La horrible máscara del saqueo. El nuevo ajuste de Macri y el FMI
Hace pocos días, en paralelo con otra mega devaluación del dólar, Macri anunció más medidas de ajuste, con reducción de ministerios, despidos, cierre de programas y nuevas metas para reducir el déficit a 0% en el próximo año.
Tal es la magnitud del ajuste que se necesita y exige el FMI, que pretenden volver a las retenciones a las exportaciones de soja, minería y cereales, lo que va a contramano de toda la política económica del Cambiemos de los orígenes.
Dos vías para el ajuste
Esquemáticamente podemos decir que la nueva cara del ajuste tiene dos vías. Una es valerse de la devaluación del peso con el dólar a $ 40: Con esto pretenden invertir la balanza de turismo, que perdía U$S 1.000 millones anuales y que ahora podrían hacerse positiva por el ingreso de dólares de turistas extranjeros; bajar el costo laboral argentino (incluido el estatal) reducido en términos nominales en dólares un 53% en lo que va de 2018 (bajando el salario promedio de U$S 600 a menos de U$S 300), favorecer a los sectores exportadores (a los que les piden «un esfuerzo patriótico» que en realidad son migajas y que a pesar de esta superganancia no quieren pagar) para que con esta entrada de dólares supervaluados a las arcas del Estado le permitirían hacer frente a gastos en pesos devaluados. Y la otra vía es el ajuste directo, con el cierre de ministerios, programas, echadas como ya estamos viendo con los trabajadores de Agroindustria, para acelerar la reducción del déficit a 0% según exigencias del FMI.
Todo este plan está contemplado en el Presupuesto 2019 que los gobernadores del PJ acordaron con el gobierno.
Saqueo a los bolsillos populares
Todos coinciden que el dólar a $ 40 está sobrevaluado un 30%, lo que quiere decir no sólo que hay desconfianza en los grandes compradores sino que todo nos saldrá al pueblo, un 30% más que la propia devaluación. La desconfianza hizo que en este año se fugaran ya U$S 20.000 millones y más de U$S 50.000 desde que asumió Macri, que las empresas multinacionales, que son el 75% de la facturación de las más grandes del país se llevaron en estos años más de U$S 14.000 millones. Y mientras los capitales de inversión genuina no vienen, sí llegan los golondrinas que hacen su agosto con las Lebacs y otras letras al 60% de interés que luego venden y cambian por dólares y los vuelven a fugar.
Todo este festival obsceno lo pagamos los trabajadores y el pueblo con nuestro empobrecimiento y despidos. Pero la desconfianza, las corridas del dólar y la devaluación del peso tiene otros grandes beneficiarios: Son los grandes grupos agroexportadores y megamineros, que en 6 meses pasaron a ser 53% más ricos, esos a los que Macri les sacó las retenciones o se las bajó desde principios de su mandato. Y ahora cuando hasta el propio FMI les «sugiere» que les apliquen retenciones, ponen el grito en el cielo, si bien lo que barajan cobrarles es una migaja de $ 4 por dólar! (el propio Clarín publicó que si les retuvieran un 10%, el ingreso anual al estado sería de $ 210.000 millones, es decir el total del nuevo ajuste que están planteando) Es escandaloso, les aumentan sus ganancias en más del doble y ni siquiera se proponen sacarles un 10% de esa nueva ganancia!
Para pagar la deuda usurera
La consecuencia inmediata de este festival de los ricos y poderosos, es la brutal inflación, que superará el 6% para septiembre y más del 40% anual como mínimo. Eso ha llevado a un gravísimo descenso del poder adquisitivo del salario y la lógica caída del consumo interno que supera récords todos los meses, aproximándose peligrosamente a los niveles previos al 2001.
Por último el ajuste directo, como dijimos, no para nunca. Ahora eliminaron ministerios (curiosamente mantienen los que tienen que ver con la represión como Defensa, Seguridad y Justicia y eliminan los que tienen que ver con la función social como Trabajo, Salud, Ciencia y Técnica y Cultura). Es iluso creer que pretendan bajar el gasto vía la eliminación de sueldos y gastos de ministerios, de lo que se trata en realidad es ajustar en trabajadores mediante despidos y bajar millonarias partidas en programas, como están denunciando las Sociedades Médicas Científicas, que bajarían programas de SIDA, vacunas, prevención, etc.
Es decir toda la recaudación al servicio de pagar los más de U$S 75.000 millones que deben pagarse de Deuda Externa este año, beneficiar a las grandes corporaciones nacionales e internacionales y para el pueblo devaluación, inflación, ajuste, despidos y pérdida de conquistas sociales.
Cinco medidas para salir de la crisis
Millones creemos que Macri y su plan se tienen que ir ya. Pero muchos que están sacando una conclusión tan o más importante: que no podemos dejar que lo cambien por otro más o menos parecido, que haciendo algunas reformas parciales y tirando unas migajas como hicieron los K en el 2003, termine dentro de unos años en una crisis peor todavía. Por eso necesitamos un plan opuesto por el vértice a éste, que combine medidas de urgencia con otras de fondo para que de una vez por todas la crisis la paguen los de arriba y los de afuera, que son los que las generan pero siempre ganan.
1)Romper con el FMI y no pagar la deuda: Todo este monumental ajuste está al servicio de pagar los intereses y capital de una deuda trucha, ilegítima e ilegal, que se incrementó más de U$S 100.000 millones en estos años, a los que hay que agregarle los U$S 50.000 millones pedidos al FMI, que exige cada vez más. Sólo este próximo año hay que pagar cerca de U$S 75.000 millones de capital e intereses. Con esa fabulosa cifra se podrían construir más de un millón de viviendas, cientos de hospitales, aumentar los salarios, jubilaciones y planes sociales para recuperar lo perdido por la inflación y con actualización trimestral. Asimismo hay que prohibir los despidos por ley y aumentar el presupuesto de educación en todos sus niveles.
2) Ajustar a los de arriba: Basta de ajustar al pueblo con inflación, tarifazos y despidos. Si queremos salir de la crisis tenemos que ir a buscar la plata a donde realmente está: en las corporaciones nacionales e internacionales, que ganan fortunas remarcando los precios como el de la harina, los combustibles y miles de productos más, con márgenes de ganancia que superan el 198% como los hipermercados. Hay que hacer una verdadera reforma tributaria progresiva, para que paguen fuertes impuestos los que más tienen. Son unas 500 empresas (en su mayoría multinacionales) las que concentran el 75% de la facturación anual del país.
3) Nacionalizar la banca y el comercio exterior: Desde su origen, esta crisis se caracterizó por la especulación, el saqueo y la fuga de capitales. Son 10 ó 20 grupos los que compran más de U$S 2 millones diarios para hacer disparar el dólar y que luego cuando acaparan los derivan a sus casas matrices en los EE.UU. o directamente los fugan a paraísos fiscales, porque Macri y los suyos se lo permiten. Así el dólar está sobrevaluado un 30% de sus niveles históricos y nosotros pagamos las consecuencias. Para evitarlo, hay que nacionalizar toda la banca (son ellos los intermediarios de la fuga de capitales) y el comercio exterior, que es el que les permite las maniobras de sobre- y subfacturación de exportaciones y la no liquidación de los granos. Con esta sola medida hoy tendríamos U$S 53.000 millones más desde que Cambiemos asumió el gobierno.
4) Anular los tarifazos y reestatizar los servicios públicos bajo control social. No hay otra. Tenemos los combustibles, el gas y la luz entre los más caros de la región y siguen subiendo sin fin porque Macri los dolarizó. Si bien tenemos petróleo y gas, lo pagamos más caro que Chile que lo importa todo. Esto es porque el precio no está fijado al servicio de las necesidades de la población, sino de garantizar las ganancias de las empresas privatizadas. Por eso en estos años sus balances arrojan ganancias fabulosas y siguen sin invertir. Para acabar con esta fiesta de las privatizadas hace falta que las reestaticemos bajo el control de sus trabajadores y usuarios, para que las tarifas y la producción estén al servicio de la demanda del pueblo.
5) Acabar con la Inflación, control popular de precios: Hay que atacar a fondo la inflación que carcome el salario y hunde a millones en la pobreza e indigencia. No alcanza para nada con los 500 productos de «precios cuidados» que quiere poner el gobierno. Ya nadie discute que la inflación tiene como principales componente la devaluación y el dólar por un lado y la especulación de los grandes formadores de precios por otro. Y no los aumentos salariales, como siempre argumentaban los plumíferos de la burguesía. Para combatir la inflación no sólo hay que poner un férreo control de precios, sino avanzar con la aplicación y vigencia plena de la Ley de Abastecimiento, para que se castigue con pena de cárcel a los que acaparen o sobreremarquen e incluso la expropiación de sus empresas en caso que se nieguen o reincidan.
Gerardo Uceda