Empezó el 2019: Crisis profunda, luchas y desafíos para la izquierda

Arrancó el 2019 y como no podía ser de otra manera, el gobierno aprovechó los días de fiesta para anunciar nuevos aumentos de tarifas de gas, luz, agua y transporte. Un nuevo golpe al bolsillo de millones para beneficios de las empresas concesionarias, y en el caso del transporte, mostrando la necesidad gubernamental de bajar subsidios para pagar, con esa plata, más deuda externa. A la vez le metió mano a la Anses, quitándoles fondos a nuestros viejos. Podríamos decir que el arranque de año es similar al anterior, con más ajuste y tarifazos. Lo diferente es que vivimos un salto mucho mayor de la crisis del país y del gobierno también.

El año que comienza prende todas las luces rojas sobre la economía. Ya desde mitad de diciembre se comenzaron a encender avisos de peligro. Atrás habían quedado los días de la reunión del G20 donde Macri intentó mostrar un país tranquilo y una economía que comenzaría a mejorar. Nada de eso sucedió. Tan solo algunas semanas después de que se fueran de nuestro país los presidentes de las potencias del mundo, la realidad volvió a colarse por todos lados y la crisis volvió a mostrar toda su vigencia.

Así llegamos a un fin de año con el dólar volviendo a tocar los $40, los índices de pobreza colocándose por encima del 33% y en continuo crecimiento, la inflación interanual por encima del 40% depreciando el salario real, y el riesgo país, que mide la confianza externa, superando los 830 puntos, la más alta en muchos años de nuestro país y una de las más altas del mundo en la actualidad. El trasfondo de tanta desconfianza externa es la incertidumbre del mundo financiero burgués, que saca cuentas y no logra ver cómo hará el gobierno para pagar la enorme deuda externa que ha contraído.

De ahí viene la desconfianza permanente, originada porque en el horizonte no muy lejano, deambula el fantasma del default. Problema que se pondrá al rojo vivo en los distintos vencimientos de 2019 y va a ir empeorando aún más hacia 2020 y 2021. Este es el país real que llega con el cambio de año. Que combina un ajuste brutal, un crecimiento del descontento social y las luchas, más polarización social, una economía en recesión prolongada y escenarios no descartables de nuevos picos graves de la crisis económica y financiera, con todas sus consecuencias políticas y sociales. Mientras muchos gobernadores adelantaron sus elecciones para separarse de las nacionales, y hasta Vidal evalúa hacer lo mismo también en Buenos Aires. Todos síntomas de una crisis que lejos de acabar va a seguir avanzando.

Las luchas y nuestras tareas

No es casual que en este marco de crisis profunda, el 2018 haya terminado entre marchas de docentes y estudiantes en Caba, con acciones obreras contra despidos en distintos municipios del Gran Buenos Aires y en otras importantes ciudades del país, con algunos cacerolazos contra los tarifazos y con mucha bronca acumulada. El descontento social en ascenso va calentando la situación y tenemos que prepararnos para un inicio de año de nuevas luchas y reclamos; para un verano caliente, con acciones populares contra el ajuste, con docentes, estatales y otros sectores que entrarán en lucha salarial, con el movimiento feminista que seguirá en la calle con toda su justo agenda de reclamos y derechos.   

MST

Por eso desde el MST nos ponemos a disposición de todas las luchas en curso y de las que vendrán estos meses y exigimos la convocatoria a un verdadero plan de lucha nacional. Apoyar e impulsar las luchas contra todo tipo de ajuste es la primera y principal tarea de la izquierda política y del sindicalismo clasista. Denunciando además a la vieja burocracia sindical que ya dejó en 2018 que Macri avanzara con el ajuste, y ahora se prepara a profundizar ese rol lamentable. Basta como ejemplo escuchar estos días a Yasky, del sindicalismo kirchnerista, diciendo que no es un año para hacer paros y preanunciando que le harán nuevos favores al macrismo.

Es a esa loza burocrática de las distintas centrales, a la cual tenemos que superar desde cada lugar de trabajo y cada gremio, impulsando la organización del nuevo y joven activismo, las elecciones de renovación de cuerpos de delegados, las listas opositoras en cada gremio de la CGT y las CTA´s y el fortalecimiento y la unidad en la lucha de todo el sindicalismo clasista, tarea en la que venimos avanzando de conjunto entre distintas fuerzas de izquierda, a excepción del PTS que sabotea esa coordinación con una política funcional a la vieja burocracia. No se puede decirse de izquierda y clasista y dividir al sindicalismo combativo negándose a coordinar en un espacio común. Por eso invitamos al activismo a superar esa concepción pequeñoburguesa que debilita las luchas obreras, y a seguir fortaleciendo la unidad del sindicalismo clasista en todos los ámbitos que sea posible.

Frente al macrismo y al PJ, hagamos una 3º opción anticapitalista y socialista

En el terreno político el 2019 será un año de grandes confrontaciones. Por supuesto desde los grandes medios y desde todas las usinas ideológicas del sistema y sus partidos imperantes, la gran confrontación que quieren imponer como idea es entre el macrismo y el PJ, como si esa fuera la única posibilidad y la pelea central. Pero no es así. No podemos olvidar que si el macrismo llegó hasta acá con el ajuste, se debe en primer lugar no a su supuesta fortaleza sino a los favores políticos y sindicales que el PJ en todas sus variantes le vino haciendo.

En una larga lista que comienza con todo tipo de votaciones a favor de sus leyes en Caba cuando Macri era Jefe de Gobierno, permitiéndole que avance su proyecto político y su figura en vez de frenarla. Pasando después por todas las leyes que le votaron en el Parlamento desde que es presidente, hasta la votación del último Presupuesto 2019 armado por el FMI. En cada uno de estos favores hubo legisladores, diputados y senadores peronistas votando junto al macrismo, acompañados por la vieja burocracia sindical pejotista que se dedicó a mirar para otro lado o en algunos casos, a convocar a tibias medidas parciales solo para simular. Esa es la única realidad, de porque llegamos hasta acá con Macri presidente y todavía disputando para tratar de ser reelecto este año. Mientras tanto él como todxs los posibles candidatxs del peronismo (incluida CFK), aclaran que no va a romper con el FMI, que a lo sumo propondrán modificar algunos aspectos del acuerdo. En resumen, de una u otra forma, todxs serán candidatxs atados al FMI y a su ajuste y saqueo.

Por todo esto la verdadera confrontación política que hace falta, es contra todo el sistema y el régimen político actual, es contra Macri y el FMI y contra el PJ como cómplice del ajuste nacional y  aplicador del ajuste en las provincias que conduce. Y por eso solo una alternativa independiente de todas las instituciones capitalistas y de sus partidos es la que puede enfrentar de verdad todo el plan de  ajuste.

De esta realidad surge la propuesta que hacemos desde el MST; conformar un nuevo y gran tercer espacio político de toda la izquierda anticapitalista y socialista. Y hemos definido al servicio de esta política la precandidatura a presidenta de Cele Fierro, reflejando el ascenso de la juventud, del movimiento feminista y del nuevo activismo de  la clase trabajadora. Queremos una nueva y gran alternativa que sí podría confrontar a fondo con todos los partidos y candidatxs del ajuste. Hay un gran espacio político para que millones vean con simpatía y apoyen si toda la izquierda nos unimos en base a un profundo programa de transformaciones económicas, políticas y sociales, que rompa con la estructura capitalista del país y se anime a dar vuelta todo a favor de las mayorías obreras, populares, feministas y de la juventud.

Lamentablemente hasta ahora el FIT sigue rechazando esta necesidad. Ordenado como siempre por sus internas y por sus cálculos electoralistas, solo se disponen a tratar de usar las elecciones para ver si logran renovar algún diputado, en lugar de jugar en serio y en grande contra toda la vieja política, haciendo una gran alternativa política que se una en cada lucha, en cada gremio, en cada centro de estudiantes, en el movimiento feminista y disidente y también en las elecciones. Esto es lo que hace falta y el FIT –encabezado por el PTS– no lo hizo ni lo quiere hacer. Por eso en la izquierda también hace falta una renovación profunda, para terminar con el divisionismo funcional al régimen capitalista y para construir un proyecto que de verdad quiera enfrentar a todo el sistema.

El MST en todo el país

Mientras impulsamos estas propuestas de izquierda y unitarias, en el MST no nos quedamos quietos y ya arrancamos el 2019 profundizando nuestra militancia en cada provincia del país. Convencidxs que hace falta más que nunca fortalecer una organización de lucha, militante y con un proyecto anticapitalista y socialista que se juega a enfrentar todo el andamiaje de este sistema decadente. Además, en todos lados ya estamos participando de las luchas en curso, como tarea prioritaria de nuestra militancia que enfrenta el ajuste de gobierno nacional y de los gobernadores, que lucha contra la burocracia sindical, las patronales y contra la retrógrada Iglesia y sus reaccionarios postulados.

Y en las provincias donde ya hay convocadas elecciones adelantadas, también estamos desarrollando las actividades para presentar nuestra alternativa. Hasta ahora hay convocadas elecciones en La Pampa, Neuquén, San Juan, Chubut, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. Y están por convocarse en Catamarca y Tucumán. En todas ellas desde el MST presentaremos nuestras propuestas y candidatxs.    

En cada una de las luchas sociales y políticas que recorrerán el país estaremos presentes, con toda nuestra fuerza y con nuestras propuestas, mientras construimos junto a compañerxs de diversos países una dinámica corriente internacional que enfrenta a los Trump, los Bolsonaro y a todos los ajustadores. Y te invitamos a que te acerques, te sumes y seas parte de la construcción militante de esta organización revolucionaria, obrera, feminista, laica, socialista e internacionalista que en este 2019 enfrentará nuevos y grandes desafíos.

Sergio García