Repudio a Bullrich y Garavano. Santiago y Rafael, ¡presentes!

El sábado 25 de noviembre, estando junto a nuestra compañera Vilma Ripoll en camino a la localidad bonaerense de 25 de Mayo para acompañar el velatorio de Santiago Maldonado, recibimos la noticia de la muerte de Rafael Nahuel, además de heridos y detenidos, incluidos niños y mujeres.

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La tristeza se nos multiplicó junto con la bronca. Santiago Maldonado, un joven “blanco”, de 28 años, tatuador, con rastas, solidario con los reclamos de las comunidades originarias, asesinado por la Gendarmería en el marco de un operativo ilegal en Cushamen, Chubut. Rafael Nahuel, “Rafita”, un joven mapuche de 22 años, flaquito, de Boca, que aprendía el oficio de soldadura y herrería, asesinado por la Prefectura en el marco de un operativo contra la comunidad Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi, Río Negro.

 

Dos pibes jóvenes, dos vidas injustamente cortadas de cuajo por sendas fuerzas represivas, ambas al mando de la ministra de (In)Seguridad Patricia Bullrich Luro Pueyrredón. Dos pibes menos, en esta Argentina gobernada por Mauricio Macri, cuyo plan es el ajuste sin fin contra el pueblo trabajador y la entrega sin fin a las corporaciones.

Tras saludar y conversar con Sergio, el hermano de Santiago; con su mamá, con su esposa Andrea, con su cuñada Carolina y con la abogada de la familia, Verónica Heredia, nos volvimos desde 25 de Mayo a Buenos Aires para participar al día siguiente.

Basta de encubrimiento e impunidad

Tal como lo hizo frente a la muerte de Santiago, la respuesta oficial ante la muerte de Rafael es la campaña de mentiras y el encubrimiento con el objetivo evidente de lograr impunidad. Se demoniza entonces a un “enemigo interno”, esta vez los mapuches y quienes respaldamos sus derechos, con tal de exculpar tanto al aparato represivo ejecutor como a los propios responsables políticos de las muertes.

Aun suponiendo que su cuerpo no fue “plantado” y aunque la autopsia diga que Santiago murió de frío y ahogado, lo cierto es que su muerte es consecuencia directa de una represión ilegítima e ilegal, fuera de la ley. La causa de la muerte no elimina las circunstancias: la orden del juez era despejar la ruta 40, pero la Gendarmería fue más allá, entró a los tiros a la comunidad Pu Lof y fue por esa persecución criminal que Santiago terminó sus días en el río.

En cuanto al caso de Rafael, la versión oficial, también replicada por los grandes medios amigos del gobierno, es la del “enfrentamiento”: mapuches armados que atacan a un grupito de prefectos. La realidad es muy otra. Sólo se probó que los mapuches tenían piedras y lanzas, no armas de fuego. Y avasallando la Ley 21.610 que prorrogó todo desalojo de comunidades originarias, el operativo lo llevaron adelante efectivos de Prefectura que dispararon con ametralladora. Una verdadera cacería.

De nuevo a las calles

Frente a tanta injusticia gubernamental, la respuesta no puede ser otra que la movilización. El mismo sábado, desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia -que integramos junto a decenas de organizaciones de derechos humanos y populares- salió la convocatoria a marchar al otro día a Plaza de Mayo en repudio al asesinato de Rafael y por justicia por Santiago.

De ese modo el domingo 26, desde las cinco de la tarde, con Vilma y la militancia nos concentramos de nuevo ante el Cabildo. “No cabe duda, no cabe duda, que a Rafita lo mató la Prefectura”, cantaba nuestra joven e incansable batucada. Luego fueron llegando otras agrupaciones, armamos la columna unitaria del EMVJ y dimos algunas rondas a la Pirámide. Ya con la presencia Mirta Baravalle y Norita Cortiñas, de Madres Línea Fundadora, Gabriela Vargas de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos leyó el texto del Encuentro, donde exigimos: Cárcel ya a los asesinos de la Prefectura Naval. Basta de represión a los pueblos originarios. Destitución inmediata y juicio político para el juez Villanueva. Libertad al lonko Jones Huala, no a su extradición. Juicio y castigo a los responsables materiales y políticos del secuestro, desaparición y muerte de Santiago Maldonado.

Por supuesto, también en Bariloche y en muchas otras ciudades del país el domingo 26 las y los militantes del MST salieron a las calles por Rafael y por Santiago.

El gobierno macrista se saca la careta

En una conferencia de prensa hoy lunes 27, los ministros del mismo gobierno responsable de la tragedia del ARA San Juan se han terminado de sacar la careta. Con todo cinismo, mientras Bullrich sostenía “llevamos adelante una acción legal y legítima, totalmente enmarcada en la ley”, su par el ministro de (In)Justicia Germán Garavano afirmaba que “los argentinos tenemos que aprender que no es la violencia el camino para solucionar los conflictos”…

¡Ellos, que asesinan, reprimen a mansalva, encarcelan a opositores procesados sin condena, pretenden una justicia adicta y atropellan las libertades democráticas y las garantías constitucionales! ¡Ellos, que tanto hablan de “república”, de “instituciones” y de “transparencia”!

Luego la ministra fue más brutal y directa: “Nosotros no tenemos que probar lo que hacen las fuerzas de seguridad”, dijo. Bullrich trata de justificar así un estado de excepción de hecho según el cual, para el gobierno y su accionar represivo, todo vale. Como el plan de Macri y Cambiemos es imponer el ajuste, justifican la violencia represiva a como dé lugar. ¡Ningún sector político o social que se reclame democrático puede dejar de repudiar semejante autoritarismo!

Santiago proviene del hebreo Ya’akov, que significa algo así como “parado en sus talones”. Y en idioma mapuche, Nahuel significa “tigre”. Así, parados sobre sus talones, para nosotros esos dos jóvenes tigres que son Santiago y Nahuel siguen presentes, ahora y siempre.