Pandemia COVID-19: ¿Por qué no se testea masivamente?
Escriben: Gerardo Uceda y Guillermo Pacagnini
El Gobierno lanzó el viernes la medida de aislamiento social obligatorio como si fuera una llave de oro para contener el avance del virus y más aún como la única medida posible a tomar. Sin embargo, al mismo tiempo que la anunciaba ya preveía su fracaso: anunció por todos los medios que los casos igualmente se multiplicarían. Y es un secreto a voces que desde el Ministerio de Salud esperan un aumento exponencial para el mes de abril. Lo llamativo es que otras medidas que han sido muy efectivas en otros países, como el testeo masivo de la población en riesgo ni siquiera se lo menciona en el decreto, ni en toda la estrategia ministerial.
Falsas discusiones
Que el aislamiento social, evitar el contacto cercano y acotar al máximo posible las posibilidades de trasmisión entre personas son medidas correctas desde el punto de vista sanitario, está fuera de toda discusión. Pero que se ha comprobado como insuficiente, también es verdad.
Las causas de esto son múltiples, como el incumplimiento total o parcial de las medidas, la falta de monitoreo sobre las mismas, las características propias del virus que se mantiene vivo en las superficies muchas horas… también la falta de insumos elementales como guantes y barbijos, en donde son requeridos, entre otras.
Pero sin dudas, como publicó Science, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, un factor primordial para la propagación del virus, a pesar de los aislamientos y cuarentenas a los sintomáticos y posibles contactos, es que entre el 79 y el 86% de los que transmiten el virus son portadores asintomáticos del mismo. Es decir personas absolutamente saludables. En este grupo poblacional, las medidas son más difíciles de implementar porque efectivamente la persona no se cree enferma y el sistema de salud no pone el foco en ellos. Se demostró que antes de que se cerrara Wuhan, el foco inicial, casi 9 de cada 10 infecciones fueron transmitidas por portadores asintomáticos. La persona contagiada pasa el virus inadvertidamente a otros.
Es por estas razones y por la evidencia práctica misma, que las medidas de control férreo, tipo cuarentenas obligatorias son insuficientes. Que el Gobierno Nacional y los provinciales centren todas sus expectativas, no sólo es un claro error, sino que tiene intencionalidades políticas de querer sacar réditos con poca inversión, acallar las voces disidentes, etc. Ni qué hablar de que es impracticable por largos periodos y de las consecuencias tremendas que trae para la economía, sobre todo del 50% de los trabajadores que están en negro o son cuentapropistas, los que perderán sus trabajos así trabajen en blanco, etc. Como lo venimos diciendo, sin fortalecer el sistema público de salud no se puede combatir eficazmente la pandemia y una medida en ese sentido es la implementación de los testeos en todo el país.
Es fundamental detectar a los infectados
Hay evidencia que el practicar el test en forma masiva le dio un gran resultado a Corea del Sur, aunque las situaciones epidemiológicas no sean comparables quizás con las de otros países. Alemania, que es la que hasta hoy tiene menor mortalidad, aplicó un esquema mixto, donde se testeó en forma masiva (aunque porcentualmente menos que Corea) y realiza un “aislamiento social” más laxo que el que propone Alberto para nuestro país. Vale aclarar que, a diferencia de lo sucedido Italia, el nivel de desmantelamiento del sistema de salud es menor en Alemania. Y si bien el modelo alemán es mixto –muy diferente del sistema único estatal que proponemos los socialistas-, la inversión en salud es mayor que en la Argentina y tiene más del doble de camas por millar de habitantes.
La racionalidad de testear más masivamente a la población en riesgo o posibles contactos, es precisamente la de detectar a la inmensa mayoría de portadores asintomáticos, que todos coinciden que fue la clave para que el virus se propagara en forma tan rápida a todo el mundo, principalmente. Pero en segundo término también permitiría una focalización más efectiva de los recursos y cuidados médicos. Y permitiría un aislamiento selectivo. Mientras hoy en el país hay cientos de internados que usan recursos de salud y finalmente al cabo de 4-5 días dan negativos, hay probablemente miles que sean portadores asintomáticos y estén diseminando el virus sin ningún tipo de conocimiento y control por parte de la autoridad sanitaria.
Si bien es cierto que en una enfermedad donde todavía no hay una cura específica, sino medidas de sostén, nadie puede discutir que el conocimiento precoz del infectado permitiría un seguimiento más estrecho y prevenir o amortiguar las complicaciones severas. Sobre todo aplicando el testeo a los grupos de riesgo como los pacientes mayores de 60 años, hipertensos, portadores de enfermedades cardiovasculares, inmunocomprometidos, etc. Hoy, respecto de la pandemia en el país, nos movemos con un grado de ignorancia suprema, por más que estemos todos en casa en cuarentena. Por eso es que el gobierno no disimula y los expertos aseveran la presunción que la avalancha vendrá indefectiblemente. El propio ministro Ginés González García, el mismo que negó y luego minimizó la llegada del virus, reconoce que se viene un pico para fines de abril o principios de mayo y que habrá no menos de 250.000 casos.
¿Por qué no se hace?
Si testear masivamente es útil y necesario, ¿por qué se sigue centralizando exclusivamente en el Malbrán? ¿Por qué se dilata la implementación del testeo diagnóstico por lo menos en los 25 laboratorios conexos con el Malbrán según se anunció oportunamente? ¿Por qué no se avanza a centros de testeo en todo el país que es lo que se necesita? La respuesta es obvia. Según el gobierno hay dificultades con los recursos económicos. La cantinela de siempre a la hora de invertir en lo público. Ahora mucho más grave por la pandemia en curso. El Malbrán, pese al esfuerzo heroico de sus trabajadores, está saturado, con escasísima capacidad operativa para dar respuesta rápida a la demanda actual. Lo que se agravará cuando empiecen a aumentar los casos exponencialmente.
Esta respuesta es parte del discurso posibilista del Gobierno. Mientras se pagan miles de millones de deuda y se aprestan a pagar aún más a pedido del FMI, se dice que no hay plata para poder hacer frente a la pandemia de manera más eficiente.
Una propuesta socialista
Nosotros decimos que hay que suspender de inmediato todo pago de la deuda y volcar todos esos recursos al sistema de salud. Asimismo implementar un impuesto extraordinario a los que más tienen y viven a expensas de la salud de la mayoría. Con esto se podría efectivamente descentralizar los laboratorios para hacer los testeos. Sobran profesionales capacitados en muchísimas universidades y provincias. Y potencialidad para capacitar muchos otros. Hay que destinar recursos para montar laboratorios de análisis en todas las provincias, para descongestionar al Malbrán en forma inmediata y avanzar con el testeo masivo. Todo retraso en esto se traducirá en aumento de casos y más rápidos.
Por supuesto que no esto no es todo. Se necesita triplicar el presupuesto de salud para equipar los hospitales, consultorios y centros de salud con los insumos necesarios que van desde elementales barbijos, guantes y camisolines hasta equipamiento de las Unidades de Cuidados Intensivos con respiradores y personal para la atención de los pacientes críticos. La capacidad instalada de las unidades “de terapia” está saturada habitualmente en más del 90% y habitualmente se requieren camas supernumerarias. Y todavía no llegamos al pico de enfermedades respiratorias. Se requiere que el gobierno utilice su poder de policía no contra el pueblo sino contra las corporaciones y especuladores, para declarar de utilidad pública y proceder a poner al servicio del sistema estatal todo lo necesario, insumos e infraestructura, para combatir la pandemia.
Denunciamos que el gobierno utiliza el caballito de batalla de la cuarentena obligatoria de forma demagógica, tratando de gastar lo menos posible, para figurar como que se está adelantando a las circunstancias, cuando es claro que es totalmente insuficiente. Si no se cambia ya de rumbo y se invierte en testeos masivos, equipamiento y recurso humano como parte de un plan de emergencia como el que venimos proponiendo, la situación se agravará. La cuarentena no sólo profundizará la crisis económica gravísima que se está descargando sobre lxs trabajadorxs y el pueblo, sino que será absolutamente insuficiente para frenar la pandemia y su secuela de infectados y muertos; igual o más grave que lo que está sucediendo hoy con Italia y España. Tenemos que reclamar por la implementación urgente de estas medidas de emergencia.