Secuestros y torturas en Ford Motors Argentina: Delitos de lesa humanidad

La lenta justicia argentina, a 42 años de los hechos y después de quince años de proceso judicial,  definió el 11/12/18 que el secuestro y la tortura de 24 trabajadores y delegados de Ford planta Pacheco como delito de lesa humanidad. Así lo calificó el Tribunal Oral Federal Nº 1 de San Martín por unanimidad.

Lo histórico del fallo es que por primera vez se condenó como partícipes necesarios de secuestro y torturas a los gerentes Pedro Muller (gerente de Manufactura) y a Héctor Sibila (jefe de seguridad de la planta Pacheco) a 12 años de cárcel junto al General Santiago Omar Riveros (Comandante de Institutos Militares de Campo de Mayo) a quien se agregaron 15 años a la colección de condenas a prisión perpetua que cumple este genocida.

Solo Muller habló en el juicio. En su descargo provocador dijo que había llegado a la Argentina en el año 1949,  que trabajó en talleres mecánicos y que nunca se metió en política. Y que así fué como hizo carrera en la multinacional.

Las empresas Ford, Tensa, Astarsa, Dálmine Siderca (actual Tenaris), Del Carlo, Ingenio Ledesma, Acindar, Sevel-Fiat, Mercedes Benz, Lozadur, Gillete y una interminable lista de patronales,  entregaban a la dictadura las listas de delegades, militantes, activistas y trabajadores que no transaban, que enfrentaban la superexplotación durante el gobierno de Isabel Perón y la que vino con el golpe de estado de 1976, y lo hacían con la colaboración de la burocracia sindical de los Rodríguez (SMATA), los Triacca( plásticos), los Martínez (UOCRA y buchón del Batallón 601) y un largo inventario.

En la lectura de la sentencia del juicio hubo un cuarto intermedio de casi dos horas,  en el que junto con Vilma Ripoll, Ana Urruti y una delegación del MST de Tigre, y junto a la compañera Tilbe Arkan del PST de Turquía,  acompañamos y abrazamos a los compañeros Sánchez, Avalos, Portillo, Troiani; a los que llegaron al juicio, compartimos anécdotas, vivencias de los años de plomo, el recuerdo de los que no aparecieron, de los que aparecieron pero no llegaron al juicio, junto a un amplio arco de organizaciones políticas y organismos de derechos humanos. No nos importaba ni la lluvia ni la insensibilidad de la justicia que nos hizo esperar en la calle.

A las 12 hs empezó la lectura del veredicto con dos salas repletas, con mucha tensión y los dientes y puños apretados. La calificación de delito de lesa humanidad, las condenas y el juramento de seguirlos como a los nazis a los autores materiales, a los entregadores, a los cómplices y a las empresas, hizo explotar las salas y entre abrazos y lágrimas, con el recuerdo de los compañeros caídos, sabíamos que habíamos dado un paso histórico. Las patronales de las grandes empresas capitalistas no fueron solo cómplices, ellos fueron partícipes del genocidio, del asesinato, secuestro y torturas de miles de compañeras y compañeros. Empezamos por la Ford, pero ahora sigue Mercedes Benz y otras multinacionales.

Y por eso esta lucha no se termina. Sigue contra los militares genocidas, contra las empresas, contra la burocracia sindical y contra todos los que secuestraron y asesinaron a nuestres compañeres.

Sergio Katz