Asunción y discursos

Acaba de asumir el nuevo gobierno de Fernández y el PJ. Lo hizo en medio del apoyo de su militancia y amplias franjas de la población que esperan cambios y soluciones, tras el enorme desastre en el cual el macrismo deja el país. El hastío al cual llevó Macri al pueblo terminó hoy con el fin de su gobierno. Aunque las graves consecuencias sociales de su plan se quedan todas y son el trasfondo y la realidad palpable del gobierno que asume. Gobierno de un partido, el PJ, que no podemos olvidar le votó durante cuatro años gran parte de las leyes a  Macri, aplicó similar ajuste con sus gobernadores a lo largo del país, y con la vieja burocracia sindical le dio margen para aplicar el ajuste central. Nuestro repudio total al gobierno macrista, al cual enfrentamos en la calle durante todo su mandato, no nos hace perder la memoria, la cual en este, como en todos los temas, es muy importante para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Desde el Congreso, Fernández hizo un largo discurso intentando dar señales de cambio y marcar sus prioridades. Lo hizo acompañado de todas las alas del pejotismo, que hacen parte de su gobierno. Así pudimos ver en la jura y el traspaso de bando a Fernández entre abrazos y saludos con CFK y con Menem, con Kicillof y Massa, con Manzur e Insfran entre otros nefastos personajes aplicadores de los ajustes provinciales. La honesta expectativa popular de un importante sector de trabajadores y jóvenes que se expresó en el voto y en esta jornada de asunción, contrasta con el historial y el presente de muchos de quienes serán parte del gobierno nacional y sus representantes en las provincias y en los sindicatos. Saberlo no hace daño, por el contrario tiene que ser un alerta, en particular para quienes tienen expectativas en el nuevo gobierno.

Declamaciones sí, medidas no

El primer discurso del ahora presidente Fernández dejó planteado títulos de temas importantes a los cuales indicó que va a dedicarse provocando cambios. Aunque en el discurso como tal, no hubo anuncios explícitos de cómo y cuándo serán. Su segundo discurso ya en Plaza de Mayo tuvo un mensaje similar, precedido por un discurso de CFK. Fernández a lo largo del día habló de la necesidad de bajar la pobreza, de la lucha contra el hambre, sin expresar por ahora ninguna medida concreta y de fondo, más allá de algo más de asistencia social. Habló de cambiar la justicia afín al poder político sin tampoco decir cómo lograrlo ni en el discurso en Congreso ni en Plaza de Mayo. Es una realidad que no existe la independencia de los poderes, pero para lograrla solo con declamaciones no alcanza. Para avanzar en dar fin a la justicia dependiente del poder político hay que tomar medidas concretas, entre ellas tendría que estar la elección directa de jueces y fiscales y la revocabilidad de los cargos, a su vez terminar con los privilegios, empezando por recortar los sueldos millonarios.

Habló de la agenda del movimiento de mujeres y sus derechos, con la inocultable decisión política de no nombrar el tema aborto legal, y la también decisión consciente de alabar al Papa Francisco, enemigo declarado de que el aborto sea ley. Lo cual reafirma dos ideas fuerza que desde la izquierda venimos levantando; que el aborto legal se conseguirá con la lucha en las calles y que hace falta separa la Iglesia del Estado, para terminar con la injerencia reaccionaria y retrógrada de esta institución sobre nuestras vidas y cuerpos.

Fernández dijo también que buscará con el FMI tener una relación “constructiva y cooperativa” y que su objetivo es generar condiciones para poder pagar, lo cual se da de frente con la presunción de que no habrá ajuste bajo su gobierno. Lo único que está dispuesto a construir el Fondo es precisamente acuerdos que se basan en hacer lo que haya que hacer, para garantizar el cobro de una deuda que solo puede pagarse con ajuste. El nuevo presidente pide algo de tiempo para poder pagar y cumplir, es decir, va a convalidar un fraude escandaloso contra el país haciéndose cargo de una deuda monstruosa, ilegal e ilegítima. En definitiva, más tarde o más temprano, todos pagaremos esa deuda inmoral. Lo cual no tiene nada de soberano ni progresivo.

Fernández mencionó también la necesidad de cuidar el ambiente y nuestros bienes comunes. Algo obviamente muy necesario, aunque como mínimo más que dudoso, en el marco de un discurso que a la vez promueve que vengan nuevas inversiones y corporaciones internacionales a lugares como Vaca Muerta, cuna del saqueo y la destrucción ambiental, y acompañado por gobernadores que hace años depredan sus provincias con acuerdos megamineros con grandes corporaciones extractivas y contaminantes.

Regresivo Pacto Social en puertas

Entre los puntos salientes de su discurso, estuvo la reafirmación del Pacto Social como agenda a largo plazo, a través de la votación en el Parlamento de un Consejo Económico y Social que definirá las grandes líneas del acuerdo social. Decimos con toda claridad que nos oponemos a esta política. La misma busca sentar en la misma mesa a los grandes sectores patronales que vienen amasando fortunas, con la burocracia sindical y la Iglesia para consensuar un pacto. Que partirá de legitimar la desigualdad actual tras años de ajuste profundo, mediante un acuerdo donde nadie pida a partir de ahora nada más. No es casual que consultados tras el discurso, tanto el presidente de la UIA como de AEA manifestaron su conformidad con las palabras del presidente. Así, con este plan, las y los trabajadores quedaremos con nuestros salarios retrasados perdiendo frente al ajuste y la inflación, y con la burocracia queriendo atarnos las manos y los pies para que no salgamos a reclamar lo que es nuestro. Mientras tanto, el presidente electo no pondrá a votación un nuevo presupuesto 2020 sino que gobernará durante meses con el presupuesto macrista anterior, un presupuesto de ajuste por donde se lo mire. En este contexto, será fácil evidenciar los próximos meses, que solo la izquierda y el sindicalismo combativo estaremos en la calle y en los lugares de trabajo defendiendo los reclamos sociales insatisfechos.

El rol de la izquierda y nuestras propuestas

Comprendemos realmente las expectativas de cambio que se viven por estos días. Las comprendemos y las respetamos. El malvivir que nos ocasionó el macrismo genera precisamente la necesidad de ver cambios en el horizonte. Pero alertamos a las y los trabajadores, al movimiento de mujeres y a la juventud que ansía una mejor situación, que para un cambio cualitativo y sostenible, lo que hace falta son medidas muy profundas y opuestas a todos los intereses de los grandes poderes empresariales y financieros.

No se trata en nuestra opinión de la supuesta unidad de todos, ni de la falsa idea de unir a los argentinos como si todos tuviéramos los mismos intereses de clase. Se trata de tocar los intereses de una minoría privilegiada, se trata de favorecer a las millones de familias trabajadoras y a los sectores medios castigados por la crisis, mediante un corte profundo a las ganancias de los que más tienen. Se trata de aumentar de manera urgente los salarios, jubilaciones y planes sociales de acuerdo a la inflación real, poniéndole fuertes impuestos a la renta financiera, minera, sojera, petrolera. Se trata de terminar con la fuga poniendo bajo control estatal la banca y el comercio exterior. Y terminar con los millonarios subsidios a las privatizadas y con los tarifazos, poniendo todos los servicios públicos bajo control social. Si Fernández quiere de verdad cambiar las injusticias de este país, no puede hacerlo sin tomar estas medidas. Y está claro que no las tiene en su proyecto.

Creemos que no se puede romper la dependencia mediante un pedido de algo de tiempo al FMI, sino rompiendo con el Fondo, auditando y desconociendo una deuda ilegítima, ilegal e inmoral que contrajo el macrismo y que como el propio Fernández había denunciado en los debates presidenciales. A esa plata se la llevaron “los amigos del presidente” dijo, entonces; ¿porque pagar ese fraude? Cuando claramente lo que necesitamos es terminar con la dependencia y ser verdaderamente soberanos, por eso la plata que tenemos en el país, no tiene que ir a pagar la deuda sino a resolver las necesidades estructurales, y eso solo lo lograremos si se suspende el pago, se avanza en una auditoria de la deuda como así también de la fuga de capitales, haciendo pública esta estafa, para que toda la población decida, a través de mecanismos democráticos que no se vaya ni un dólar más para la deuda  y se direccione la economía a favor de las mayorías. Un default soberano y la ruptura con el FMI y todos los organismos de crédito del imperialismo, sería realmente ir contra el colonialismo del siglo XXI.

Nuestro MST y todo el FIT Unidad, la izquierda unitaria, anticapitalista y socialista de este país, tenemos la responsabilidad de decir lo que opinamos, de marcar que hay un camino alternativo al FMI, al extractivismo y a todas las corporaciones y grandes empresas que despiden y pagan salarios de miseria, como así también sin los antiderechos. Junto a cada sector social obrero y popular que reclame por sus demandas estaremos en la calle siempre que sea necesario. Somos y seremos opositores de izquierda a este nuevo gobierno que comienza. Porque creemos en otro modelo, en otro sistema, donde seamos las y los trabajadores los que gobernemos. Y vamos a pelear por ese objetivo, de manera independiente, en esta nueva etapa que se abre.

Cele Fierro y Sergio García