A 44 años de la Masacre de La Plata: Adriana, Hugo, Roberto, Ana, Lidia, Oscar, Dicky y Patricia, ¡presentes!

 

El 4 y 5 de septiembre se cumplen 44 años de un trágico hecho para nuestra corriente y la clase trabajadora, conocido como la “Masacre de La Plata”, cuando en 1975 secuestran, torturan y asesinan a 8 compañeres del PST, antecesor del MST, que se habían solidarizado con el conflicto de Petroquímica Sudamericana (Mafissa). Estas muertes brutales aún siguen impunes. Por eso queremos renovar nuestro homenaje a las compañeras y compañeros asesinados y, a la vez, ratificar nuestro compromiso en seguir luchando por el castigo a los culpables.

En el año 1975, en el marco de distintas luchas obreras, estaban en conflicto trabajadores de la fábrica Petroquímica Sudamericana, hoy Mafissa, ubicada en Olmos en La Plata. Nuestro partido, en ese momento PST, apoyaba el conflicto y realizaba tareas de solidaridad con los laburantes.

Fue así que, el día 4 de setiembre, cinco compañeres van a entregar volantes en la madrugada y llevarles dinero para el fondo de huelga a la puerta de la fábrica. Roberto “El Laucha” Loscertales, era dirigente estudiantil y miembro de la dirección regional del partido, junto con Adriana Zaldúa, Hugo Frigerio, Ana María Guzner Lorenzo y Lidia Agostini fueron levantados por bandas fascistas: La Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y la CNU (Concentración Nacional Universitaria) que eran organizaciones fachas, de la derecha peronista que actuaban al amparo del gobierno de Isabel Perón y el PJ.

En pleno centro de La Plata y con total impunidad, los llevaron primero a una dependencia policial, donde le dan tal golpiza y tortura al Laucha, que lo desfiguran. Después los llevan a La Balandra donde son acribillados. Tal era la carga de odio de clase, represivo y fascista, con un ensañamiento terrible por ser mujer, que contra Adrianita le descargaron hasta 79 balazos que fueron contabilizados en su cuerpo acribillado.

El Partido que ya atravesaba por una situación de semi clandestinidad, reacciona de inmediato y organiza la solidaridad y repudio. Por eso al otro día 5, salen compañeros a recorrer los laburos, oficinas, ministerios y facultades. En particular en el entonces ministerio de Obras Públicas, donde se hizo un paro en repudio, al ser el lugar donde trabajaban Frigerio y Zaldúa. Ese día, la misma banda facha, secuestró a otros tres compañeres: Oscar Lucatti, Carlos «Dicky» Povedano y Patricia Claverie, cuyos cuerpos aparecerían después acribillados también.

La situación política era extremadamente compleja. En La Plata había prácticamente una zona liberada. El gobernador Calabró (hombre de la derecha sindical peronista puesto para desplazar a Bidegain y los sectores de izquierda peronista que habían ocupado lugares tras el triunfo de Cámpora) y sus ministros ni siquiera estaban en la ciudad.

Esto se evidenció también en la respuesta a tan tremendo crimen. Un año y medio antes, nuestra corriente fue sacudida por la llamada “Masacre de Pacheco”, uno de los primeros golpes de los grupos fascistas contra la clase obrera, que perseguían, alentados por el propio Perón, y apuntaban a disciplinar a sangre y fuego a trabajadores y jóvenes que estaban en pleno ascenso y movilización.

Ante ese hecho la respuesta de amplísimos sectores fue contundente, en el marco de otras reacciones del movimiento obrero al ajuste como el “Rodrigazo”. Pero ahora la burguesía estaba dispuesta a avanzar contra todo el ascenso obrero y, a la represión legal, sumó a estas bandas parapoliciales que actuaban no sólo con el amparo del gobierno peronista, sino incluso en colaboración con las fuerzas de seguridad.

De hecho muchos de ellos se incorporaron a los grupos de tareas de la dictadura genocida. Una mano grande le darían también las direcciones burocráticas sindicales, que retrajeron todas las luchas e incluso aportaron mano de obra para los grupos como la Triple A, CNU, CdeO y demás. Era la respuesta a la creciente organización de la clase obrera, que se alzaba junto a la juventud en todo el mundo y en particular en Latinoamérica y nuestro país.

Estos hechos, que golpearon a nuestra corriente y a varias organizaciones de izquierda y el campo popular se encuentran prácticamente todas impunes. Salvo un juicio en Mar del Plata y el juicio que se llevó a cabo contra dos asesinos en La Plata, que fueron condenados (Carlos “el Indio” Castillo y Juan José “el Pipi” Pomares), la justicia no ha avanzado.

Esta impunidad se mantiene porque empezar a destapar estas ollas podría abrir una caja de pandora de responsabilidades que incluye al Partido Justicialista, los radicales, la burocracia sindical (como Moyano y Gerardo Martínez entre otros), los empresarios, la justicia y las fuerzas represivas estatales.

Esta impunidad es parte de la continuidad que el Estado burgués necesita para reprimir y disciplinar al movimiento obrero y la juventud. Por eso sigue presente, más allá de los regímenes dictatoriales o democráticos. Pero la pelea contra la impunidad, por el juicio y castigo a todos los culpables, está abierta.

Este pueblo demostró en el ‘83 que se sacó de encima a la dictadura genocida, con un terrible proceso de movilizaciones protagonizando una verdadera revolución democrática. Y lo sigue demostrando ante cada hecho que nos sacude, como vimos en la lucha contra el 2×1, en las movilizaciones por justicia para Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. O en estos trece años de movilización, a lo largo y ancho del país por Jorge Julio López o contra el Gatillo Fácil.

Y por supuesto, como hace 44 años, lxs compañerxs están presentes en cada lucha obrera. Por eso este 5 de septiembre nos encontramos en las calles con un paro nacional docente repudiando la represión a docentes de Chubut, a manos de una patota del sindicato de petroleros y bajo la vista gorda policial. Y en La Plata también, junto a Vilma Ripoll en representación del MST en el Frente de Izquierda-Unidad y de dirigentes como Alejandro Bodart y Cele Fierro, luchando por el desprocesamiento y la libertad inmediata y efectiva de los choferes de la Línea Este, quienes fueron detenidos arbitrariamente hace cinco meses por luchar contra los despidos, por sus malas condiciones laborales y mejoras en el servicio de transporte.

Por eso, decimos con el puño en alto: Compañeres del PST: Adriana, Hugo, Roberto, Ana, Lidia, Oscar, Dicky y Patricia, ¡presentes! ¡Hasta el socialismo siempre!

MST La Plata, Berisso y Ensenada

en el Frente de Izquierda-Unidad