Universidad, 6° semana de huelga. ¿Adónde va la lucha educativa?

Se desenvuelve por estos días el conflicto universitario más largo desde la caída de la dictadura genocida. La fuerza enorme del proceso de lucha, tiene ahora en el centro de gravitación a la izquierda docente y estudiantil a cargo del proceso. La semana pasada cerró con la novedad prevista: FEDUN primero (federación de docentes universitarios enrolada en la CGT) y CONADU después (no sin agrietamiento interno), aceptaron un aumento salarial muy por debajo de la inflación prevista, muy por detrás de las posibilidades financieras (porque plata sobra) y en la coyuntura de mayor ascenso educativo de todo el proceso. El acuerdo salarial ronda el 25 % incluyendo sumas en negro, contra una inflación prevista de más del 40 %. Esas conducciones militan para volver a las aulas con 55 facultades tomadas, 6 rectorados y una legitimidad social de masas ganada por la lucha universitaria. La rosca se completa con la defección de un conflicto en alza justo cuando el macrismo en crisis opera para garantizarse los votos del Presupuesto 2019, que materializa el segundo acuerdo con el FMI que incluye ajuste brutal en educación. Es decir: estamos frente a una escandalosa retirada que obedece a una estrategia de todo el peronismo / kirchnerismo: al macrismo no se le puede ganar en las calles, sino con votos en 2019. Falsa ideología “posibilista” para encubrir cobardía política y limitaciones de clase en un proyecto estratégicamente integrado al capitalismo argentino.
Con el Vaticano, contra las tomas y la coordinación por la base
La orientación política de las conducciones gremiales docentes que defeccionaron, tiene correlato en el campo estudiantil. Agrupaciones como la CEPA (ALDE en Santa Fe) del PCR; las que orbitan en torno al kirchnerismo como Patria Grande – La Mella o las propiamente K como el Movimiento Evita, militan activamente desde hace días para quebrar el proceso de lucha. Son la correa política que transmite la línea de oponer a las tomas “vigilias simbólicas”, a la ocupación efectiva de las facultades “tomas alternativas de rectorados” (que no impiden el desarrollo de clases), y a las interfacultades le anteponen “festivales”. No tienen fuerza suficiente en todo el país para quebrar el proceso, pero contribuyen a desmovilizar, distraer, dividir y replegar una ola ascendente que tiene condiciones de propinar una paliza de proporciones al macrismo y su ajuste. Son las agrupaciones estudiantiles de las fuerzas políticas que operan como contención de la lucha popular en sintonía con la estrategia definida por el PJ y el kirchnerismo aconsejados por el Papa. Cuidan la “gobernabilidad” del FMI y Cambiemos. Se proponen capitalizar en votos la bronca acumulada por la catástrofe del actual plan económico. El MST denuncia esta vergonzosa connivencia y rechaza totalmente esa orientación. Al macrismo y el FMI hay que derrotarlos ahora, no en 2019.
Polémica con el FIT: ¿autopromoción electoral, poroteo estudiantil o polo independiente?
En el arranque de este artículo hacíamos una precisión sobre el panorama del proceso de lucha: a partir de ahora todo queda en la responsabilidad del activismo independiente muy potente que se expresó en todo el país y la izquierda sindical / estudiantil. Por lo tanto, cabe un debate a fondo entre las organizaciones que nos reclamamos anticapitalistas e independientes. Nuestro planteo es que hay fuerza para ganar esta lucha, que ese resultado active como efecto demostración un catalizador para el conjunto de la clase obrera y el pueblo, y a partir de ahí hacer efectiva una consigna que no es eslogan vacío, es orientación práctica: Macri y el FMI, su modelo y orientación social, son incompatibles con el presupuesto que requiere la universidad pública (incluyendo el salario docente acorde a la inflación real). Para eso hace falta un acuerdo político que impulse una orientación para la lucha en los siguientes sentidos:
*Radicalizar el proceso, con huelga y tomas por tiempo indefinido
*Coordinación real por la base, multiplicar las Interfacultades en todo el país
*Convocar un Encuentro Nacional de Estudiantes en Lucha para montar una conducción de reemplazo a las que defeccionan
Sin embargo, esta perspectiva no es la que levantan las agrupaciones del FIT. Y queremos polemizar a fondo en este sentido. Lo primero es que ninguna corriente política es hoy hegemónica en el movimiento estudiantil. Por lo tanto, el frente único para ganar es una obligación política de primer orden. Sería imprescindible una inteligencia común y con el activismo independiente. Lamentablemente, nada de eso ocurre. El PO todavía parece sufrir el impacto de la FUBA y su preocupación central está orientada a las elecciones a Centro de Estudiantes que están arrancando. Es decir: los votos en la UBA. En ese cuadro, el PTS expresa una línea todavía más perjudicial para la lucha: su centro exclusivo viene siendo proponer acciones de autopromoción electoral de sus candidatos, de efectismo mediático relativo y nulo impacto para desarrollar la lucha del movimiento estudiantil. Así fuerzan votaciones dividiendo la base estudiantil para acciones descolgadas de postulación en la prensa. Así, este sector de la izquierda más que contribuir al movimiento lo debilita.
Contra todo escepticismo, se puede
Nuestro aporte como una de las principales corrientes nacionales de la izquierda estudiantil es muy concreto. Propusimos en decenas de asambleas radicalizar, coordinar y preparar una nueva dirección de la lucha para ganar. En la Inter-estudiantil de Plaza de Mayo del último jueves se aprobó por unanimidad una Jornada Nacional con cortes de ruta, accesos, puentes y calles para que el inicio de la semana sea con una fuerte medida callejera. La Interfacultades de Córdoba, asambleas en Rosario, Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, Santa Cruz, Matanza, Luján y otras, se aprobó esa medida por unanimidad o mayoría abrumadora. Ahora toca, garantizarla de conjunto. Nuestra militancia en todo el país se juega a eso con cientos de estudiantes independientes que también apuestan al triunfo del conflicto. En política, volvemos a explicar una posición estratégica que tiene como punto de partida la actual coyuntura: para tener la triplicación del presupuesto universitario, que equivale a 35 días de intereses y capital de la deuda externa 2018, tenemos que levantar como perspectiva que Macri y el FMI se tienen que ir. Son ellos o nuestros derechos. Ambos son incompatibles. Así de concreto, así de categórico. Nuestra orientación como partido nacional es rechazar toda salida que postergue a un debate electoral de personas en 2019 nuestros derechos actuales. Proponemos una salida democrática y estructural: que se convoque a elecciones, pero para una Asamblea Constituyente que discuta sin limitaciones y resuelva con apoyo de la movilización obrera y popular los problemas de base del país. La deuda, la relación Estado / Iglesia, el sistema judicial, político, el aparato represivo, el sistema financiero, la educación, la salud. Todo. Luchamos por una reorganización del país sobre nuevas bases: feministas, laicas y (eco) socialistas. Sin partidos tradicionales, burocracias, capitalistas ni curas. Construimos el MST con esa obsesión estratégica.
Juventud Socialista / MST