Crece la rebelión universitaria

Cuatro semanas de paro. Asambleas interclaustros, movilizaciones y tomas. El conflicto universitario crece. El gobierno insiste con golpear el salario, ajustar presupuesto y sus voceros cargan contra docentes y estudiantes en los medios de comunicación. La burocracia busca maniobrar para frenar la lucha, pero cada día crece más. Se puede ganar esta pulseada.

El lunes 27/8 comenzó la cuarta semana de paro en las universidades nacionales convocado por la CONADUH. La docencia universitaria está protagonizando un creciente proceso de lucha contra el ajuste de Macri y el FMI. En el centro de esta pelea se encuentran el salario y el presupuesto, dos ejes estrechamente vinculados.
El salario representa el 90% del presupuesto. Por eso insiste con sostener una paritaria muy por debajo de la inflación, maquillándola con un adelantamiento de cuota o la promesa de continuar negociando. En los hechos es una fuerte pérdida de poder adquisitivo.
El gobierno sabe que en la pelea contra la universidad se juega parte importante de su capacidad para implementar el plan elaborado junto al FMI. Necesita hacer pasar el ajuste para cumplir con las metas de reducción del déficit fiscal en un escenario económico que hace agua por todos lados, con el dólar y la inflación fuera de control y varias bombas especulativas a punto de estallar.
La docencia universitaria ha salido a responder con fuerza sosteniendo el paro e incluso doblegando intentos de las conducciones burocráticas de frenar el ascenso. La bronca por abajo hizo que en dos ocasiones siete asociaciones de base de la CONADU sostuvieran el paro y no inicio a pesar de que la conducción de esa federación decidiera levantar. La novedad es además el ascenso del movimiento estudiantil que se ha transformado en el protagonista de la calle y de las tomas que recorren las universidades nacionales.
Es que el ajuste actual golpea sobre una estructura universitaria profundamente precarizada. El 66% de los cargos universitarios son de dedicación simple, y las exclusivas sólo el 11%. Del total de cargos el 40% corresponde a auxiliares y JTP con dedicación simple, es decir, a quienes están mas precarizados con básicos vigentes a la fecha de 4.983 y 5.929 pesos respectivamente. Alrededor del 75% de los cargos docentes son con salarios inferiores a 25 mil pesos.

Actores y debates

El gobierno busca por todos los medios posibles desactivar la conflictividad. Por un lado, sus voceros se han dedicado a difundir falsos datos sobre la situación universitaria y atacar a docentes y estudiantes con un discurso macartista con el objetivo de aislarnos socialmente. Pero sus maniobras son tan burdas que hasta el diario La Nación tuvo que hablar de un “error” en la comunicación oficial que distorsionaba la discusión salarial. En la misma línea se ha expresado Josefina Mendoza diputada y ex presidenta de la FUA por la Franja Morada negando la existencia del ajuste.
Conciente de su debilidad, el gobierno ensaya además otra estrategia para desmovilizar buscando un acuerdo con los rectores y la burocracia sindical. Los primeros se prestaron el martes para una reunión encabezada por el propio Macri con el objetivo de fortalecerlo en la pulseada contra docentes y estudiantes. No es casualidad. Los rectores son una pieza fundamental de la maquinaria de mercantilización universitaria. Han sido los impulsores de la expansión de posgrados y agentes de la precarización laboral como lo demuestran poniendo reiteradas trabas a la plena aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo.
En las últimas semanas han salido públicamente a expresar su preocupación e incluso a convocar y sumarse a acciones. Buscan reacomodarse para negociar con el gobierno. Simultáneamente, quieren presentarse como “interlocutores” de la comunidad universitaria, intentando de esa manera encauzar hacia la moderación a un proceso que no para de crecer.
En el plano sindical, a esta política tributan tanto desde la conducción de CONADU como de FEDUN – CGT. En pleno ascenso de la lucha levantan medidas y ponen paños fríos elogiando propuestas que reiteran el ajuste salarial. En los hechos han subordinado su estrategia a un bloque con las autoridades universitarias.
Este escenario ha provocado importantes debates al interior de la CONADU Histórica en torno al camino a seguir para desarrollar el movimiento hasta su triunfo. Desde la Marrón – PCR y la Verde se impulsa una política de confluencia acrítica con el bloque de la CONADU y las autoridades universitarias. Así, la posibilidad de una actuación independiente que profundice la lucha y empalme con la bronca de miles de docentes, y simultáneamente embrete, presione y obligue a los demás sectores a tener que continuar la lucha, queda relegada en nombre de una falsa unidad.

Se puede ganar

La magnitud del conflicto permite tener una definición clara: se puede ganar. Nada ha logrado frenar hasta el momento el desarrollo de una creciente marea universitaria. Para ello hay que coordinar, profundizar y ganar las calles.
Sería equivocado pensar que esta lucha puede ganarse sin unidad de acción. Lo que esta en debate es la orientación estratégica de esa unidad en la lucha. Para ganar, tiene que estar orientada con claridad hacia la profundización de las medidas de lucha, no hacia moderarlas.
Un claro ejemplo fue el debate en torno a la movilización a Plaza de Mayo. Desde Alternativa Universitaria, la Multicolor y varias asociaciones de base de la CONADUH impulsamos el debate al interior de la federación sobre la necesidad de marchar a Plaza de Mayo el pasado jueves 30 y presionar a los demás sectores convocantes en este sentido. Lo requería la lucha y lo demandaban miles de docentes, y así se logró. Mostrando que con una política correcta la CONADUH puede convertirse en un factor que impulse el conflicto
La entrada en escena del movimiento estudiantil demuestra la necesidad de profundizar la coordinación de la lucha. Creemos que la CONADUH debe convocar a los Centros de Estudiantes, Federaciones y las organizaciones nacionales, fundamentalmente aquellas que están protagonizando el ascenso estudiantil, para realizar un Congreso Nacional en Defensa de la Universidad Pública para deliberar y decidir un plan de acción conjunto.
Se puede ganar, pero no será fácil. Nuestra pelea es un round importante de la lucha contra el plan de Macri y el FMI. Enfrentamos un gobierno decidido a hacer pasar el ajuste, y cada peso que la arrancamos complica la hoja de ruta trazada con el fondo. Además, la crisis general del modelo económico le deja un reducido margen de maniobra. Por eso es clave profundizar las medidas de lucha. El no inicio ha demostrado ser un catalizador de la lucha educativa. Hay que seguir este camino, y ganar las calles por salario, presupuesto y para derrotar la contra-reforma educativa.

Luis Meiners, docente universitario, Alternativa Universitaria

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