La UniCABA contra las cuerdas

El miércoles 9 de mayo los terciarios protagonizamos una masiva movilización, junto a docentes y estudiantes secundarios y universitarios, contra la UniCABA, el proyecto con el que el gobierno de Larreta pretende cerrar los 29 profesorados de la Ciudad y reemplazarlos por una universidad marca Cambiemos. Fue un nuevo golpe para el proyecto, que ya venía retrocediendo.

Un ataque a la educación

El Proyecto UniCABA se presentó en la Legislatura en noviembre y sus tres páginas no dejaron lugar a duda en cuanto a sus objetivos. Concentra 29 institutos en una universidad; liquida la autonomía y a validez nacional de los títulos de los profesorados; elimina las carreras y agrupa las materias en grandes “áreas”, reduce el rol del docente terciario a “facilitador” de contenidos cerrados expendidos por plataformas virtuales privadas; y, por supuesto, no se consultó nada con la comunidad educativa. El proyecto pretende reemplazar los profesorados centenarios de la CABA por una fábrica de docentes mediocres que produzcan mano de obra barata.

La respuesta de los estudiantes y docentes fue inmediata. Una gran marcha a fin de año logró que el gobierno pateara el tratamiento del proyecto para después de las vacaciones. El nuevo plan de Cambiemos era manifiesto: cuatro semanas de discusión en Comisiones y se votaría el 8 de mayo. Pero el movimiento eeducativo se interpuso.

El gobierno retrocede

Tras semanas de asambleas, clases públicas y una multitudinaria marcha el 12 de abril, la lucha contra la UniCABA finalmente logró romper el cerco que los medios hegemónicos habían levantado en torno a ella. Primero lo resquebrajó, irrumpió en la escena política con un masivo corte de la 9 de Julio el martes 24 de abril, que fue imposible de ignorar. Y lo terminó de derrumbar con la protesta que un centenar de compañerxs realizaron en la apertura de la Feria del Libro.

Ya la marcha del 12 había demostrado el unánime y activo rechazo de la comunidad educativa al proyecto. Faltaba visibilizar el reclamo, llevarlo a los millones de trabajadorxs de la ciudad y del resto del país para lograr su apoyo. Esto es fundamental, porque Cambiemos tiene mayoría propia en la Legislatua, por lo cual la única forma de frenar el proyecto es hacer que el costo político de aprobarlo les resulte insoportable. Con el corte de la 9 de Julio y el escrache en la Feria del Libro, comenzamos a lograrlo.

Días después, Cambiemos abandonó sus planes de votar la UniCABA el 8, y Clarín fue el mensajero. En una nota del 2 de mayo, cita a Maximiliano Ferraro, quien preside la Comisión de Educación de la Legislatura, diciendo que el debate está abierto y que va a extenderse por por lo menos dos meses más.

El artículo además señala el escaso a nulo apoyo que tiene el proyecto, criticado incluso por el nefasto Arzobispado de Buenos Aires. Es decir, mientras más salimos a instalar el debate en la opinión pública, más pierde a apoyo el gobierno.

Sobre los talones de este primer triunfo parcial, pegamos con la enorme marcha del 9 de mayo, que colmó los alrededores de la Legislatura con más de 15.000 estudiantes y docentes. Sumó que por primera vez se logró coordinar con docentes y estudiantes secundarios y universitarios.

Ni proyecto alternativo ni coexistencia

Voltear a la UniCABA es ahora una posibilidad muy real, si seguimos por este camino de coordinación y movilización. Lamentablemente, en este contexto, las fuerzas kirchneristas que conducen el sindicato docente mayoritario de la CABA (UTE), y la Coordinadora de Estudiantes Terciarios (CET) vienen abriendo la posibilidad de negociar la UniCABA con el gobierno porteño.

Eduardo López (secretario general de UTE) dijo en una entrevista de Letra P: “No nos oponemos a la apertura de una universidad…. No hay ningún problema con una universidad de formación docente.”. El presidente del CEJVG, Mariano Romano (Patria Grande), fue en la misma línea en una entrevista con Eduardo Feinmann:“no nos resistimos a una universidad docente, nos resistimos a este proyecto”.

Esta política lleva a la negociación de un proyecto alternativo, que no es otra cosa que una UniCABA con alguna que otra modificación -toda una claudicación- o a aceptar que se funde la UniCABA pero sin cerrar los profesorados. Esto implicaría lo mismo a otro ritmo. Abre la puerta al desfinanciamiento de los profesorados en beneficio de la UniCABA y el eventual cierre de los primeros. Y en cualquier caso, aunque fuera posible la coexistencia, nos oponemos a que se cree una universidad ideada para formar docentes mercantilizados que enseñen a nuestros jóvenes a ser carne de cañón de la voracidad capitalista de las multinacionales.

La presión desde abajo, sin embargo, no ha sido en vano. En los documentos leídos al final de la marcha del 9, se expresó con claridad que no aceptamos ningún proyecto que cree una UniCABA.

Profundicemos la movilización

El principal motor de la movilización, a pesar de su dirección, han sido las asambleas y las comisiones de difusión de los profesorados e interterciarias que han agrupado al activismo independiente y la militancia de izquierda y garantizado la actividad cotidiana del conflicto. Desde las conducciones K hay una política permanente de imponer sus políticas negociadoras por encima de las instancias asamblearias con métodos burocráticos.

No extraña que esos mismos sectores prioricen la negociación en desmedro de la movilización que puso al gobierno a la defensiva. Su norte es desgastar, no derrotar a Macri, y lograr la unidad con la derecha peronista de cara al 2019. Se opusieron al corte en el Obelisco, que se hizo a pesar de ellos, y maniobran para frenar el avance de un plan de lucha que vaya en el sentido de profundizar el tipo de medidas que más éxito han tenido.

La asamblea interterciaria que se realizó en corte del Obelisco, por ejemplo, votó un nuevo corte para el 4 de mayo, que ellos boicotearon. Y votó marchar el 8 y exigirle a los gremios que paren para sumar más fuerza. Antes de que las asambleas de los profesorados pudieran discutir y ratificar esto, las conducciones de la CET, UTE, hicieron una reunión con la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires) y la CEB (coordinadora de secundarios) a espaldas de estudiantes y docentes, sin respetar ese mandato y armaron marcha, sin exigencia de paro para el 9, cuando el gobierno aún mantenía pretenciones de votar la UniCABA el 8. Lamentable, el Partido Obrero desde la conducción de la FUBA, se sumó a esa maniobra burocrática, que además juega un rol desmovilizador, al trasmitir la sensación a miles de estudiantes de que participan al pedo porque lo que votan es luego desechado por las conducciones. Por suerte, la fuerza de la lucha hizo retroceder al gobierno antes del 8 y la marcha del 9 sumó un nuevo golpe a la UniCABA.

En los días anteriores a la marcha surgió otro debate, a partir de la concentración que convocaron en Congreso el mismo 9 agrupaciones políticos y sindicales ligadas a la campaña “hay 2019” en apoyo al proyecto de ley del PJ contra nuevos aumentos de tarifas. El PTS y el Nuevo MAS encabezaron una campaña orientada a intentar cambiar el destino de la marcha, y que en lugar de ir a Legislatura, vaya a Congreso para confluir con lo que -según ellos- iba a ser “un nuevo 18D”.

Argumentaron que lo de Congreso iba a ser una acción de masas, que quedaríamos marginados de la realidad política, y que boicotearíamos la necesaria confluencia de las luchas, si no llevábamos la marcha a Congreso. Como se podía prever, nada de esto fue así. La concentración de Congreso fue más chica que la marcha contra la UniCABA y tampoco tuvo cobertura mediática. Haber llevado la marcha ahí la hubiera transformado en una columna más de una concentración de contenido difuso. No hubiera existido el acto de 15.000 personas contra la UniCABA que mostró bien claro que nuestra lucha sigue en ascenso y que el gobierno claramente sintió -días después la Ministra de Educación Soledad Acuña se vio obligada a salir en Crónica TV para responder preguntas sobre la UniCABA.

Al parecer, el PTS quería arrastrar todo hacia lo que sí sería el hecho mediático del día -el debate dentro del Congreso, no la concentración de afuera- y una oportunidad para mostrar sus figuras públicas. Se le está haciendo costumbre al PTS intentar subordinar luchas a su postulación electoralista. Por suerte su política desmovilizadora no encontró base y la marcha a Legislatura se mantuvo.

Tenemos que superar estos escollos y profundizar el camino de la movilización y la asamblea para construir con fuerza el festivalazo del 15 de mayo y un nuevo corte de la 9 de Julio en coincidencia con el paro y marcha federal educativa del 23.

Por otro modelo educativo para otro modelo de país

Nuestra intransigente oposición al proyecto de la UniCABA no implica una defensa del estado actual de nuestros profesorados, formación docente y sistema educativo, que dejan mucho que desear. Por el contrario, opinamos que es necesario abrir un gran debate democrático sobre la educación, en la que participe el conjunto de la comunidad educativa. Este se tendría que dar en un Congreso Pedagógico Nacional, democrático y resolutivo.

En el mismo nosotros impulsaríamos la defensa de un sistema educativo público, gratuito, laico y democrático, enfocado a suplir las necesidades del pueblo y la formación de un país soberano, independiente y socialista. Con una verdadera Educación Sexual Integral y perspectiva de género en todos los contenidos; con cogobiernos de mayoría estudiantil, planes de estudio definidos democráticamente y un presupuesto acorde a las necesidades reales de la educación social, técnica y profesional.