Rechazar a Bisauta para discutir otro modelo de CNEA

Durante estos días de cuarentena, por medio de la Secretaría de Energía, llegó la novedad de la postulación a la Presidencia de CNEA del Ingeniero Mauricio Bisauta. Durante los últimos 4 años estuvo a cargo de la empresa ENSI (que administra la planta industrial de agua pesada en Neuquén) provocando al fin de su gestión la parálisis casi total, al reducir el personal de 450 a 87 trabajadores. Bisauta esgrime que tuvo una gestión exitosa durante los años que gobernó Cristina, entre 2008 y 2015, donde fue Vicepresidente de CNEA y se concluyó la obra y la puesta en marcha de ATUCHA 2. Su candidatura es tenazmente rechazada por un gran sector del Frente de Todos de CNEA y desde las conducciones de ATE y APCNEA. Desde luego, tanto Bisauta y quienes lo cuestionan, adhieren al Gobierno de Alberto Fernández. Pero para  resolver esta disputa por el sillón principal de la CNEA, los trabajadores necesitamos recordar algo de nuestra historia.

De pioneros al desmantelamiento actual

Desde su fundación la CNEA fue pionera en desarrollar actividades desde el interior del país, uniendo científicos, investigadores, tecnólogos y obreros en diferentes producciones que fueron la expresión viva de un desarrollo con soberanía nacional. Precisamente esta forma de desarrollar tecnologías siempre fue combatida desde las posiciones imperialistas. Primero, con la persecución y desaparición de 21 compañeros y obligando al exilio a otros cientos de científicos y tecnólogos. Continuó con la imposición del ahogo presupuestario desde los condicionamientos puestos por el FMI al Gobierno de Alfonsín. Luego, con Menem en el Gobierno, se aplicó un plan de desmembramiento de las producciones de energía, las centrales nucleares y otras producciones, entre ellas, el agua pesada de la PIAP. Es decir que se desestructuró una unidad científica y tecnológica estrecha y orgánica que hizo crecer la actividad nuclear estatal en la Argentina, además de aplicar un plan de retiros voluntarios que hizo desaparecer las plantas de obreros de mantenimiento, y así mismo, la pérdida del conocimiento y experiencia acumulada, reduciendo la CNEA e incorporándole servicios tercerizados.

Esta política, además obligó a investigadores y tecnólogos a buscar convenios y ofrecer servicios a terceros como una forma paliativa a los efectos de los sucesivos ajustes económicos. Si bien pueden decir que las urgencias en los primeros años del Gobierno de Néstor Kirchner, no pusieron en primer plano la recomposición del sistema nuclear institucional y la reunificación, sí debería haberlo resuelto el Gobierno de Cristina, y no lo hizo. En este período, es decir, durante esos 8 años, el Ingeniero Bisauta fue vicepresidente de CNEA. En esos años en que se terminó y se puso en marcha ATUCHA 2, luego se desarticularon los equipos de trabajo que llevaban ese conocimiento. Por otro lado, las condiciones de precarización laboral tampoco se revirtieron en ese período, dejando al término de la gestión, en el 2015, a más de la mitad del personal de la CNEA precarizado.

Hoy mucho más de la mitad de los trabajadores está por debajo de la canasta familiar y continúan precarizados más de mil trabajadores de la CNEA. Ante la emergencia impuesta por el COVID19, la comisión CIMAT todavía no dio respuesta, ni siquiera se reunió, para resolver cómo trabajar en los sectores que lo hacen presencialmente.

En síntesis, tenemos que decir, que la CNEA sobrevivió todos estos años sólo gracias a la lucha y  el esfuerzo de sus trabajadores.

Democratizar la CNEA

Rechazamos la candidatura de Bisauta, pero contrariamente a cualquier disputa de camarillas o a la designación inconsulta del Gobierno de turno o a la presión de los lobbys, planteamos la necesidad de democratizar la CNEA. Necesitamos retomar la tecnología CANDU para la próxima central nuclear y desarrollar el modelo CAREM para el abastecimiento de energía, así como con el RA-10; la reincorporación de los planteles de PIAP, el fin de la precarización, el salario acorde a la canasta familiar así como también la reunificación estatal de todo el sector nuclear. Este proyecto sólo puede surgir del debate amplio y democrático de los trabajadores de CNEA y los sectores populares, en el marco de un desarrollo nacional independiente, orientando nuestra producción al servicio de las necesidades de las mayorías y amigable con la naturaleza. En este debate y disputa política contra las burocracias, lobbys y gobiernos, las organizaciones anticapitalistas, ecosocialistas y con una visión en favor de los obreros, son aliadas naturales de los trabajadores de CNEA. Este debate democrático, debe avanzar también en identificar cómo se expresa la doble opresión patriarcal y la postergación de las trabajadoras en nuestro organismo.

Este es nuestro aporte al debate necesario del cual los y las trabajadoras de CNEA debemos ser protagonistas.

RICARDO BRUNO-  Delegado ATE CNEA

Alternativa Estatal