El Papa, encubridor de pedófilos

El lapidario informe de la Corte Suprema de Pensilvania, un estado del noreste de los Estados Unidos, sobre los abusos sexuales cometidos durante varias décadas por más de 300 curas católicos supera las mil víctimas identificadas, aunque en realidad estima el total en varios miles más.
Las aberraciones de esos pedófilos con sotana abarcan repudiables delitos que van desde violar a niños de apenas siete años, abusar sexualmente de menores -alcohol y pornografía mediante-, acosar, manosear y hasta dejar embarazadas a adolescentes.
Cuando saltó el escándalo durante su visita a Irlanda, el Papa Bergoglio no tuvo otra salida más que pedir «perdón» y decir que sentía «vergüenza y arrepentimiento». Su carta llega a plantear la necesidad de «denunciar todo aquello que ponga en peligro la integridad de cualquier persona»…
¡Pero justamente lo que él y sus socios nunca hacen es denunciar a los culpables! Así sea por peleas internas, ahora dos obispos yanquis del ala derecha acusan directamente al Papa de encubrir al obispo McCarrick y otros abusadores e incluso están pidiendo su renuncia. Lo cierto es que la Iglesia siempre actúa igual, en los Estados Unidos, en Irlanda, en Chile, en nuestro país o en donde sea.
La Iglesia Católica encubre a los obispos y curas pedófilos por dos razones básicas. Primero, al ser una institución corporativa y verticalista por naturaleza no protege a la niñez sino a sí misma. Al mismo tiempo, encubre porque sabe que a su interior la pedofilia y el abuso sexual son hábitos sistémicos. ¿Por qué?
La Iglesia es una institución dogmática, misógina y homofóbica, basada en la culpa y la confesión, integrada por varones y a los cuales encima les prohíbe toda vida sexual. Obviamente, esa represión permanente termina generando abusos de poder y sexuales contra lxs más débiles: los chicos y chicas.
Y para esos delitos sexuales, la Iglesia pretende impunidad. El proyecto macrista de ley de «libertad religiosa», que está en danza en el Congreso, permite el «secreto ministerial» de los curas y obispos. ¡Quieren lograr el amparo legal para los pedófilos, por más que un juez ordene denunciarlos!
La última brutalidad del Papa Bergoglio fue aconsejar a los padres de niñas y niños homosexuales que lxs manden al psiquiatra, como si fueran enfermxs. Nuestro consejo es exactamente opuesto al del Papa: dejar a todxs lxs niñxs crecer en libertad y, eso sí, como propuso tiempo atrás nuestro dirigente Alejandro Bodart, prohibir por ley que los curas estén a solas con ellxs.

Pablo Vasco