Portugal: El milagro de ajustar sin parecerlo
Casi todos los economistas del mundo actual se debaten entre estudiar y alabar el llamado «milagro portugués». Para ellos sería una salida «humanizada» a la crisis capitalista. Para nosotros una nueva manera elegante para que la paguen los pueblos.
Hace menos de ocho años Portugal estaba en una crisis cuasi terminal, con los conservadores intentando aplicar las recetas del FMI de ajuste y despido que ya conocemos. Pero desde 2015 comenzó un «período de recuperación», que es alabado tanto por la derecha como por la llamada izquierda europea. Pero no todo lo que reluce es oro.
El origen de la crisis
Desde la caída de la dictadura en el ’74 la economía de Portugal quedó relegada a un lugar secundario con respecto al resto de Europa. En 1986 se incorporó a la Comunidad Económica Europea y es parte de la Eurozona desde su fundación. La unificación de la moneda bajo el dominio del Euro, capitaneado por Alemania y Francia fue determinante para una crisis que se fue gestando año tras año debido a la asimetría existente entre las grandes potencias y una economía atrasada, dependiente de los servicios y agrícola como la portuguesa. Por más devaluación interna que sufrió, el país se fue endeudando progresivamente, hasta que la crisis económica mundial del 2008 la sumergió aún más. Su Deuda Externa llegó a ser el 130% de su PBI (en la Argentina actual llega al 97%). En 2011 el gobierno de centroderecha, siguiendo las órdenes de la Troika (FMI- Unión Europea y Banco Central Europeo) aplica fuertes medidas de ajuste, peores aún que las que están aplicándose ahora en nuestro país. Los salarios públicos bajaron 20-25%, y se aplanó la pirámide salarial de manera que más trabajadores ganaban el salario mínimo. La desocupación pegó un salto del 8% en 2008 a 18% en el 2013. La reforma laboral implementada facilitaba los despidos, suspensiones, bajó los pagos de subsidios por desempleo y los pagos de horas extras. Prácticamente eliminaron las paritarias, etc.
Por qué se habla de «milagro»
En 2015 la gente harta de la derecha, vota un gobierno de centroizquierda con alguna representación parlamentaria de izquierda más radical. Desde entonces y hasta 2018 los indicadores económicos empezaron a revertirse. Precisamente haciendo lo opuesto de lo que aconsejaba el FMI durante todos esos años. Se restituyeron los recortes salariales anteriores y las pensiones. Los estatales volvieron a trabajar 35 hs semanales, aumentó el salario mínimo y en 2017 el PBI creció al 3% (mayor al crecimiento medio de Europa que fue del 1,9%). A la par Portugal pagó anticipadamente su Deuda al FMI y la deuda en general bajó al 124% del PBI. Aumentaron las exportaciones del 30 al 46% y viven un período de boom turístico con más de 13 millones de turistas por año.
Por estas razones tanto desde la derecha, acaudillados por el FMI que se cobró la Deuda anticipadamente, como desde la izquierda o centroizquierda europea, el modelo es alabado y puesto de ejemplo. Todos hablan de las bondades del «ajuste socialista portugués» como modelo a imitar. Podemos de España va más lejos y propone hacer un gobierno que haga exactamente lo mismo.
En Argentina el modelo tiene sus seguidores. Es especialmente citado por el kirchnerismo, así Kicillof dijo en su reunión con el FMI que «Portugal es un ejemplo de salida con crecimiento» y Cristina habló de renegociar con el FMI «a la portuguesa». Heller del Partido Solidario (afín a los K) es un defensor acérrimo del modelo. Para estos sectores de centroizquierda o mal llamados progresistas, Portugal les estaría dando la razón sobre la convivencia de un capitalismo con «redistribución de la riqueza» opuesto según ellos al capitalismo financiero o neoliberal mucho más crudo y demoníaco.
Cuál es la verdad
A pesar de las alabanzas de distintos sectores a esta supuesta salida de la crisis sin ajuste, la realidad es muy distinta para los trabajadores y el pueblo y sobre todo para las futuras generaciones.
Digamos para empezar y para una mejor comprensión para quien no conoce el proceso, que este auge del Portugal actual, tiene algunas similitudes con la Argentina post argentinazo de 2001. Si bien las comparaciones nunca son exactas, los procesos económicos pueden equipararse o asimilarse. Por eso no resulta para nada extraño que el kirchnerismo de conjunto salga a propagandizarlo, porque no sólo es su modelo, sino también su justificación. El período de recuperación portuguesa de 2015 a 2018 tiene su basamento en tres pilares, como decimos similares al de nuestro país en 2002-2008: 1- Una crisis económica casi terminal previa, de la cual en general se sale con un rebote económico. 2-Un ajuste brutal que ya describimos que flexibilizó y bajó los salarios de los trabajadores por años, sentando las bases para una ganancia extraordinaria de la burguesía, con aumento de la explotación de la mano de obra y 3- Un viento de cola, de una situación excepcional económica externa (que en nuestro país se llamó soja y que en Portugal se llama crecimiento de la demanda por parte de España, Francia y Alemania que potencia las exportaciones y el boom turístico por otro.
Lo segundo que debemos decir que este modelo de «ajuste socialista» como lo llaman, tiene mucho más de ajuste que de socialismo. Aunque por la crisis hayan tenido que dar algunas concesiones como la restitución de las 35 hs., el recupero del 20% de los salarios y pensiones y bajar algunos impuestos a la PyMES (cualquier parecido con el kirchnerismo es pura casualidad). Además recién en 2017 los salarios alcanzaron los niveles de 2004, es decir de redistribución de riqueza y ganancia para los trabajadores nada o casi nada. De fondo el nuevo gobierno de Costa no tocó la Reforma Laboral flexibilizadora anterior y esto es lo que permite a las empresas de servicios, a los exportadores de productos frutiagrícolas continuar haciendo sus negocios. Y los acreedores externos, aunque no confían en la duración de este auge económico, están de parabienes ya que les sigue pagando la Deuda, incluso al igual que Cristina, le pagaron por adelantado al FMI.
Sin socialismo no hay salida
Una gran duda de los economistas, aún los que elogian al modelo, es cuánto durará y si es reproducible a otros países. La mayoría se inclina a que esta bonanza no durará por siempre ya que la combinación de los 3 factores que le permitieron su auge no se mantendrá en el tiempo. Y mucho menos opinan que sea reproducible a otros países, ya que Portugal es una pequeña economía actualmente beneficiada por el turismo y la demanda exportadora de una Eurozona un poco más estable, con gigantes como Francia y Alemania que le compran sus productos simplemente porque los precios portugueses son convenientes por la mayor explotación de su proletariado.
Nosotros insistimos, que no hay milagros bajo el sistema capitalista, llámese moderado o neoliberal, ambas son caras de una misma moneda decadente, explotadora y desvastadora que basa sus superganancias en una explotación cada vez mayor de sus pueblos, así haya como en el caso actual de Portugal, momentos en circunstancias excepcionales que muestren signos de supuesta recuperación o de mayor redistribución de riquezas. Por eso opinamos que más tarde o más temprano si no avanzamos hacia medidas realmente socialistas, el «modelo del milagro» retrocederá y entrará en crisis.
Gerardo Uceda