Rosario / Htal de Emergencias. LA PANDEMIA DEL AJUSTE AL ROJO VIVO

Escribe: Alejandro Cacho Parlante
Delegado y Dirigente de Alternativa Municipal

El Hospital de Emergencias (HECA), depende de la Municipalidad de Rosario, gobernada por el radical Javkin del Frente Progresista.
Vivimos días de mucha tensión y mucho debate, corroborando hora tras hora que al
igual que el resto de la salud pública, no estamos preparados para enfrentar la
pandemia del corona virus. Como vemos en todos lados, los grandes ausentes son el presupuesto y la participación de lxs trabajadorxs en los comités por el Corona Virus.
Los protocolos están aún por detrás del nacional.

Desde nuestra agrupación Alternativa Municipal, venimos denunciando esto, planteando que es necesaria la suspensión de los pagos de la deuda externa, volcando esos fondos a los presupuestos de salud; la intervención y el control directo de lxs trabajadorxs en los comités, la disposición en manos del estado de toda la infraestructura de salud, obras sociales y privados sin ningún pago a los patrones (clínicas, sanatorios, laboratorios), nombramiento inmediato del personal necesario; así como la realización masiva de tests a la población, que permitan una detección precoz de la infección. Ante la situación extraordinaria que plantea la pandemia, son necesarias medidas
extraordinarias y de fondo como las que planteamos.

Régimen policíaco

A la falta total de elementos de resguardo de la salud de lxs compañerxs como barbijos, antiparras, camisolines, alcohol en gel, desde la gestión intentan convencernos que no son necesarios, que mucamas, administrtivos, peones de patio, controladores, mantenimiento, etc, no corremos riesgo. A enfermerxs y medicxs, se le entregan algunos elementos, pero no los necesarios en cantidad y calidad. En consecuencia todxs lxs que trabajamos en el hospital corremos riesgos innecesarios,  que solo pueden explicarse por el ajuste presupuestario que quieren imponer los gobiernos como fieles exponentes y garantes de los negocios de la minoría.


A este panorama se suma malos tratos y amenazas de personal jerárquico como la coordinadora de Servicios Generales, Sandra Suarez, hacia compañerxs que usamos
barbijos u otros elementos de seguridad más allá de los protocolos oficiales.

O bien la exigencia a algunxs médicxs que bajen publicaciones de las redes sociales donde aparecen con los equipos de protección personal comprados por ellos mismos por la inexistencia de esos equipos en el hospital.

Crece la bronca y primeros pasos en la organización por abajo

El hospital es un hervidero. El cúmulo de injusticias, como la suspensión de todas las
franquicias que costaron años de lucha, genera un estado deliberativo permanente
reflejado en las charlas y en los grupos de whathsapp. Se socializa la información y se
obtienen algunos resultados parciales. Está planteado avanzar en la organización, con
reuniones por sector, con asambleas cuando haya condiciones, con la denuncias públicas en las redes, etc. Esto recién está empezando.

Para terminar me permito parafrasear a Saint-Exupery diciendo: en el hospital, lo
esencial (elementos de protección) es invisible a los ojos.