Mar del Plata: las cosas no venían bien… ¡y llegó la pandemia!

A Juli [1] la conocí primero por watsap. Ella ofreció su casa para una reunión de La Campaña Somos Lucía, estábamos organizando un festival para juntar fondos. Tiene 26 años, vive en un PH en refacción, junto a su pareja que trabaja en un almacén y es bombero voluntario en Mechongué. Ella es la más hippie del grupo, le gustan las plantas y el mate con miel. Hace yoga, malabares y se mueve en bici. Con Juli fuimos a Miramar, a marchar en el aniversario de Natalia Mellman y también a La Plata, a exigir al Tribunal Penal de Casación un nuevo juicio por Lucía Pérez. Nadie se imaginaría que Juli está embarazada, aunque su pancita ya se asoma no le impide tocar el redoblante en cada marcha feminista, ni saltar en la murga como el resto de les compas.

Además de todo lo anterior, Juli es Técnica Superior en Seguridad e Higiene Laboral y Control Ambiental Industrial, desde hace un año trabaja en una  constructora en la zona del puerto de Mar del Plata. En los primeros días de marzo, esta empresa con casi 600 empleados en distintas zonas, le informó que estaba suspendida porque la obra estaba parada, y que la única opción para su continuidad laboral era mudarse a La Plata, a 400km de su lugar de residencia. A los pocos días, apenas declarada la cuarentena, en lugar de protegerla por ser parte de un grupo en mayor riesgo, la empresa decidió despedirla mediante un llamado telefónico. Nunca le llegó un telegrama, y en medio de la cuarentena tuvo que exponerse al riesgo del contagio para ir hasta el correo a enviar un telegrama para defender sus derechos laborales. Tampoco pudo gestionar el seguro de desempleo, para eso tendría que ir hasta la ciudad de Ensenada, para que en las oficinas de la empresa le den una certificación de empleo.

Este breve relato, se torna más preocupante para quienes sabemos que las cosas no venían bien desde hace rato en Mar del Plata, la ciudad con más alto índice de desocupación del país. Antes de la pandemia las estadísticas dicen que en relación a los varones, las mujeres somos más perjudicadas a la hora de hablar de desempleo. Para nosotras, el porcentaje de desocupación es de 14,8%, mientras que para hombres, la cifra es de 11,1%. La diferencia se acentúa entre los más jóvenes. En las mujeres de hasta 29 años, el porcentaje es de 26,5% mientras que en los varones del mismo rango etario, la cifra es de 20,6%. En relación a la población trans, travestis y no binaries, sigue sin implementarse la Ley 23.237 de Cupo Laboral Trans Diana Sacayan, ya que en el Municipio de Gral Pueyrredón no se cumple ni siquiera el 1% que la misma establece.

Si bien las actividades relacionadas al turismo como hotelería y gastronomía tuvieron más movimiento durante este verano,  la industria alimenticia, el sector textil, la producción frutihortícola, la construcción y la industria pesquera continúan su tendencia de destruir puestos de empleo, agravada ahora con la excusa del COVID-19. El 31 de marzo, 200 obreros de la UOCRA, oriundos de Miramar y Mar del Plata, que trabajaban en el parque eólico “Vientos de Miramar” recibieron sus telegramas de despido. La empresa responsable de la obra es Goldwin Group- Xinjiang Goldwing Science & Technology Co.Ltd, una multinacional de capitales chinos, que violaba la cuarentena exponiendo a sus empleados hasta que los despidió.

En el rubro pastelero, los trabajadores de la famosa cadena de restaurantes “Manolo”, y las pizzerías “La Nieve” y “La Mini”, tuvieron que tomarse las vacaciones de prepo bajo amenazas de despidos y suspensiones, aunque los dueños se cubren bajo el eufemismo “fue de común acuerdo”.

En el puerto, la situación es alarmante: El gobierno dejó afuera a las empresas de la pesca del programa de asistencia de emergencia al trabajo y la producción por excluirlas del decreto 287 que incluyo a la actividad dentro de las esenciales, obligando de esta manera a los trabajadores a embarcarse sin un protocolo de protección, ni la cobertura de las ART ante el riesgo de contagio. Al mismo tiempo, varias empresas bajaron sus persianas dejando a sus obreros en la calle: Pesquera Angelito, 38 trabajadores; Silomar, 20. En lo que va del año la cifra supera los 500 despedidos en el sector.

También en medio de esta pandemia, el multimedio La Capital, compuesto diario, TV y radios, del empresario español Florencio Aldrey Iglesias, presionó a su personal a aceptar una reducción del salario del 50%, y en algunos casos los obligó a tomarse vacaciones, bajo la amenaza de suspensión por 75 días sin goce de sueldo o incluso empezar a despedirlos.

Todas estas empresas muestran la cara más cruel del capitalismo: en su lógica de acumulación siempre descargan la crisis sobre les trabajadores.

Por eso sostenemos que no alcanza con respuestas mediáticas como el DNU de Alberto Fernández. Es urgente tomar medidas de fondo para proteger las fuentes de trabajo, prohibir los despidos, suspensiones y rebajas salariales, y estatizar con control obrero a todas las empresas que no lo cumplan.

Sonia Magasinik – MST Mar del Plata

 

 

 

 

[1] su nombre es ficticio, pero los hechos son reales.