CTA Autónoma: elecciones de crisis
Transcurridos varios días de las elecciones de la CTA, el dato sobresaliente es que aún no tenemos resultados nacionales suministrados por parte de la Junta Electoral. Pese a ello la conducción ya ha autoproclamado su triunfo y publicitado que habrían votado unos 240.000 afiliados. Pero la realidad indica un balance muy distinto.
La participación, tal cual preveíamos, ha sido bajísima. Ello era sencillo de comprobar en las dependencias donde se ha desarrollado la elección y ha sido corroborado con los datos de los lugares fiscalizados por la Lista 6 Multicolor que integramos. Y tiene varias causas concurrentes.
Fue una elección a contramano de la marea verde que se movilizó al Congreso por la ley de aborto. La negativa de la conducción a postergar el comicio tal cual lo reclamamos desde nuestra lista y varios gremios de la central, no solo le dio la espalda al movimiento de mujeres en una actitud machista y patriarcal, sino que fue un factor que atentó indudablemente contra el éxito de la elección.
También reflejó la crisis en curso y la debilidad tremenda en la que ha quedado este sector de la CTA. Sindicatos que no participaron de manera institucional como CICOP, Judiciales y FeSProSa, entre otros sectores que directamente se alejaron ante la división.
También la propia orientación de la conducción que pareció preferir una elección de bajo perfil y controlada de tal manera que no altere la hoja de ruta leguleya que se trazó en la disputa legal con el sector de Micheli y que reduzca las chances de nuestra lista alternativa.
Todos estos factores se sintetizaron en una elección muy débil y que transcurrió casi desapercibida por la base trabajadora e incluso reflejó desinterés en por amplias franjas del activismo obrero. Y que tiene es sus raíces la situación de crisis, división y cuasi descomposición de la central.
Gran campaña de la Multicolor
Pese a estas condiciones muy adversas la Lista 6 Multicolor realizó una elección muy positiva. Debiendo superar, además, irregularidades con los padrones y lugares de votación. Y otras maniobras fraudulentas de diverso tipo: padrones inflados, diferencia notable en los recuentos para la Lista 1 en mesas no fiscalizadas, entre otras y, el colmo, entregarle el control de la elección en Morón a Darío Silva y la patota de ATE del Hospital Posadas, lo cual motivó la impugnación de la elección en esa regional.
Con muy buenas votaciones en las reparticiones estatales, hospitales y mesas donde se pudo fiscalizar y en Pcia. de Bs. As., Capital, Santa Fe y Córdoba. Ganando en Lomas, Alte. Brown y San Fernando. Y superando el proscriptivo piso del 20% obteniendo la minoría en Rosario, Santa Cruz, Córdoba, Lanús, San Miguel, Moreno y Tres de Febrero, entre otras.
Además de los votos conseguidos, lo más importante fue haber dado el paso en la conformación de la Multicolor y la intensa campaña desplegada en dependencias estatales, hospitales, escuelas y en el territorio. La unidad del clasismo y la izquierda sindical, con un punto de referencia en el Plenario del Sindicalismo Combativo reunido en Lanús, se reflejó en la confluencia de las corrientes de la izquierda sindical: ANCLA/MST y CSC/PO -que vertebraron la lista nacional y la extensión a gran parte de las provincias-, IS, Rompiendo Cadenas y el MAC/PTS. Y en la conformación de listas con dirigentes, delegados y activistas combativos de ATE, UTS, CICOP y otros gremios de FeSProSa, ADEMyS, CONADUH, Suteba, Fed. Docente, y otros gremios. Nuestra corriente nacional ANCLA y sus agrupaciones (Alternativa Estatal, Alternativa Salud, Alternativa Docente, Lista Gris del Neumático), así como compañeros de nuestro movimiento territorial el MST Teresa Vive desplegaron una intensa actividad de campaña acumulando fuerzas y logrando ingresar en las minorías que se obtuvieron.
Un párrafo aparte merece la lamentable actitud del PTS de Del Caño y Bregman y su agrupación sindical MAC, que se bajaron de la campaña. Con la excusa de que la fecha no fue cambiada, renunciaron a la militancia por la Lista, debilitando la campaña de la Multicolor y capitulando objetivamente a la lista oficialista al renunciar a propagandizar el programa alternativo y a disputar el voto. Demostrando su carácter pequeñoburgués y alejado completamente de las necesidades del movimiento obrero de unidad del clasismo para disputar a la burocracia, como también se reflejó en su boicot al Plenario de Lanús.
La necesidad de poner en pie una nueva central
La elección fue un capítulo más en la crisis terminal de una central que había nacido en los 90 despertando expectativas en transformarse en una alternativa al modelo decadente de la CGT.
Pese a fracasar y a dividirse en 2010, había recuperado protagonismo con el nacimiento de la CTA Autónoma pero que al no modificar el modelo sindical ni responder a las necesidades y a los cambios operados en el movimiento obrero, terminó en una nueva división y crisis de disgregación que incluye al principal sindicato (ATE).
Por ello vamos a seguir insistiendo en un cambio completo de rumbo, planteando la reforma integral del estatuto para democratizar la central, coordinar las luchas y demás ejes programáticos que venimos reclamando desde hace años desde nuestra corriente y reiteramos durante la campaña multicolor. Comenzando por reclamar las integraciones por minoría logradas. Aun teniendo en cuenta que la conducción de la Germán Abdala se negó a cumplir el compromiso planteado en el seno del último congreso de ampliar la integración de las minorías por acuerdo de listas, demostrando su apego a la vieja cultura sindical burocrática del pensamiento único que hay que erradicar.
Pero ello debe de ser un paso en el camino de responder a un gran vacío y necesidad de poner en pie una nueva central democrática, clasista, para la lucha y con perspectiva de género. En ese camino, la unidad del clasismo y la izquierda, corporizada ahora en el fortalecimiento y desarrollo del Plenario del Sindicalismo Combativo es un capítulo prioritario en el que quedamos comprometidos.
Guillermo Pacagnini
Coordinador de ANCLA/MST