Compra de alimentos con sobreprecios: Corrupción y negocios capitalistas

En medio de la pandemia de covid-19 y de una cuarentena que afecta el ingreso de los sectores más humildes, la noticia de una compra millonaria hecha por el Ministerio de Desarrollo Social con sobreprecios exorbitantes, vuelve a desnudar el entramado de corrupción entre empresarios y gobierno, perjudicando una vez más a los sectores más postergados.

Mónica Sulle y Martín Poliak

Según las denuncias, que fueron admitidas por el Ministro Arroyo y el presidente Fernández, el gobierno adquirió a través de la compra directa, fideos, aceite, arroz y otros productos pagando hasta un 40% más caro que los incluidos en “precios cuidados”.

Sin ponerse colorado, y tal vez olvidando que es el Presidente de la Nación, Alberto Fernández declaró que “Arroyo tuvo el dilema de alimentar a la gente o pagar estos precios” porque las empresas no quisieron bajar los precios.

Una vez más podemos ver a un gobierno que no está dispuesto a tocar ni la ganancia, ni la especulación, ni la corrupción capitalista. Frente al chantaje de las clínicas privadas cede, frente al chantaje de grandes trasnacionales que despiden o recortan sueldos cede, frente al chantaje de las cámaras empresariales que pujan por levantar la cuarentena, cede.

Precisamente cuando se trata de hacer todo lo contrario, por ejemplo: aplicar sin titubear la Ley de abastecimiento que “faculta al Poder Ejecutivo para disponer allanamientos de locales o establecimientos comerciales e industriales sin orden de un juez” al tiempo que condena con penas de 3 a 10 años quien provoca una “elevación artificiosa de los precios o escasez de mercadería”.

Por eso desde el Movimiento Sin Trabajo-Teresa Vive proponemos y exigimos:

Comisión investigadora independiente, integrada por las organizaciones sociales y trabajadores del Ministerio para determinar la responsabilidad de los funcionarios investigados en este escándalo. Que se vayan todos los responsables.

Cárcel y confiscación a los empresarios que, aprovechando la desesperante situación actual, especulan con los precios y el abastecimiento

Aplicación de la Emergencia Alimentaria que preveía un aumento del 50% en los alimentos destinados a los comedores populares

Entrega inmediata de la comida adeudada a los comedores populares

Entrega de la comida en los barrios a través de las organizaciones sociales. Fuera el ejército de nuestros barrios.

Reflexiones finales

Cuando este gobierno asumió, declaró que la lucha contra el hambre era su principal objetivo. Pero no sólo no aplica la Emergencia Alimentaria, sino que ni siquiera cumple con los compromisos de entrega ya acordados con las organizaciones sociales. Mientras se nos dice que no hay alimentos o que tienen problemas de logística vemos con indignación que los alimentos que no llegan a nuestros comedores son sin embargo repartidos por la Iglesia o por el ejército, y los intendentes.

La pandemia exacerba la situación de vulnerabilidad ya que no se puede trabajar para traer un peso a la casa para comer. Este gobierno anuncia algunas medidas sociales y parecería que lo hace sin conocer la realidad de necesidad que existe por la demanda de dinero para vivir.

El IFE, el subsidio de $10000 que dio a los monotributistas A y B y para todos aquellos que no tengan nada, es una desilusión más que sufre la gente a la hora de meterse en la página del ANSES y ver que no está autorizadx o no lo cobrara.

Ellos calcularon para 3.800.000 personas, pero 12.000.000 se anotaron. ¿No sabían que el porcentaje de pobreza ronda sobre el 40 $ y 8% el de la indigencia? ¿Cómo pretendían que la gente no se anotara? Es cruel generar tantas expectativas mas en un momento tan terrible como el que vivimos y que terminan siendo en otra desilusión más para cada persona que hoy sufre no tener un peso para comer, porque no tiene trabajo, porque no puede hacer changas, ni cartonear.

Si bien nosotres consideramos que $10000 son insuficientes ya que la canasta básica ronda los $50000 y que ese subsidio debía ser universal. No pueden ahora no darselo a cada persona que se anotó, porque si lo hizo es porque lo necesita.