Debates sobre la FUBA y el movimiento estudiantil

La Federación Universitaria de Buenos Aires nuclea a todxs lxs estudiantes de los 13 Centros de Estudiantes de la UBA. Es una de las más relevantes de América Latina por el peso del estudiantado en nuestro país y la región y por su historia de luchas. Hoy atraviesa una virtual parálisis y crisis, y manifiesta la real correlación de fuerzas en la base del movimiento estudiantil. La injerencia de Cambiemos y su burocracia estudiantil. Controversia política en la izquierda. Nuestra visión.

Se ha abierto un debate en la izquierda en torno al próximo congreso de la Fuba y la propuesta formulada por PO de conformar una lista común con sectores de centroizquierda y vinculados al kirchnerismo para mantener la conducción de ese organismo. Desde la Juventud Socialista del MST, somos categóricos y ubicamos como una prioridad política en la coyuntura, barrer de nuestros Centros y Federaciones a las agrupaciones estudiantiles del gobierno macrista y los partidos patronales. Para ello, no descartamos a priori, acuerdos tácticos totalmente lícitos con aliados circunstanciales. Obviamente, con las garantías políticas básicas de una delimitación programática clara, con un contenido en política anti-ajuste y anti-FMI, y con un horizonte ya estratégico: implementar una reorientación global de la Fuba y revertir la dinámica que llevó a que el macrismo avanzara en los últimos años y nos encontremos en esta situación.

¿Cómo llegamos a esto? Partir del balance.

La izquierda le arrebató la conducción de la FUBA a la Franja Morada (UCR) en 2001, al calor del Argentinazo. Organizó un formidable y combativo movimiento estudiantil y encabezó importantes luchas, como la de la democratización en 2006, o por condiciones edilicias en 2008. Pero en los últimos años, en los que PO y La Mella (Patria Grande) ocuparon la presidencia, aquella dinámica se perdió. Primó la desmovilización y el rutinarismo, se redujeron los espacios de participación y organización colectiva. Así, para las nuevas camadas de estudiantes, la Fuba se limitó a ser la fotocopiadora de apuntes del CBC; o para los que activan en algún espacio de militancia, un sello desde el que PO y Patria Grande avalan alguna que otra declaración o acción particular de sus fuerzas.
El repliegue, por razones de tipo subjetivo y político, llegó a un punto tal que cuando el movimiento estudiantil estalló en 2016 contra el intento macrista de recortar presupuesto, la Fuba no jugó ningún rol dirigente ni articulador. Marcharon miles de estudiantes de cada facultad y sin embargo ni los Centros independientes, ni la Fuba fueron referencia. Este debilitamiento de las herramientas gremiales ante el estudiantado, no fue gratuito. En los últimos años, Franja Morada, rebautizada Nuevo Espacio y pintada de naranja, fue recuperando terreno, al punto de conformar un bloque de delegados a la Fuba superior al de la izquierda. PO y Patria Grande, lamentablemente, afrontaron el escollo de manera burocrática, evitando que se realice el Congreso para renovar autoridades durante los últimos 5 años, y sin atacar los problemas de fondo que, previsiblemente, se agravaron en dinámica de círculo vicioso.

El PTS, en la Fuba como en Medicina: abstención e infantilismo

Ante esta realidad, el PTS levanta una posición sectaria, abstencionista e indiferente ante la posibilidad de que el gobierno de Macri, las camarillas y la burocracia estudiantil de Cambiemos, se consolide en la Fuba. Repite una línea que consiste en sabotear lo que no controla y sirve como plataforma de auto-promoción (electoral en general) de su propia fuerza. Incluso, milita para perjudicar en la disputa con otros competidores de izquierda, al conjunto del movimiento estudiantil en este caso. Recordemos que el PTS se autoexcluyó del triunfo más importante de esta ronda político-electoral en la UBA que fue la elección en Medicina. Y que incluso no solo retiró con vergüenza mal disimulada su lista, sino que se abstuvo de llamar a votar al frente que encabezamos PO y el MST, más otro importante sector de agrupaciones de izquierda y activismo independiente.
En concreto, para invalidar todo debate táctico, y diluir lo particular coyuntural en lo abstracto general, despliega la típica operación ya denunciada por Lenin en la “Enfermedad infantil del comunismo”: tomar un aspecto de la realidad –el más conveniente para justificar su abstención testimonial e inútil- y presentarla como “toda” la realidad. Así, polemiza con abundancia de citas de Trotsky y otros clásicos, apelando a las asambleas de base y la democratización de la Fuba, con una exigencia a PO que, sin embargo, en el único Centro que le toca conducir al PTS (Filo), no practica para nada. Muy al contrario, controla de forma cerrada, excluyente y con métodos burócraticos. Pero claro, ese es “su Centro”, por lo tanto, quizá el PTS con su sola presencia mayoritaria le imprime una naturaleza –acá sí- revolucionaria y, por lo tanto, no hacen falta ni tantas asambleas, ni tantas reformas estatutarias, ni tanta apertura y cambios como reclama para la Fuba. Insistimos, en esto el PTS es marxista de manual. Pero no de Carlos, sino de Groucho, por aquello de si “no te gustan mis principios, tengo otros”.

¿Cómo salir de las dos Fubas?

El fortalecimiento del macrismo estudiantil en la UBA (Nuevo Espacio es dirigido por la UCR de CABA que integra Cambiemos), llegó a su punto más alto el año pasado. Los resultados de las elecciones a Centro de Estudiantes de entonces, le permitieron conformar un frente que, junto a los peronistas de la UES (entonces conducción de Sociales), agrupó la mitad de los delegados de la Federación. Con eso, y la maniobra fraudulenta, en la que se adjudicaron dos delegados más, convocaron un Congreso y se proclamaron la nueva conducción. Aunque las autoridades universitarias reconocieron a esa Fuba y desplegaron una fuerte campaña mediática macartista, no revirtieron las relaciones de fuerza a su favor por la base.
Las elecciones de este año, que acaban de terminar, reflejaron cambios políticos y un retroceso de las fuerzas derechistas. Con el emblema del Centro de Medicina que le arrebatamos con un frente muy amplio y programático a la juventud de Cambiemos, de conjunto Nuevo Espacio y la UES retrocedieron en delegados como refracción de su rol anti-movilización docente-estudiantil en la confrontación contra el ajuste nacional. La derecha perdió los Centros de Medicina, Agro y Sociales, esta última a manos de un frente que hegemoniza el kirchnerismo. Sin embargo, aunque ya no reúne suficientes delegados para garantizar un fraude creíble, Nuevo Espacio y sus aliados sí mantienen más delegados de los que reunimos las fuerzas de izquierda y La Mella. Es decir, su hubiera Congreso, ganaría el frente de Cambiemos, a no ser que los delegados de la izquierda –que somos mayoría en la oposición al macrismo- y las fuerzas referenciadas en el kirchnerismo estudiantil en su variopinta expresión, confluyéramos en una lista.
Sin embargo, en estos términos, son claves algunos parámetros:

Convocar a un Congreso de apuro, sin estudiantes en las aulas y sin un intenso proceso de agitación política y movilización de la vanguardia estudiantil no sirve.
Nuestra propuesta es barrer de la Fuba a la juventud de Cambiemos, pero al servicio de otra orientación y política. Para eso, proponemos movilizar el activismo y las fuerzas de izquierda para un acuerdo programático y un compromiso estratégico para transformar la Fuba, incluyendo un proceso de reorganización constituyente con participación estudiantil.
Sobre estos puntos de referencia en nuestra opinión, está planteado el debate. Queremos desalojar a Cambiemos de la conducción de los organismos de representación estudiantil, pero no vamos a contribuir a restaurar las condiciones políticas que nos llevaron a esta encerrona. En esa perspectiva, se ubica nuestra posición en la UBA por una razón estratégica y principista: la conducción de organismos como la Fuba no son un fin en sí mismos, sino un recurso como palanca para la autoorganización y movilización política contra las fuerzas capitalistas que gobiernan como enemigos principales de las masas. Con ese marco nos construimos como fuerza militante en facultades, profesorados y colegios.

Federico Moreno