¿Dónde está Erica Soriano?

¡¡A 8 años de su desaparición, seguimos exigiendo justicia y reclamamos saber dónde está su cuerpo!!

No nos preguntamos que le paso, y por momentos tampoco como, si queremos saber dónde está su cuerpo. Desde el primer momento que Érica desapareció, fuimos muchas las organizaciones feministas que acompañamos su búsqueda y nos solidarizamos con su familia. Y que después exigimos junto a ellos justicia por Erica y cárcel a Lagostena.  Juntas y a la izquierda, el MST y Vilma Ripoll, compartimos esas jornadas y movilizaciones junto a la madre, hermana y amigos.

La vida de Erica se detuvo a los 30 años sin dejar rastros de lo que pasó con ella. Erica Soriano y Daniel Lagostena convivieron durante cuatro meses, antes que ella desapareciera. El sábado 21 de agosto de 2010, desde las 9 de la mañana, su familia intento comunicarse con Érica y con Lagostena, a la casa que compartían en Lanús, sin éxito. Notificándose luego que Erica no estaba, había desaparecido, y que según los dichos de Lagostena, se había ido y lo había dejado. En su casa se encontró su celular y documentación, por lo que la familia no creyó esta versión.

Desde el principio todos sabíamos que a Érica la mataron y también conocemos  quién la mató: Lagostena; quien había tenido episodios de violencia, y también había estado en una clínica psiquiátrica un año antes de convivir con Erica. Según el letrado de la familia , Marcelo Mazzeo, el cuerpo de Soriano nunca apareció “porque la principal hipótesis apunta a que, luego de matarla, cremaron el cadáver en el crematorio del Cementerio de Lanús”. La familia de Lagostena tiene una funeraria y contactos por esa cuestión en el cementerio. La fiscalía también confirma esta línea de investigación.

Empezara el juicio  oral a Lagostena

La causa estuvo a punto de quedar archivada, ya que no había cuerpo, elemento fundamental para la defensa. Pero las multitudinarias marchas en el barrio de Villa Adelina, de cientos de amigos, familia y organizaciones, los escraches en el barrio de Lanús a Lagostena, y luego la aparición de unos billetes de dos pesos en San Luis, que decían: “Soy Erica Soriano, necesito ayuda”, permitió que avanzara la investigación, y que en el año 2016 Lagostena quedara preso, en la espera del juicio oral. Encontraron nuevas pistas que comprometen a Lagostena, que ya había pasado ocho meses detenido en 2012. Eran llamadas, mensajes, conexiones y contradicciones que se convirtieron en evidencia para sostener la hipótesis del crimen.

Ahora será juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 9 de Lomas de Zamora. Lo acusan de “homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género”, al confirmar que Erica estaba embarazada. Las pericias psiquiátricas del expediente hablan de Lagostena como “inestable, con rasgos psicopáticos” y “de mucha agresividad reprimida”. Conductas “obsesivas” y “paranoia”, entre otras características.
Tres ex parejas de Lagostena declararon en el expediente. Golpes, maltrato y obsesión, fue el denominador común entre los relatos.

Lagostena ha dejado a su paso, una estela de maltrato hacia sus parejas, y mucha evidencia de un control desmedido sobre Erica. Como suele ocurrir muchas de estas situaciones no se denuncian, o se naturalizan para luego convertirse en femicidio. Desde juntas y a la izquierda seguimos expectantes el juicio oral, donde más de 60 testigos narraran muchas de esas situaciones, creemos fundamental lograr la pena máxima para Lagostena, ya que es un caso emblemático, al igual que el caso Carrazzone, ambos mataron a su mujer y se deshacen de su cuerpo. Ambos son casos complejos, en donde no actuaron solos, ya que requieren de otros participantes. Son femicidios con cómplices. En el caso de Lagostena, su familia, funcionarios del cementerio y la municipalidad; en el caso de Carrazzone al menos tres cómplices que lo ayudaron a deshacerse del cuerpo”, según Raquel Hermida Leyenda, la abogada querellante.

Pero es necesario que Érica no sea un nombre más, otra cifra, otra denuncia. Son urgentes las políticas públicas concretas que permitan no solo resolver estas situaciones de fondo sino también prevenirlas.

Es imperiosa la quita de subsidios a la educación privada y a la iglesia católica para que ese dinero se pueda usar en la implementación de políticas públicas reales. Como así también la real implementación de la ESI (Educación sexual Integral), para abordar los problemas del amor romántico y desde la adolescencia combatir los vínculos posesivos. No es un problema individual, no son enfermos, son hijos sanos del Patriarcado.

Por eso Juntas y a la izquierda se suma al pedido de la familia de Érica, sabemos que Lagostena la mato, sabemos que se deshizo de su cuerpo, con ayuda  y queremos saber dónde lo dejo. Queremos justicia para Erica y cárcel para Lagostena. Para la familia de Érica este pedido permitirá cerrar de a poco una herida terrible, para nosotras un paso más hacia el #NiUnaMenos

Andrea Lanzette