Fátima: ¿dónde están los responsables de que no esté?

El lunes 9M, una marcha histórica colmó las calles de Paraná. Miles llenamos la explanada de Casa de Gobierno y la justicia. El 8M, tras el hallazgo del cuerpo de Fátima después de una semana de búsqueda, una masiva y combativa acción rodeó y sostuvo una vigilia nocturna en Tribunales. La bronca y el dolor se transformaron en lucha y exigencias a un Estado responsable (fotos de Dulci Franchini y Anabella Dalinger).

Nadia Burgos

El 8, mientras preparábamos actividades por el 4º paro internacional de mujeres y disidencias, supimos que fue encontrado el cuerpo de Fátima. En minutos, junto a la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travas y Trans de Paraná, surgió una convocatoria frente a Tribunales. A las 17, responsables de la justicia encargados de la búsqueda de Fátima dieron una conferencia de prensa. Cientos de paranaenses exigimos que se haga en las puertas de Tribunales.

La negativa hizo crecer la bronca y generó una asamblea, en donde definimos hacer una vigilia con cortes de calles y presencia en cada puerta del tribunal esperando a que salgan a dar explicaciones. La vigilia duró toda la noche. El fiscal Leandro Dato, el procurador general Jorge García y su adjunta Cecilia Goyeneche se negaron a salir y pasaron la noche adentro del edificio. Así demostraron que la justicia machista y patriarcal ni siquiera puede dar la cara ante las mujeres y disidencias organizadas y decididas a cambiarlo todo.

Este histórico paso visualizó la real cara de la “justicia” y expuso como conclusión la necesidad de reclamar la renuncia de Rosario Romero, ministra de Justicia y Gobierno, responsable política de las negligencias del Estado.

Fátima había hecho innumerables denuncias, estaba bajo el resguardo del refugio de mujeres de Paraná y expresaba su impotencia frente a la inacción estatal en audios que se volvieron virales. Incluso, presuponía que sólo frente a su feminicidio la justicia y la policía quizás iban a hacer algo.

Si bien hoy el femicida Jorge Nicolás Martínez está con prisión preventiva y la causa cursa bajo la carátula de feminicidio, por lo que se espera cadena perpetua, eso se logró gracias a la presión social. Nuestras acciones frente a Tribunales los días previos obligaron a intensificar la búsqueda. Igual denunciamos el operativo, porque el cuerpo de Fátima se encontró a escasos 400 metros de la casa de su femicida y en un lugar rastrillado más de una vez durante la semana.

Por eso exigimos la renuncia de toda la cúpula policial, incluido el subjefe José Alejandro Lauman, a cargo de los rastrillajes. Otra vez se hace necesario exigir el control social de las búsquedas y demás procedimientos. Los cambios estructurales de esta justicia y policía, machistas y de clase, solo se pueden iniciar a partir de una democratización real, eligiendo los jueces, fiscales y comisarios por voto popular, con mandatos limitados y revocabilidad en caso de mal desempeño.

El 9, paro y movilización por Fátima y por todas

Comenzamos el 9M en vigilia y sumándonos, como en todo el país, al cuarto paro internacional de mujeres y disidencias. Es que el sistema capitalista y patriarcal sólo nos ofrece mayor precarización de la vida, destrucción ambiental y violencias. En nuestro país, esto implica desde la feminización de pobreza hasta la expresión más brutal: una mujer muerta por feminicidio cada 22 horas. En lo que va de 2020, hay más feminicidios que días transcurridos.

La expresión más real de experiencias de las mujeres víctimas de violencia de género se reproduce por todos lados a través de la voz de Fátima. En los audios que le mandó a su amiga, se la escucha decir: “Cuando termine muerta por culpa de él, puede ser que la policía y el juzgado hagan algo, mientras tanto vamos a tener que seguir pagando las consecuencias con el gordo”. Y cada vez que la oímos, nos volvemos a indignar.

Esas “consecuencias” son la falta de políticas reales y con perspectiva de género que permitan dar respuestas a tiempo. Fátima había pedido ayuda innumerables veces, hizo denuncias previas e incluso estaba alojada en un refugio de nuestra ciudad. Pero ese “refugio” ni siquiera tiene wifi, imprescindible para quienes tienen un botón antipánico.

Hoy sectores de la justicia se pasan la pelota, unos negando y otros afirmando que Fátima tenía el dispositivo. Su amiga Flor dijo que era mentira que lo tenía y denunció que las autoridades del refugio no avisaron de inmediato la desaparición de Fátima para que se la busque enseguida. Hacemos propia esa denuncia, porque sabemos que las primeras horas son decisivas y que la presión social es clave para romper la trama institucional patriarcal. Ese aparato estatal nos sigue invisibilizando, aun cuando la realidad grita que esto ya no se aguanta más.

Y no es que defendamos el botón. Como lo venimos señalando, ante la violencia de género no basta un botón y menos aún responsabilizar por su seguridad a las propias víctimas. Mientras el gobierno provincial de Bordet y su par municipal de Bahl siguen en silencio, las que no nos callamos más somos nosotras. Estamos hartas de vivir en una sociedad que nos violenta, nos desaparece y nos mata. Por eso repudiamos las declaraciones de la subsecretaria de Mujer, Género y Diversidad municipal, Cristina Ingleson, que se excusó diciendo que no había negligencia en lo actuado. Como máxima responsable del “refugio” que no refugió a Fátima, exigimos su renuncia.

Sin presupuesto real no hay #NiUnaMenos

Queremos y luchamos por una provincia, un país y un mundo libre de todas las violencias. En las jornadas de lucha del 8 y 9M llenamos las calles por justicia por Fátima y por todas las víctimas de violencia. El 9 en Buenos Aires, Juntas-MST y otras agrupaciones marcharon a la Casa de Entre Ríos. Reiteramos que nuestra provincia no aplica la ley nacional 26.485 contra la violencia de género ni destina fondos acordes a la emergencia que estamos viviendo. A nivel nacional, como para el gobierno de AF la prioridad sigue siendo pagar la deuda externa trucha, tampoco destina el presupuesto que hace falta.

Marchamos por la aplicación real de la ESI como herramienta de prevención de la violencia machista. Por presupuesto real para la asistencia integral a las víctimas de violencias. Por la creación de espacios de cuidado de la primera infancia como forma de socializar dichas tareas. Por democratizar la justicia y capacitar en todos los efectores del Estado, con control de las organizaciones feministas a los refugios y presupuestos. Porque libres y vivas nos queremos y porque la deuda es con nosotras, seguiremos en lucha. Así lo expresamos en la jornada histórica del 9M.

Nuestra bronca y tristeza se transformaron en lucha. Desde Juntas y a la Izquierda y el MST creemos necesario seguir impulsando la movilización hasta lograr que renuncien los funcionarios responsables, se destine presupuesto real y conquistemos la justicia que Fátima se merece. ¡Ni Una Menos!