Lunes negro u otro capítulo de la crisis económica mundial
Todos los titulares de los diarios del mundo hablan del lunes negro, de la caída de las bolsas, de negros nubarrones sobre el cielo de la economía mundial. En su inmensa mayoría atribuyen la causa a la propagación del coronavirus y a la caída del precio del petróleo como último desencadenante. Pero ¿es esto cierto? ¿Qué impacto tendrá sobre nuestra ya alicaída economía nacional?
Gerardo Uceda
¿Lunes negro?
El derrape del petróleo profundizó la debacle de los mercados por el coronavirus” dijo La Nación y así tantos otros diarios burgueses, aparecieron como sorprendidos por este derrumbe de las bolsas. Como si la economía mundial gozara de plena salud y la epidemia-pandemia de coronavirus la hubiera dejado en terapia intensiva.
Los números que ellos esgrimen son terroríficos, que se perdieron unos U$S 400.000 millones en pocas horas en Europa y caídas del 4-5%. El impacto fue aún mayor en la bolsa yanqui cuyas acciones tanto tecnológicas como tradicionales cayeron entre el 8 y el 12% y hasta tuvieron que suspender por un tiempo las operaciones bursátiles para evitar un descalabro mayor aún.
Nuestra opinión es muy diferente, sostenemos que el mundo se encuentra en crisis económica desde la crisis del 2008, en donde las principales afectadas fueron las economías de los países centrales, primero EEUU y luego la eurozona, impactando también en China el oriente, que bajaron ostensiblemente sus niveles de crecimiento. Desde entonces, con altos y bajos la economía mundo viene a los tumbos, sin lograr cifras de recuperación sostenidas.
Por sólo nombrar unos pocos ejemplos digamos que en septiembre del 2019 (mucho antes del coronavirus) la Reserva Federal de los EEUU (Fed) tuvo que inyectar más de 120.000 millones de dólares en los bancos para suplir la falta de liquidez. Antes de esto en 2017 ya había síntomas de endeudamiento exagerado de las empresas privadas de EEUU cuyos títulos o bonos estaban en poder de la Fed, los cuales no vendió para evitar un mal mayor, pero sabiendo que acumula fondos tóxicos. Y esto sin hablar de la economía Europea, la más afectada desde la crisis del 2008. China por su parte, aunque no entró en crisis, sí viene desde hace años bajando sus cifras de crecimiento interanual (del 12% bajó al 6,8% en el último año), bajando su producción, disminuyendo importaciones, aumentando exponencialmente el endeudamiento de sus empresas, etc.
En realidad más que un relámpago en cielo despejado como dejan entrever los titulares de los diarios burgueses, opinamos que la economía mundial se parece mucho más a un viejito frágil que al ser afectado por el coronavirus sí termina en terapia intensiva. La caída del precio del petróleo de este lunes suma más combustible a la caldera y nadie sabe cuáles serán exactamente sus consecuencias, ni si va a estallar al estilo 2008 aunque todos sostienen que es la mayor crisis desde entonces. Esto sucede precisamente porque de lo que se trata este lunes negro es que es un capítulo más de una crisis económica mundial que se está cronificando y que no encuentra salidas o locomotoras que tiren hacia adelante para sacarla del pantano en el cual se halla desde hace más de 10 años, ya que China como dijimos dejó de ser la aparente solución y se constituyó en parte del problema, ahora agravado sí por el coronavirus.
Qué consecuencias podemos esperar en la Argentina
El impacto de la crisis que estalló hoy pero que se viene profundizando desde fines de febrero, se ha hecho sentir fuerte en nuestra región. La mayor economía, la brasileña sufrió una caída bursátil del 12%, y ya venía sufriendo una devaluación desde hace semanas. Otros países de la región también devaluaron sus monedas frente al dólar.
En nuestro país, el cepo cambiario ha evitado parcialmente la devaluación brusca. Sin embargo sería completamente errado creer que no va a tener consecuencias esta crisis sobre nuestra alicaída economía. Todo lo contrario. Siempre dijimos y siempre se corrobora en la realidad, que al ser la nuestra una economía dependiente, semicolonial y primarizada, depende y mucho de la economía mundo. De manera que en los próximos días o semanas, lo más probable es que empecemos a notar cómo se trasladan a nuestro país las consecuencias de esta crisis, ya nadie puede creer que “estemos blindados” como dijo Cristina en su momento.
Por tomar sólo dos aspectos parciales aunque candentes de nuestra economía, digamos que este nuevo episodio de la crisis mundial tendrá seguramente impacto en el tema deuda externa por un lado y en el supuesto salvavidas de Vaca Muerta por el otro.
Como ya hemos explicado en otros artículos y todo el mundo sabe, la negociación de la deuda, los plazos y volumen de la misma son un actor esencial y excluyente de nuestra crisis económica. Esta negociación se va a ver afectada sí o sí por la crisis actual, sea porque los acreedores se vuelvan más exigentes y quieran cobrarse lo máximo y lo más rápidamente posible, para refugiar sus activos en la economía yanqui (la variante más probable) o que elijan atender los reclamos de Alberto y su equipo, en la idea que la crisis se mantenga un periodo largo y entonces sea mejor cobrarse algo de la Argentina que ir a buscar ganancias en un mundo en crisis aguda. De cualquier manera el resultado para el pueblo será parecido, ya que siempre implica poner todos los recursos del país al servicio de pagarle a estos buitres especuladores, responsables de hundir y endeudar al mundo en ciento de miles de millones de dólares en un solo día. Es lo que cínicamente Alberto llama “crecer para pagar” que significa simplemente, que todo el pueblo trabaje más y más explotado, no para mejorar sus condiciones de vida sino…para pagarles la deuda.
El otro aspecto en lo que tendrá impacto seguro y velozmente es en lo que el presidente presenta como su carta de oro para salir de la crisis, es decir Vaca Muerta. Que ya viene parada o semiparada desde hace tiempo, pero que ahora con el petróleo a U$S 36 dólares de hoy, es inviable. Ya que es vox populi que la extracción de petróleo mediante la técnica de Fracking se vuelve rentable por encima de los U$S 45-50. En nuestro país, sin subsidios ni créditos posibles a empresas, con las obras paradas y un petróleo a U$S 36 dólares el barril, pensar que vayan a invertir a pérdida y en un país inestable y periférico como el nuestro es totalmente utópico.
Por último, el paro del campo complica más al gobierno, ya que sin posibilidades de ingresos por petróleo, las divisas sólo pueden entrar del agro. Pero por un lado nuestro principal competidor de la región, Brasil, ha devaluado su moneda y por lo tanto es más competitivo que nosotros. Y por el otro la profundización de la crisis que se avecina en el mundo, llevará a que haya retracción de la demanda de cereales que exportamos. Por eso el panorama más probable es que también disminuyan los ingresos por parte de las exportaciones agrícolas en el próximo periodo.
Como vemos el panorama más probable para nuestra economía es la profundización de la crisis, una mayor crisis de deuda y un mayor ajuste hacia los trabajadores y el pueblo, que es la única receta que los capitalistas quieren aplicar a todos sus males, se llamen coronavirus o lunes negro. Nosotros opinamos que hay que prevenirse haciendo lo opuesto, suspender de inmediato todos los pagos de la deuda fraudulenta y poner todos esos inmensos recursos al servicio de mejorar las condiciones del pueblo trabajador, incluyendo duplicar el presupuesto en salud, para efectiva y eficazmente poder abordar con seriedad el problema real de la epidemia, lo opuesto también a como viene tomando el tema el ministro Ginés García.