Docentes Universitarios: Un acuerdo al servicio de la gobernabilidad
La docencia universitaria ha sido protagonista central de la realidad política en las últimas semanas. Con una huelga de seis semanas impulsada por la CONADU Histórica, acompañada en su mayor parte por siete asociaciones de base de la CONADU y una movilización histórica el 30 de agosto. Sin embargo, en el momento de mayor despliegue del conflicto y con un gobierno golpeado por la crisis política y económica, las direcciones burocráticas se plegaron al llamado al retorno al orden en las aulas. Una lucha histórica que comprueba la necesidad de dar pelea por una nueva dirección en la docencia universitaria.
El partido del orden
Ante un escenario marcado por el ascenso de la lucha universitaria, el gobierno de Macri buscó por varios medios detener la marea. Por un lado, montando una campaña de desprestigio y tergiversación comandada por el ministro Finocchiaro y reproducida por medios de comunicación amigos del gobierno. Por otro, se aprestó a una negociación con las direcciones burocráticas para cerrar la puja salarial y lograr frenar el ascenso de conjunto. Las autoridades universitarias también fueron parte activa del operativo de retorno al orden. El viernes 7 de setiembre el plenario de secretarios generales de la CONADU decidió aceptar la propuesta salarial. FEDUN ya había anunciado la misma resolución unos días antes. Así, convalidaban con su firma un acuerdo salarial que está al menos 17% por debajo de la inflación proyectada para el 2018, y que marca el retorno de los aumentos por fuera del básico. Este acuerdo desarma una de las principales conquistas de la gran lucha del 2005 cuando se logró el blanqueo total de nuestros salarios.
La firma se produjo en un marco de ascenso de la rebelión universitaria. Culminaba la quinta semana de no inicio, y la irrupción en escena del movimiento estudiantil se veía con las tomas que se multiplicaban por todo el país, además de la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo y en más de 70 ciudades.
Por ello, el acuerdo no sólo implicaba aceptar una propuesta inaceptable. Fue, además, un claro gesto de apoyo a la gobernabilidad que buscó poner paños fríos y evitar el desarrollo de la movilización docente y estudiantil. Esto a tan solo una semana de la presentación del proyecto de Presupuesto 2019, contra el cual tendremos que dar una enorme pelea para evitar que el ajuste de Macri y el FMI golpee sobre la universidad y el conjunto de la clase trabajadora. Así, el papel de una burocracia políticamente alineada al kirchnerismo y el PJ fue el de sostener la gobernabilidad del ajuste macrista a expensas de una lucha histórica que tenía fuerzas para triunfar.
Debates en CONADU Histórica
Al interior de la CONADU Histórica, que fue protagonista central de la huelga y no firmó el acuerdo salarial, también se vienen desarrollando importantes debates. Los sectores agrupados en la Lista 1 (PCR, Verde «Cachorro» Godoy y K) han desarrollado una política cuyo eje central fue la unidad con la CONADU y, en muchos casos, con las autoridades universitarias vinculadas al PJ que se daban un barniz «progresista» haciéndose eco del reclamo presupuestario.
El desarrollo del conflicto demostró que esta política conducía a un callejón sin salida. Rápidamente se disipó la fugaz «combatividad» de las autoridades universitarias, y la firma del acuerdo por parte de CONADU pulverizó toda posibilidad de un plan de lucha común. La unidad de acción, necesaria para el desarrollo de la movilización, no puede implicar una adaptación a los ritmos de sectores siempre más dispuestos a negociar que a ganar las calles. De lo que se trata, por el contrario, es de disputar la orientación del conflicto mediante una actuación independiente que profundice la lucha y presione a quienes se sienten más cómodos en un despacho ministerial que en la calle.
La necesidad de una nueva dirección
El conflicto universitario demuestra la necesidad de poner en pie una nueva dirección, independiente, combativa y democrática, para la docencia universitaria. La conformación de la Multicolor para las elecciones de CONADUH es un paso positivo en este sentido. Logrando una buena elección con el 33% de los votos y 27 congresales, se consolidó como un espacio importante al interior de la CONADUH. Sin embargo, es necesario señalar que para ganar esta pelea la Multicolor debe impulsar la convocatoria a un Congreso Nacional de Docentes y Estudiantes en Lucha, que logre reunir a todos los sectores que quieran profundizar la pelea, sin hegemonismos para coordinar un plan de lucha común.
La organización de un polo alternativo a los partidarios del orden es una necesidad que excede al presente conflicto. Un desafío inmediato será sostener el funcionamiento de la Multicolor, respetando las diversas identidades que la conformamos y buscando que esa diversidad se plasme en la intervención común tanto en las luchas como en los procesos electorales al interior de CONADUH. La tarea de construir una nueva dirección requiere actuar sin hegemonismos, pero con firmeza programática y en la acción. A ese camino apostamos desde Alternativa Universitaria.
Luis Meiners / Docente / Alternativa Universitaria / ANCLA