involución política!

Buró Ejecutivo de la IV Internacional
21 de septiembre de 2017