Alperovich: separarlo ya del Senado y Comisión Investigadora Independiente

José Alperovich, quien fue gobernador de Tucumán tres mandatos consecutivos por el fraudulento sistema de acoples y ahora es senador nacional del PJ, siempre tuvo total impunidad para hacer de nuestra provincia un feudo y ser omnipotente para atropellar derechos. Ahora es acusado por su sobrina de violencia sexual, psicológica y física, producto de abuso de poder ya que era empleada de sus campañas políticas.
Pero no es el primer caso de violencia de género, misoginia e impunidad en el que está involucra-do. En otro caso de femicidio, el asesinato de Paulina Lebbos, para ocultar a los responsables (“los hijos del poder”) hubo un macabro encubrimiento por parte de los jefes de policía y del Ministerio de Seguridad tucumanos. Luego de un escandaloso juicio sólo fueron condenados cinco ex funcionarios de su gobierno por encubrimiento, pero aún se desconoce a los verdaderos asesinos.
Alperovich también actuó en forma acosadora en el reportaje que le hizo la periodista Carolina Servetto, de La Gaceta online, otro escándalo que lo muestra como un personaje machista y violento.
Ahora, ante la denuncia de su sobrina, violando el protocolo al que tienen derecho las mujeres a resguardar su intimidad como víctimas, hizo público su nombre, haciendo nuevamente ostentación de su poder impune.
Desde Juntas y a la Izquierda-MST nos ponemos a disposición de la víctima. Hoy nos movilizamos en el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres y consideramos necesarias las siguientes medidas:

• Que José Alperovich sea separado del Senado de inmediato y se le quiten los fueros para investigar a fondo, llegar a la verdad y al castigo que corresponda.

• Que como la investigación judicial es insuficiente dado el peso y las maniobras que viene haciendo -como en el caso Paulina-, se forme una Comisión Investigadora Independiente con referentes del movimiento de mujeres y personalidades de trayectoria intachable, para llegar a toda la verdad y terminar con la impunidad de José Alperovich.

Lita Alberstein