¿Una pincelada verde para pasar el ajuste? Aborto: no a un proyecto celeste-verdoso
AF sabe que su ajuste económico empieza a generar bronca social. Para desviarla, como nuestra marea verde sigue firme quizás intente utilizar el tema aborto. Pero como el Papa y las iglesias redoblan su presión, ningunea el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y prepara un combo legislativo tramposo. Desde la izquierda, así como decimos No a la deuda y al FMI también decimos No a la Iglesia y No a bajar nuestros pañuelos verdes y atarlos a los celestes.
El gobierno nacional pactó con el macrismo convalidar la estafa de la deuda externa y ajustar a jubilades, docentes y estatales para pagarles al FMI y los fondos buitres. Y toda la burocracia sindical lo justifica. Pero el bolsillo popular duele. Por eso hay decepción y bronca, en propios y ajenos. Ante ese panorama, AF busca desviar la atención y la tensión dándole una pincelada verde al ajuste.
En ese contexto, ante la firme lucha que desde el movimiento feminista y disidente venimos dando para conquistar el aborto legal, el gobierno prepara un entramado de tres proyectos legislativos… pero no para respetar nuestro reclamo de tantos años sino “para evitar una confrontación directa con la Iglesia” (1).
A cargo de redactar los proyectos está Vilma Ibarra, su secretaria Legal y Técnica. Según las noticias, “una iniciativa prevé la despenalización del aborto, otra apunta a generar un programa sustentable de ayuda a las madres de bajos recursos que quieran tener hijos pero no pueden por temas económicos y una tercera propuesta buscará reformar la actual ley de adopción para hacer más ágil el sistema” (2).
Tres tristes trampas
Ya Fernández había dicho hace unas semanas: “Tenemos que terminar con la lógica del Boca-River, del que dice que el pañuelo verde es progresista y el celeste es un retrógrado… En el próximo proyecto tenemos que garantizarle a todos, todo. Tenemos que garantizarle a la mujer que quiera abortar, la posibilidad de abortar, y tenemos que garantizar a la mujer que quiere tenerlo, que pueda tenerlo”.
¿Pero cómo es esto? ¿Acaso acá el derecho a parir no está garantizado ya por la Constitución y las leyes? Lo que todavía en el siglo XXI en la Argentina sigue siendo ilegal es el derecho al aborto. Además, claro que el pañuelo verde es progresista y el celeste es retrógrado. Para las mujeres y demás personas con capacidad de gestar, el pañuelo verde no impone nada: propone el derecho a decidir. En cambio el pañuelo celeste es antiderechos: impone el embarazo y el parto forzados -incluso en casos de violación- y, en nombre de “las dos vidas”, impone que siga habiendo unas 3.000 niñas-madres por año y unas 200 muertes de mujeres cada año por abortos infectados. Pero analicemos un poco, al menos en base a lo que trascendió en algunos medios hasta ahora, el combo de proyectos legislativos que Fernández anunciaría el 1º de marzo en el inicio de las sesiones del Congreso:
Proyecto de los “mil días”. Es un programa de fomento al rol maternal de la mujer, que se limita a un magro apoyo asistencial para “no recurrir” al aborto. Ya rige un plan similar en una provincia abiertamente antiderechos de género como San Juan y consiste sólo en alentar la lactancia materna y dar unos pocos suplementos alimentarios a la mujer embarazada sin cobertura social y al niñe hasta los dos años.
Acelerar los trámites de adopción, lo que en realidad no requiere ninguna nueva ley sino simplemente poner fin a la burocracia administrativa.
Despenalización o legalización trucha. Primero, reduciría el plazo a la semana 12 en vez de la semana 14 que plantea el proyecto de la Campaña, que delimita legalmente un tiempo razonable entre la confirmación del embarazo y que su interrupción no sea riesgosa. Pero lo peor es que el proyecto oficialista también permitiría la objeción de conciencia institucional: al no incluir la práctica gratuita del aborto en el Programa Médico Obligatorio (PMO) excluye de su cobertura a las obras sociales y prepagas, recargando así los ya deteriorados hospitales públicos. De paso, reiteramos que tampoco corresponde permitir la objeción personal ya que por definición todo agente del Estado tiene la obligación de cumplir las leyes. Con estos obstáculos, muchas terminarán cayendo en el negocio de las clínicas privadas. Esa objeción institucional, además, es un guiño a los colegios religiosos y privados que fortalece su negativa a dar Educación Sexual Integral.
Por otra parte, los anuncios de AF “casualmente” fueron poco después de reunirse con el Papa Francisco en el Vaticano. Al igual que las iglesias evangélicas, la Iglesia Católica Apostólica Romana viene oponiéndose a todo avance en materia de aborto y hasta prepara una provocadora misa por “las dos vidas” en la Basílica de Lujan… ¡nada menos que para el 8 de Marzo! Como Fernández da muestras cada vez más claras de cederle, la Curia seguirá apretando aún más. Por eso es necesario rechazar, con la movilización, toda concesión del gobierno a esa presión medieval antiderechos.
Defendamos el proyecto de la Campaña
Frente a los proyectos tramposos del gobierno, lamentablemente dentro de la conducción de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto hay sectores dispuestos a aceptar cualquier cosa con el falso argumento del posibilismo. “Es lo posible”, dicen por ejemplo desde Católicas por el Derecho a Decidir y La Cámpora, con el aval silencioso de aliados políticos del gobierno peronista como Mala Junta o el PCR. Se parecen a la burocracia sindical, que cuando en las bases trabajadoras hay fuerza suficiente como para luchar por un buen aumento salarial desmovilizan y dicen “aceptemos lo poco y nada que ofrece la patronal porque si no se vienen los despidos”.
Sin embargo, el movimiento feminista y disidente no renuncia a esta batalla histórica por un derecho básico que ya conquistó más del 60% de las mujeres del mundo. Y esa batalla se resume en nuestros pañuelos verdes, que representan el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) elaborado colectivamente por la Campaña a través de estos quince años, que recoge lo mejor de lo legislado en otros países, que es el que viene reclamando la marea verde en todo el país y que además es la base de la ley que ya se aprobó en la Cámara de Diputados en 2018. ¡Ése es el proyecto que seguimos defendiendo, no otro!
¡La deuda es con nosotras!
Cuando este periódico salga a la calle, el miércoles 19F, miles y miles estaremos en Plaza Congreso y en las calles de toda la Argentina llevando adelante el pañuelazo nacional por el aborto legal. Es otra demostración de nuestra fuerza, que tendremos que multiplicar hacia el 8 de Marzo que se acerca. Vamos por el aborto legal, seguro y gratuito en todo el sistema de salud, sin ninguna restricción, porque entendemos la maternidad como deseo y no como destino.
Desde Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST estamos comprometides a fondo en esta pelea y te invitamos a organizarte para darla juntes. Esta deuda de la democracia no es con el FMI ni con la Iglesia dinosauria: es con nosotras y nosotres.
Andrea Lanzette
1. Infobae, 16/2/20.
2. Ídem.