Tucumán: niña, no madre! Lucía, víctima de todas las violencias

El drama de la niña de 11 años violada y embarazada por la pareja de su abuela, Víctor Amaya, conmovió a Tucumán, al país y más allá. “Quiero que me saquen esto que me pudo adentro el viejo”, dijo Lucía[1]. Ella fue víctima de todas las violencias por parte del Estado provincial, que le negó su derecho a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y le hizo una cesárea en pos de “salvar las dos vidas”.

La nena ingresó al hospital a raíz de varios intentos de suicidio y su embarazo se detectó en enero. Junto a su madre, pidió que le hagan un aborto. El Sistema Provincial de Salud (Siprosa) y el Estado dilataron la aplicación de la ILE por 26 días mediante todo tipo de maniobras. Presionaron a la familia y a la niña para que no aborte, judicializaron su caso y no respetaron la confidencialidad. La obligaron a continuar la gestación, la expusieron en público, violaron su autonomía y le negaron acceder a una práctica  que es legal desde 1921. ¡Violación, embarazo y maternidad forzada a una menor es tortura!

Tucumán, digna de la Edad Media

Nuestra provincia está declarada “pro-vida”. La gobierna Juan Manzur (PJ), ex ministro de Salud de CFK, un reconocido anti-derechos. Es la única provincia del país que no adhirió a la Ley de Salud Reproductiva, es también la única donde se enseña religión en las escuelas públicas[2]. No se enseña Educación Sexual Integral (ESI) y tampoco tiene protocolo de ILE.

Como si esto no bastara para mantener a Tucumán en un oscurantismo medieval, en noviembre pasado la mayoría de los legisladores apoyó un proyecto de ley del peronista Marcelo Caponio que pretendía evitar abortos en caso de violación. Su artículo 4º decía: “queda absolutamente prohibida la discriminación al niño por nacer gestado por causa de violación”. Con la inmediata movilización feminista, impedimos que se apruebe.

Tucumán es además la provincia donde estuvo presa y condenada Belén por un aborto espontáneo y que gracias a la lucha logramos liberar y absolver. Donde marcharon juntos contra el derecho al aborto el arzobispo Carlos Sánchez, el propio Manzur, José Cano y Silvia Elías de Pérez (UCR), el intendente macrista Germán Alfaro, Ricardo Bussi (hijo de un genocida) y otros, con apoyo del aparato del Estado.

Tucumán es asimismo la provincia donde fue asesinada Paulina Lebbos y recién a 13 años hubo condena a los jefes policiales encubridores, pero aún no se sabe quiénes la mataron. Es donde la misma fiscal Adriana Gianonni, que ahora intervino contra los derechos de Lucía, el año pasado quiso judicializar a la ginecóloga Fabiana Reyna por garantizarle la ILE a otra niña de 11 años violada…

Escándalo político y judicial

Hoy Tucumán está envuelta en una crisis institucional, fruto de la conmoción social por el caso de Lucía. Nadie se quiere hacer cargo de lo sucedido.

  • La ministra-dinosaurio de Salud Rossana Chahla, que presiona con mano de hierro a todo el personal de Salud para que se declare objetor de conciencia, es la principal anti-derechos. A su vez Gustavo Vigliocco, titular del Siprosa, y Elizabeth Ávila, directora del Hospital Eva Perón, son responsables de no haber garantizado la ILE apenas lo pidió Lucía.
  • La violencia institucional incluye al Poder Judicial. Chahla tuvo que dar explicaciones públicas varias veces y busca deslindar responsabilidades. Le pasa la pelota a la fiscal Giannoni, de Homicidios, que “de oficio” actuó para impedir la ILE.
  • La Corte provincial, por la presión social, desautorizó a todos: aclaró que el hospital debió haber aplicado el fallo FAL de la Corte nacional, según el cual a toda niña o mujer que denuncie violación o cuya vida peligre se le debe garantizar la ILE sin demora. El caso de Lucía nunca debió ser judicializado.
  • El arzobispo-dinosaurio Sánchez no sólo convocó a los anti-derechos celestes a movilizarse sino que además hizo público el nombre real de la niña, violando así su derecho a la privacidad.
  • El gobernador Manzur, padre político de todas estas violencias y que busca ser reelecto, mintió al decir que la ILE se hizo rápido. Recién ahora, tras todo el escándalo, por primera vez reconoció que correspondía dicha práctica.

La fuerza del movimiento feminista

 

Así como pasó antes con otro caso similar en Jujuy, ahora la conmoción social cruza a Tucumán y se reabre un debate clave.

Al conocer el caso, desde Juntas y a la Izquierda-MST y otras organizaciones feministas fuimos organizando acciones para darle visibilidad. El lunes 25 marchamos a Plaza Independencia con la consigna “Niña, no madre”. Pedimos la renuncia de Chahla y Vigliocco. Esta semana volvimos a marchar. El mismo día, ante la Casa de Tucumán en Buenos Aires, participamos de una acción unitaria.

En las redes se viralizan #NiñasNoMadres y la campaña de fotos “Yo a los 11”. Muchos sectores acompañan la lucha. La movilización fue decisiva: al otro día, con el hospital cercado y grupos anti-derechos en la puerta, y con todo el personal bajo presión, a Lucía finalmente le hacen una micro-cesárea profesionales citados a tal fin: el Dr. Gijena y la Dra. Ousset.

El 26, en una nueva marcha al Siprosa y luego a Plaza Independencia, volvimos a denunciar a los funcionarios y responsabilizar a Manzur mientras un grupito anti-derechos rezaba bajo protección policial. Al día de hoy Lucía evoluciona bien, mientras que la neonata está en estado crítico.

En las asambleas unitarias preparatorias del 8M tucumano hemos acordado las consignas centrales de la gran marcha de ese día: Niñas no madres, Manzur es responsable, Aborto legal ya y Respeto a la ILE. Vamos a marchar desde el Siprosa hacia Plaza Independencia.

La ola verde sigue

Las estadísticas sobre niñas-madres son alarmantes: en nuestro país, 2.493 bebés nacieron de niñas menores de 15 años en 2017: un 3% más que el año anterior. Las tasas más altas ocurren en las provincias del norte, con valores de 29 a 45 bebés por cada mil niñas o adolescentes[3]. Estos casos habituales, casi siempre ocultados, ahora se visibilizan más por la pelea inclaudicable del movimiento de mujeres.

Si al embarazo y la maternidad forzada le sumamos los niveles de pobreza y marginalidad, así como la falta de educación sexual y de prevención, tendremos un marco de la brutal desprotección del Estado en la que viven las niñas y adolescentes a quienes los gobernantes, la Iglesia y demás anti-derechos consideran meras incubadoras.

Sin duda, la ola verde feminista y disidente vive cada día, en cada lucha, en cada provincia. Junto al reclamo de aborto legal y ESI tenemos que exigir que se garantice la ILE en Tucumán y en todo el país, con equipos de profesionales especializados en niñez y adolescencia para atender estos casos.

Este 8 de Marzo, día del paro internacional de mujeres, es la oportunidad de levantar estas banderas con más fuerza que nunca. ¡Son niñas, no madres!

Lita Alberstein

[1] Nombre ficticio para preservar su identidad.

[2] Contra este resabio medieval, desde el MST y la Comisión por la Educación Laica presentamos un recurso de amparo hace ya casi un año.

[3] Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS), del Ministerio de Salud de la Nación.