Tucumán adhirió a la Ley Micaela

El poderoso movimiento de mujeres logró, a pesar de las limitaciones de la cuarentena, un triunfo importante: que Tucumán, adhiera a la ley Micaela, que fue votada en el 2018. Era la única provincia que no había adherido a esta normativa, para capacitar a todo el personal estatal en perspectiva de género. Lucha muy difícil, ya que también es la única provincia en dónde se imparte religión en la escuela pública y que no adhirió al protocolo nacional de interrupción legal del embarazo, ni a la ley de salud sexual y procreación responsable sancionada en el año 2003, y por supuesto ni hay ESI en las escuelas.

Maniobras y retrocesos

Muchos fueron las maniobras y obstáculos que tuvimos que enfrentar. Hubo varios proyectos que con la excusa de “adecuar a la provincia” esta ley nacional, liquidaban sus objetivos.

El peronista Regino Amado, vicepresidente de la Legislatura, junto con sectores radicales y de Cambiemos, presentó otro proyecto, antiderechos, que directamente vaciaba de contenido la Ley Micaela: estableciendo que las capacitaciones las pueden dar entidades privadas incorpora la objeción de conciencia por motivos religiosos y morales, quitando la perspectiva de género. El proyecto lo firmaron también la oficialista Sandra Mendoza, Walter Berarducci (ex macrista) y el radical Raúl Albarracín.

El presidente de la Legislatura y vicegobernador, Osvaldo Jaldo, impulsador de este engendro expresó “se está viendo si se hace una adhesión o si se adecúa a la realidad tucumana”. Detrás de este proyecto de ley, estaba su compromiso con la Iglesia Católica y Evangélica ya que, en la campaña electoral de 2019, en un acto evangélico se comprometió a no incorporar la “ideología de género” en la provincia, e impulsó que la Cámara se declarara “Pro vida”.

La derecha bussista, con aval al principio de sectores del PJ tucumano, presentó un proyecto alternativo que es realmente digno de la Edad Media. Ricardo Bussi, hijo del genocida, negó que hubiera femicidios, y acusó a la perspectiva de género de Gestapo ideológica. Grave discurso negacionista, mientras Tucumán, tiene 9 femicidios en este año, 2 en las últimas 24 hs. que dejaron a 10 niñes sin madres. Y las terribles condiciones de la cuarentena, produjo un aumento del 60 por ciento en denuncias de violencia familiar.

Desde Ni Una Menos Tucumán, del cual formamos parte, realizamos una presentación en la cual se exigió “que la Legislatura adhiera a la Ley Nº 27499, sin modificaciones ni demoras, tal como ya lo hicieron todas las demás provincias del país. Exigimos estar a la altura de lo que representa la realidad que vivimos con la violencia de género en sus distintas formas en nuestra provincia”. La posición fue respaldada por 220 organizaciones del movimiento de mujeres, sindicatos, centros de estudiantes, organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas.

También convocamos a los medios, se organizaron varios tuitazos y cartelazos nacionales, que llevaron a que la fuerza del movimiento de mujeres, nacionalizara esta pelea y las múltiples voces de mujeres y personalidades de otras provincias llegaran a Tucumán respaldando nuestro reclamo.

Estas acciones y presiones generaron que el PJ, dividido en una interna Manzur – Jaldo, terminara retirando las firmas del proyecto con “objeción de conciencia”, y presentara un único proyecto de adhesión a la ley Micaela, con la diferencia que el órgano de aplicación no será el Ministerio de mujeres, géneros y diversidad, sino que la cabeza de cada poder provincial, será el responsable de la aplicación de la ley.

Triunfo de la lucha

Producto de esta dura pelea, el 21 de mayo, rodeado de una movilización de organizaciones de mujeres, sindicatos y estudiantes, la Legislatura votó por 39 votos a favor y 8 en contra (bussistas y sectores de Cambiemos), donde muchos de los que votaron a favor, aclararon que están en contra de la ideología de género.

En la tierra de Belén, de Marita Verón, Paulina Lebbos, y Lucía, la niña de 11 años que le negaron la ILE, de Antonella, niña discapacitada violada en comisaría de Lamadrid, casos emblemáticos de la lucha contra el Estado capitalista y patriarcal antiderechos, que mantiene en Tucumán un acuerdo estrecho con la Iglesia Católica, da un marco diferente para valorar este logro, nos da más fuerza para continuar.

Desde el MST y Juntas y a la izquierda, somos parte de esta pelea, presentamos un amparo desde la Comisión por la Educación Laica, para terminar con la imposición de religión en las escuelas, tarea pendiente aún para separar la Iglesia del Estado.

También seguiremos junto al movimiento de mujeres y diversidad, la lucha para que se garantice la reglamentación, presupuesto y aplicación de esta ley sin modificaciones que distorsionen los contenidos.

Este 28 de mayo y 3 de junio, serán acciones que levantarán estas banderas.

Luciana Vilte y Lita Alberstein