Aborto: el Papa derrapó mal

A dos días de la imparable marea verde del 14J que garantizó que la Cámara de Diputados votara en favor de la legalización del aborto, el Papa Bergoglio mostró su verdadera cara conservadora, ofuscada y brutal. Su degradante comparación refleja su profundo nerviosismo, ya que afirmó: «En el siglo pasado todo el mundo estaba escandalizado por lo que hacían los nazis para procurar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo pero con guante blanco.»
En primer lugar, habría que recordarle al Papa que es precisamente al revés. Los nazis aumentaron las sanciones al aborto y a partir de 1943 lo castigaron con la pena de muerte. A la vez, les practicaban abortos forzados a mujeres de sectores que consideraban indeseables. O sea: a las mujeres alemanas las obligaban a parir y, a las de «raza inferior» según ellos, a abortar.
La flamante ley aprobada por Diputados es lo opuesto: no le impone nada a nadie, sino que reconoce el derecho a interrumpir un embarazo no deseado. La mujer o persona gestante que así lo necesite o lo desee, lo puede hacer. Si no, sigue adelante. Es decir, es el respeto del Estado a la decisión íntima y personal, lo opuesto por el vértice a cualquier imposición.
En segundo lugar, la comparación papal con los nazis en un país donde por décadas luchamos contra la impunidad de los genocidas con la consigna «como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar» es una verdadera provocación y hasta una afrenta a las mujeres, al movimiento de derechos humanos y a todo el pueblo argentino.

¿Qué pasa, Francisco? ¿Estás nervioso?

Se ve que el consenso feminista ganado en las calles en favor del aborto legal lo pone nervioso al Papa y a todos sus obispos y curas. Pero están en retroceso. Las imágenes de la vigilia del 13 y 14J fueron aplastantes: del lado de Rivadavia, cuadras y cuadras vestidas de verde; del otro lado del Congreso, pequeños grupos con alguna bandera celeste o rosa.
Que el Papa y la Iglesia hablen de «defender la vida» es una hipocresía grande como una casa. Es la misma Iglesia que comandó la Inquisición y asesinó a decenas de miles de mujeres por «brujas». Es la misma Iglesia que acompañó el genocidio de nuestros pueblos originarios. Es la misma Iglesia que bendijo a la dictadura militar genocida. ¡La única «vida» que defienden es la de sus privilegios a costa del Estado y la «vida» de este modelo capitalista y patriarcal de explotación y opresión!
Por eso, de sus amables discursos de «salvación de la vida» rápidamente viraron a desearnos la muerte, el infierno y los peores males del mundo. Es que, como lo venimos diciendo, el aborto pone sobre tablas que las mujeres y demás personas con capacidad de gestar queremos decidir. Que la maternidad será desada o no será. Y que la lucha contra el patriarcado y el capitalismo nos encuentra cada vez más juntas y organizadas.
Por eso el Papa también volvió al ruedo violentamente contra la perspectiva de género y el matrimonio igualitario, diciendo que «la familia es una sola, imagen de Dios, hombre y mujer». Y arremetió contra quienes deciden no tener hijos. Todo un combo conservador en boca del jefe máximo de una institución que ve peligrar su influencia social, su poder y sus privilegios. Y es que estamos yendo por ellos…

Por la separación de la Iglesia y el Estado

En la Argentina destinamos más de $ 32.000 millones por año al sostenimiento de esta institución, que siempre se paró de frente contra nuestros derechos. La encontramos firme contra el voto femenino, la patria potestad compartida, la educación sexual integral, la ley de divorcio, la fertilización asistida, el matrimonio igualitario, y la volvemos a ver ahora contra la ley de aborto. Todas las veces perdió, porque esas leyes se aprobaron, pero sigue tratando de impedir nuevos avances.
Por esta razón planteamos que es hora de que nuestro Estado laico, que bancamos todas y todos con nuestros impuestos, deje de subsidiar a este séquito medieval y anti-derechos que es la Iglesia Católica Apostólica Romana. Que haya libertad de cultos, pero quien quiera un cura que se lo pague. La plata del Estado debe ser destinada a mejorar todo el sistema de salud pública, a que haya ESI en todos los colegios, a que se avance en la producción pública de misoprostol.
El 14J ganamos el primer round. La presión de horas en la puerta de Diputados se tiene que repetir y redoblar para el Senado. Sigamos movilizadas y organizadas. Te invitamos a formar parte de Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST para fortalecer esta batalla feminista, disidente, antipatriarcal, anticlerical y anticapitalista.

Rocío Uceda y Pablo Vasco