Hacia un 24 de Marzo… ¿con estado de sitio?
Que a sólo tres días del 24M la ministra nacional de Seguridad diga “no descartar” un estado de sitio ya da cuenta de la diferencia entre éste y todos los anteriores desde la caída de la dictadura, en 1983. Es un anuncio inédito, por cierto chocante, sobre el que volveremos más adelante.
Además, por la cuarentena, este 24 también será muy distinto porque no nos movilizaremos a Plaza de Mayo y a las plazas de todo el país, como lo hacemos año tras año. Será raro, desde ya, porque es una fecha emblemática como pocas, entre las más sentidas del calendario popular. Será raro no preparar las banderas, las pancartas con las fotos de las compañeras y compañeros asesinadxs y detenidxs-desaparecidxs por la represión genocida.
Pero a la vez este 24 no será tan distinto en otro sentido, el de su contenido de lucha, que al menos desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia -que desde el MST y el CADHU integramos- siempre es el de reivindicar los derechos humanos de ayer y los de hoy, que son inseparables. Entonces, algunas reflexiones.
Memoria
Memoria es recordar que el terrorismo de Estado no se inició con el golpe del 24 de Marzo del 76, sino antes, con el mal llamado Operativo Independencia y con la Triple A, la CNU, el CDO y otras bandas parapoliciales de ultraderecha, que al amparo del gobierno peronista de entonces secuestraron y asesinaron a más de mil activistas populares. Luego la dictadura militar usurpó todo el poder, multiplicó ese método criminal y cometió el peor genocidio de nuestra historia reciente.
Memoria es también recordar que los decretos de aniquilamiento que iniciaron la represión los firmaron Isabel Martínez de Perón e Ítalo Luder. Que ante el golpe, el líder radical Ricardo Balbín dijo “no tengo soluciones”. Que el secretario general de la CGT Casildo Herreras se fue al Uruguay y dijo “me borré”. Que la cúpula de la Iglesia Católica bendijo a la Junta militar. Que el FMI financió a la dictadura genocida. Y que los banqueros y grandes empresarios la apoyaron activamente, entregando a cientos de delegadxs y comisiones internas combativas.
Verdad
Verdad es reconocer que la mayoría de los archivos de la dictadura todavía hoy siguen cerrados, pese a ser la principal fuente de información para saber qué pasó con las y los 30.000. Entre ellxs, nuestrxs más de 100 queridxs militantes del PST. Por eso Verdad es exigirle al presidente Alberto Fernández, comandante en jefe de las FF.AA. y máximo jefe político de las fuerzas de seguridad, policiales y servicios de inteligencia, que ordene la apertura inmediata de todos esos archivos. Si no lo hace, no es porque no pueda.
Verdad es también reconocer que más de 300 jóvenes apropiadxs por los militares genocidas todavía hoy siguen sin recuperar su identidad. Por eso Verdad es exigirle al presidente, como jefe del Estado, que ordene todas las medidas necesarias hasta que esos jóvenes puedan saber quiénes realmente son. Si no lo hace, no es porque no pueda.
Justamente porque esos delitos de lesa humanidad son imprescriptibles, o sea que no vencen, o sea que se siguen cometiendo, es que aquí no corresponde ninguna “vuelta de página” como pidió el presidente. No fue la “inconducta de algunos”, como él dijo, sino el genocidio institucional cometido por las FF.AA., policiales y de seguridad en su conjunto.
Justicia
Justicia es que en este país no haya impunidad para quienes cometieron delitos de lesa humanidad ni se los beneficie con el privilegio de la prisión domiciliaria. No son pobres abuelitos, sino represores. Por eso Justicia es que haya juicio y cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas y sus cómplices. Ante los pedidos de Astiz y Etchecolatz de ir a domiciliaria por la pandemia, la única respuesta que cabe es la cuarentena perpetua.
Justicia es también exigir la libertad, aunque el presidente Fernández diga que no hay, de todas las presas y presos políticos o por luchar, como lo son, más allá de mis diferencias, Milagro Sala y Luis D’Elía. Justicia es exigir que se anulen las mal llamadas leyes antiterroristas, aprobadas bajo el gobierno de los Kirchner por orden del imperialismo, que se utilizan para perseguir a asambleas ambientales y comunidades originarias. Justicia es exigir el cierre de las causas penales contra más de 4.000 activistas populares. Justicia es terminar con el gatillo fácil policial, que se sigue cobrando en nuestro país la vida de un joven pobre cada día.
Y Justicia, justicia social si se quiere, es también decirle No a la deuda externa, No al FMI y NO a los planes de ajuste contra los jubilados, los trabajadores, la juventud y las mujeres. Plata para la salud pública, no para la deuda! Ésa es la exigencia urgente del momento!
Porque los derechos humanos son de ayer y también de hoy, incluido el derecho a la salud en estos tiempos de coronavirus. Derechos humanos son todos y cada uno de los derechos por los cuales seguimos luchando. Por eso rechazamos la militarización desplegada por el gobierno, que en un estado de sitio virtual recorta los derechos democráticos. Al pueblo trabajador se lo cuida con presupuesto, prevención y concientización, nunca con palos y amenazas de cárcel!
En síntesis, para nosotres Memoria, Verdad y Justicia es homenajear a las y los 30.000, sabiendo que su lucha por un país y un mundo justos hoy sigue más viva que nunca. No iremos a las plazas este 24, tan distinto pero no tanto, pero sí irán nuestras cabezas y nuestros corazones. Y continuar esa lucha es nuestro compromiso. ¡30.000 compañeras y compañeros, presentes!
Pablo Vasco