Con Juntas y a la Izquierda y el MST, transformemos la rabia en organización

Una revolución feminista nos atraviesa a todxs en cada ámbito de la vida cotidiana. Enfrentamos a cada institución que aplica la heteronorma de este sistema. Desde Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST somos protagonistas de este apasionante proceso de lucha por cada una de las reivindicaciones del movimiento de mujeres y de la disidencia, en la perspectiva de un cambio social total. El futuro es feminista, anticapitalista y revolucionario, por eso te invitamos a compartir la batalla.

Después de tres años del estallido de esta nueva ola feminista internacional, la lucha se agudiza y los grises van desapareciendo. La experiencia nos fue enfrentando con los verdaderos responsables de nuestra opresión. Mientras el sistema capitalista y patriarcal atraviesa una de las crisis más profundas de su historia, intenta recuperar estabilidad avanzando sobre las condiciones de vida de lxs trabajadores, las mujeres, las disidencias y la juventud.
El lugar que nos otorga esta sociedad injusta a las mujeres como incubadoras y cuidadoras de las nuevas generaciones de mano de obra recrudece todas las formas de violencia. Sin embargo, la ofensiva capitalista se encontró con una marea que está dispuesta a llevarse puesto todo. En cada país del mundo, con sus desigualdades, las mujeres y lxs disidentes nos movilizamos para exigir que se cumplan todos nuestros derechos y peleamos por los que aún nos faltan.
La sororidad traspasa las fronteras, porque nos enfrentamos a un sistema económico, social y cultural cuya dominación es global. Por eso estamos construyendo Juntas y a la Izquierda como parte de todas las organizaciones que integran nuestra corriente internacional Anticapitalistas en Red – Cuarta Internacional: en la Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Venezuela, el Estado español, Francia, Bielorrusia y otros países.

Rabiosamente antisistema

Las constantes movilizaciones y acciones por un plan integral para enfrentar y terminar con la opresión machista nos han enseñado que nuestra lucha no es contra los hombres de manera individual, sino contra el sistema patriarcal que origina y ejerce la violencia que sufrimos a diario.
El Estado capitalista femicida, la justicia patriarcal, los partidos burgueses y machistas, la educación binaria, la familia heteronormada y la Iglesia misógina son una usina permanente de medidas e ideas reaccionarias para tratar de mantenernos en el rol estereotipado de amas de casa y madres o mercancías sexuales de consumo.
El crecimiento de este poderoso movimiento feminista tiene dos claves: su combatividad y su masividad. Cada una de las peleas que fuimos dando cuestiona las bases estructurales de esta sociedad capitalista, interpelando a diferentes generaciones y sectores sociales. Y la dinámica que le imprimen las compañeras más jóvenes revoluciona cada norma naturalizada.

Juntas y a la Izquierda para ganar

No estamos solas. Las mujeres en todos lados estamos peleando, es una verdadera revolución. Nos une un sinfín de causas feministas y disidentes que levantamos: desde el aborto legal, la implementación real de la ESI, la separación de la Iglesia del Estado, contra todo tipo de violencia, contra la desigualdad salarial, por la plena equidad de género en todos los ámbitos.
Todo este conjunto de demandas no se puede concretar en el estrecho marco del sistema capitalista y patriarcal. Porque aunque logremos algunas conquistas parciales, bajo el capitalismo cada una de ellas está cuestionada, en riesgo. Por eso nos asumimos anticapitalistas, porque no queremos reformar las instituciones de este sistema: las queremos destruir para reorganizar por completo desde las bases otro tipo de sociedad sin ninguna explotación ni opresión. Eso implica una revolución en todos los órdenes, económico, político, social, ideológico y cultural. Y no hay forma de hacerlo sin organización política, sin un partido nacional e internacional que se anime a revolucionar todo.
El mundo del capital arde. Si nuestros derechos fueran los de un banco, los capitalistas ya nos hubieran “rescatado”. Por eso queremos invitarte a que te sumes a nuestras asambleas semanales, a que organicemos juntas la rabia por las que ya no están, por nosotras y por las que vienen. Animate a hacer política en forma colectiva, porque si no la hacen ellos y en nuestra contra.
¡Vamos a ganar más temprano que tarde porque si ellos no nos dejan soñar, nosotras no los vamos a dejar dormir!

Jeanette Cisneros